Desde su primer año de edad, los niños son capaces de hacer multitud de cosas por sí mismos. Los encargos por edades para responsabilizar a los niños hacen que el pequeño se sienta una parte importante de la familia. Tener la responsabilidad de hacer algo y hacerlo bien contribuye a enseñar el sentido de la responsabilidad a los niños, ya que es una virtud que se adquiere y se aprende con la experiencia.
La vida familiar constituye la principal escuela para educar en la responsabilidad, desde los primeros años de vida, aunque es entre los 7 y los 11 años, cuando los pequeños encargos se convierten una forma estupenda de educar la responsabilidad.
Todos los niños necesitan un encargo
A todos los niños les hace falta responsabilizarse de algo en su hogar. Tener un encargo concreto a los 4 ó 5 años hace posible que, cuando nuestros hijos lleguen a esa edad más indolente de la pubertad o la adolescencia, vean como algo normal colaborar en la marcha del hogar.
De la misma forma que desde pequeños acostumbramos a los niños a vestirse y comer solos, debemos acostumbrarles a hacer por sí mismos aquello que razonablemente son capaces de llevar a cabo. Los encargos por edades para responsabilizar a los niños ayudan a desarrollar el «sentido de pertenencia» a la familia y a vivir la casa como un «hogar» en el que todos colaboran.
El sentido de la responsabilidad infantil: ‘yo soy capaz’
Cuando a un niño se le encarga algo y ve que es capaz de hacerlo y contribuir al funcionamiento de su casa, se desarrolla un importante sentimiento de «competencia»; el niño experimenta la sensación de «yo soy capaz». Este sentimiento va a ser fundamental para el desarrollo de una buena autoestima, tan importante en el carácter de toda persona. Por eso, cuando sobreprotegemos a nuestros hijos les estamos haciendo un flaco favor. Sin quererlo, impedimos que nuestro hijo desarrolle ese sentimiento de autoeficacia, tan importante en su desarrollo. Enseñar a los niños a ser responsables les da seguridad e incrementa su sensación de poder.
Al principio habrá que planteárselo como un juego. Poco a poco deberá ir aprendiendo a hacerlo no porque le divierte, sino también cuando no le apetezca, como un servicio a los demás. responsabilizarse.
Asimismo es importante que, una vez establecido el encargo, lo evaluemos periódicamente, poniendo especial atención en darle aprobación y reconocimiento cuando actúa de forma responsable. Hazle saber mediante elogios, qué cosas ha hecho bien.
Encargos por edades a los niños
1-2 años. Necesitará más ayuda, pero puede ir aprendiendo una serie de encargos fundamentalmente relacionados con el orden:
– Tirar su pañal.
– Echar la ropa en el cesto.
– Poner la esponja en su sitio.
– Colocar sus zapatos para el día siguiente.
– Recoger los juguetes
– Apagar la luz del cuarto
– Sacar las galletas por las mañanas
– Ayudar a guardar los cereales del desayuno.
3-4 años:
– Ordenar libros por tamaños.
– Colocar sus muñecos en la cama y estanterías.
– Preparar su ropa para el día siguiente.
– Poner las servilletas en la mesa.
– Ayudar a poner la mesa.
– Sacar la ropa de lavadora.
– Guardar los cubiertos limpios del lavaplatos.
– Recoger su cuarto.
– Poner el agua del perro, u otro animal doméstico.
5-6 años:
– Ordenar los cepillos de dientes de todos.
– Poner los zapatos de mamá o los hermanos en el zapatero.
– Revisar si hay papel higiénico en los baños.
– Ayudar a tender.
– Guardar su ropa planchada en las cajoneras.
– Regar las plantas.
– Ayudar a vaciar el lavaplatos.
– Coger el teléfono.
– Ayudar a lavar el coche.
– Colocar los libros en su sitio una vez leídos.
– Bañarse y vestirse sólo.
Ana Aznar
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