En la vida, aunque nuestro deseo sea ser triunfadores en todo momento, sabemos que no siempre se puede ganar. De hecho, antes de alcanzar la victoria es normal que tropecemos una y mil veces por el camino. Muchos niños no saben perder: se enfadan, insultan, patalean, se retiran del juego…
Son actitudes que debemos de corregir desde un principio en su educación ya que pueden convertirse en un lastre en el desarrollo social de nuestros hijos.
Cuando son pequeños, los niños están acostumbrados a ser el centro de atención y a conseguir lo que quieren y por ello suelen aceptar mal las derrotas. Por eso, es fundamental que aprendan a perder, que asuman que no siempre se gana y que sean capaces de gestionar la derrota y la frustración que esto conlleva de la mejor manera. Educar a los niños en estos valores les ayudará a mejorar su autoestima y a no rendirse en futuras ocasiones.
Cómo enseñar a saber perder a los niños
En la vida como en la educación conviene practicar la filosofía del ensayo-error para superar etapas. Aprender a ganar y a perder, significa aceptar que no siempre se gana o de pierde del todo y que conviene sacar conclusiones positivas de todas las situaciones. Estos consejos te pueden ayudar a educar a tus hijos:
1. No le evites la frustración
Para educar no les des siempre todo lo que pida por el simple hecho de tenerle contento y no oír sus gritos y lamentos. Establece límites en su vida y que se familiarice de vez en cuando a escuchar un «no» por respuesta.
2. Dales ejemplo
Si le dices lo importante que es participar y el buen rato que esto conlleva, que no hay que enfardarse pero luego ve a su padre gritar como loco delante del televisor cuando pierde su equipo de futbol, difícilmente te hará caso.
3. Déjale que gane de vez en cuando
Al jugar con él es bueno que le dejes ganar alguna vez para que experimente ambos sentimientos. Es importante que aprenda tanto la derrota como la victoria y aprender a ganar sin ridiculizar y con deportividad.
4. Refuerza su atoestima
Mientras jugamos podemos aumentar su autoestima con comentarios como: Vaya, lo has hecho muy bien esta vez» o «De acuerdo, he ganado esta partida, pero eres un buen contrincante. No sé si podré ganarte la próxima vez».
5. Enséñales a manejar la derrota
Perder en un deporte o en un juego no es algo negativo. El fracaso es parte del camino y, si entiende esto, no lo verá como una dificultad insalvable y aprenderá a manejar su frustración.
6. Pon límites a su enfado
No le consientas que se enfade, chille o actúe de manera antideportiva. No le des demasiada importancia al enfado y responde a éste con sentido del humor. Es bueno que entiendan que un día se gana y otro se pierde, y que si está enfadado no podrá disfrutar de otras actividades.
7. Enséñales a actuar con deportividad
Hay que establecer unas normas y cumplirlas. Se les debe enseñar a jugar limpio y no cambiar las normas cuando a él le convenga.
8. Refuérzale cuando pierda y no muestre enfado
Cuando el pequeño pierda y no se enfade, debemos reforzarle, continuar jugando con él, y dejarle que elija otro juego e incluso ponérselo más fácil para que gane en esta ocasión.
Noelia de Santiago Monteserín
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