El elogio aumenta la motivación y ayuda a los niños al realizar una tarea difícil, incorporar un hábito nuevo o a aumentar la frecuencia de una conducta adecuada.
Elogiar a los niños para educar en valores es una técnica de manejo de conducta sumamente eficaz, que tiene grandes beneficios y debería formar parte de nuestro lenguaje habitual.
Muchos padres no dan importancia al uso de elogios, o no están acostumbrados a elogiar, otros muchos piensan que los niños deben hacer las cosas bien sin necesidad de que se les elogie y que los elogios deben reservarse para conductas que son excepcionalmente buenas; otros padres pueden intuir la importancia de elogiar, pero cuando llegan a casa están tan cansados que no son capaces de valorar las conductas adecuadas de su hijo y elogiarlas, o sólo son capaces de percibir conductas negativas. Para todos esos padres este mensaje:
¡¡Elogia a tu hijo siempre que puedas!!
Para aquellos que piensan que no es necesario elogiar, decirles que los niños que reciben más elogios desarrollan mejor autoestima, son niños que aprenden y son capaces de elogiar más a otros niños y suelen ser niños muy queridos. Además, el elogio aumenta la motivación y ayuda a los niños al realizar una tarea difícil, incorporar un hábito nuevo o a aumentar la frecuencia de una conducta adecuada.
¿Cómo se debe elogiar a los niños?
Para los que están convencidos de que el elogio es beneficioso, pero no saben cómo hacerlo:
1. Es importante elogiar específicamente para que el niño sepa exactamente cuál es la conducta que queremos ver con más frecuencia, no es lo mismo decir: «Qué bien te has portado», que decir, «Mamá está contenta porque no has corrido por los pasillos y has hablado bajito». En el primer caso, el niño se queda con la idea de que su comportamiento ha sido bueno pero no sabe a qué conductas en concreto nos referimos; mientras que en el segundo caso, estamos elogiando e indicando al niño qué conductas son las que queremos ver.
2. Es beneficioso que el elogio sea inmediato y que elogiemos de manera consistente. ¿De qué sirve elogiar una vez al mes o decirle a tu hijo: «Mamá está contenta porque la semana pasada en casa de tu abuela hablaste bajito?». El niño ya se ha olvidado de lo que hizo o no, pero ¡qué eficaz hubieran sido esas palabras dichas nada más salir de casa de su abuela!
3. Los elogios deben ser apropiados, debemos elogiar con entusiasmo y acompañar los elogios con un abrazo, una palmada… De esta manera aumentamos la magnitud del elogio, un elogio dicho sin entusiasmo, o con descuido pierde su eficacia.
4. Elogia sin sarcasmos. A veces al dar un elogio incluimos un comentario sarcástico, como: «¡Qué bien has hecho la cama hoy, pero podrías hacerlo así todos los días!». Con esta «coletilla», que frecuentemente se nos escapa, hemos perdido todos los beneficios del elogio.
¿Qué conductas elogiar de los niños?
Para aquellos que se dan cuenta de la importancia de elogiar y que han aprendido cómo hacerlo, pero no saben qué conductas se deben elogiar:
1. Elogia todas aquellas conductas del día a día que el niño hace bien y que muchas veces las damos por sentadas con demasiada facilidad.
2. Elogia conductas para reforzar como ceder turno, no levantarse de la mesa, pedir las cosas por favor, etc. Ya sabemos que son cosas que deben hacerse, pero así conseguiremos que sigan haciéndose.
3. Hay que elogiar a todos los niños, pero muchas veces los niños con un comportamiento peor son los que menos elogios reciben, los padres prestamos mucha atención a las conductas negativas y nos olvidamos con frecuencia de reforzar las conductas positivas. Esos niños de comportamiento más inapropiado que reciben pocos elogios, y ¡¡son los que más los necesitan!!
Pilar Gamazo. Psiquiatra de la Clínica Universitaria de Navarra.
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