Educar al hijo único es una tarea que tiene una serie de características especiales. El niño educado solo, bien por ser el único de la familia, bien por haber nacido mucho tiempo después del mayor, o por cualquier otra razón, es un hijo único que crece en una situación psicológica particular
Los padres de hijos únicos han de tener una mayor conciencia de cómo debe ser educado su hijo, sabiendo qué problemas se deben sortear. Los niños son listos y el hijo único no tarda en percatarse de su situación de privilegio, con una vida llena de atenciones y mimos de todo tipo, que sin duda le pueden convertir en una persona débil e insegura. Debes realizar una gran labor educadora para que no se convierta en un niño demasiado apegado a sus padres o de carácter caprichoso e inmaduro.
Los problemas de socialización del hijo único
Para educar al hijo único, hay que tener en cuenta su personalidad y que la socialización de los niños se produce en el momento en el que aprenden a interactuar con otras personas. Cuando son bebés apenas existe socialización como tal porque tienden a ser más bien egoístas, y solamente reclaman a los otros para cubrir sus necesidades básicas.
A partir de los dos años empiezan ya a darse cuenta de lo que pueden aportar al otro y lo que el otro les puede aportar a ellos, bien sean niños de su misma edad o adultos. La socialización, por lo tanto, no depende tanto del número de hermanos que tengan, sino de las situaciones en las que se puedan relacionar con otros seres humanos.
En las relaciones sociales de los niños influye positivamente el centro educativo, las actividades extraescolares, los primos, los hijos de los amigos de los padres… Si en su vida están rodeados de muchas personas, la socialización será mayor, aunque si tiene la suerte de tener hermanos la socialización estará garantizada porque con ellos aprenden las normas básicas para una convivencia social: a convivir con otras personas, a respetarse, a esperar su turno, a estar pendiente de los demás…
Facilidades para atender al hijo único
La ventaja que tiene ser hijo único es que los padres pueden destinar todos sus recursos, tanto personales como materiales, a la educación de ese niño. Es más fácil marcarse los objetivos y planes de acción de mejora sólo de un hijo que de varios a la vez. Para tratar de conseguir mantener aspectos imprescindibles para su educación como la paciencia, el tiempo y la dedicación es más fácil si solamente se tiene que educar a un niño en lugar de a varios, ya que con un único hijo es más complicado agotar estos recursos tan necesarios en el día a día con ellos.
Además de esto, tampoco será necesario repartir los recursos materiales entre varios para poder darles oportunidades y ofrecerles desde un buen sistema educativo hasta unas buenas opciones para su propio desarrollo…
Cómo evitar sentirse solo
Ser hijo único no implica tener que vivir en soledad. Como en todos los aspectos relacionados con la educación, los padres debemos, ante todo, dar oportunidades a los hijos. En este caso, los padres de hijos únicos tienen que esforzarse especialmente por la educación y asegurar a sus hijos una vida rica en relaciones sociales.
En el colegio ese apartado estará más que cubierto, pero, desde casa, es importante trabajar el modo en el que los niños se relacionan con sus compañeros o amigos del colegio. Cuando los niños tienen varios hermanos los padres podemos ver más fácil cómo se relaciona cada uno de ellos con sus hermanos. En ese momento les estamos educando y estableciendo unas normas de relación social. Dichas normas serán capaces de trasladarlas fuera de casa, tanto al colegio como a su vida.
Con los hijos únicos tenemos que actuar al revés. Los niños se van a relacionar fuera de casa y nosotros tenemos que ver cómo lo están haciendo para ayudarles a establecer unas normas y educarles a nivel social. Por eso, tenemos que comunicarnos con ellos, saber qué tipo de relación social tienen, cómo son sus amigos, qué papel tienen, si son líderes o si se dejan llevar, si suelen mantener situaciones conflictivas o por el contrario las relaciones son fáciles.
Por medio de la comunicación podremos obtener mucha información pero también hay que observar a los niños cuando están con otros niños, en el patio, invitarles a los amigos a casa… Toda esta información nos servirá para conocer mejor a nuestros hijos en este plano y poder educarles.
Es conveniente también darles la oportunidad de relacionarse con otros niños y no reducir sus relaciones sociales a las que puedan desarrollar en el centro escolar. Otro tipo de relaciones pueden derivar a partir de actividades fuera del colegio, bien sea extraescolares, deportivas, de ocio, socioculturales, etc. así como planes familiares con primos, tíos…
Conchita Requero
Asesora: María Campo. Directora de Centros Educativos Kimba
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