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Emotivo vídeo para reflexionar sobre el respeto y la solidaridad

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El respeto a los demás, ser solidarios… son valores esenciales en nuestro día a día, pero que en la rutina diaria a veces se olvida. Pasarse cinco minutos a observar este vídeo os hará reflexionar sobre la necesidad de recuperar esos valores tan necesarios y que a veces se olvidan.

Este vídeo es un anuncio emitido en Tailandia este verano en el que se anuncian unas cámaras de seguridad, pero realmente eso es lo de menos. Lo importante es la impactante historia que cuenta: de cómo muchas veces la realidad no es visible ante nuestros ojos y cómo nuestras actuaciones pueden tener consecuencias… y, en esencia, cómo hay que ser respetuosos y solidarios con los demás.

La historia de un ‘sin techo’

En el vídeo vemos cómo un ‘sin techo’ duerme cada día en la puerta de un negocio y, cada mañana, el dueño del mismo lo despierta y echa a patadas o con agua, profiriendo toda clase de insultos hacia el hombre sin hogar que, cada día, huye despavorido.

Sin embargo, cada noche vuelve a la puerta del negocio, lo que hace que a la mañana siguiente el dueño del local vuelva a montar en cólera y a echar a ese hombre sin hogar sin pensar en que es una persona como él y, como tal, tiene sentimientos. Mientras tanto, dos mujeres (quien parece ser la hija del protagonista y la dueña de la tienda de al lado) observan la escena con cara de desaprobación.

La realidad que no se ve

Una mañana, el dueño de la tienda sube la persiana y, para su sorpresa, no hay nadie recostado frente a la misma. Pasan los días y el sin techo no aparece. El hombre, lejos de alegrarse, parece tener remordimientos y pensar dónde habrá ido aquel pobre sin hogar que cada noche dormía frente a su tienda.

Entonces, repara en la existencia de la cámara de videovigilancia, y decide repasar los vídeos. Es entonces cuando descubre la realidad: el ‘sin techo’ había estado durante día protegiendo el negocio de las actividades de vándalos de todo tipo, y también de ladrones. Precisamente unos ladrones habían acabado clavándole un cuchillo.

Ver esas imágenes hace sentir tremendamente mal al protagonista, que no para de recordar tantas y tantas veces que trató con desprecio a aquel que cada mañana le sonreía esperando una sonrisa de vuelta. Y es que la vida a veces nos esconde una realidad que puede ser dolorosa si no actuamos bien. Buena reflexión, ¿no creéis?



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