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Qué es la dislexia y cómo ayudar a nuestro hijo

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Las dificultades a la hora de aprender a leer de forma fluida son normales a ciertas edades. Sin embargo, si persisten de forma reiterada, es posible que sean síntoma de que nuestro hijo tiene dislexia, una dificultad para aprender a leer de forma fluida a pesar de la inteligencia y la motivación. Te contamos qué es y cómo puedes ayudar a tu hijo si la tiene.

Lo cierto es que conocer la causa de la dislexia es complicado y aún no está claro el motivo de su aparición, pero lo que sí se sabe es que no tiene nada que ver con la falta de esfuerzo o de motivación de los niños, sino que es posible que tenga una base genética (¿hay otros casos en la familia de dificultades con la lectura?).

Las características de la dislexia

Tal y como explican desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), los niños que tienen dislexia tienen muchas dificultades para asociar correctamente las letras escritas con su sonido, lo que significa que también les es difícil aprender a leer y a escribir. Presentan unos errores característicos:

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– Omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)

– Sustituciones (leer una letra por otra)

– Inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)

– Adicciones (añadir letras o silabas)

– Unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de forma inadecuada)

– Rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la lectura.

Esto lleva aparejado que los niños con dislexia normalmente también presentan carencias en comprensión lectora e, incluso, en ocasiones es causa de fracaso escolar, lo que acaba repercutiendo en el desarrollo emocional del niño y de la familia.

Asimismo, se ha observado una asociación entre la dislexia y otros problemas en los niños, como la hiperactividad, la escritura defectuosa, dificultad para procesamiento de números e incluso trastornos en el desarrollo de la coordinación (son torpes, con mala coordinación y facilidad para caerse).

¿Cómo ayudar a un hijo con dislexia?

Lo primero que hay que tener en cuenta, tal y como explican desde la Aepap, es que la dislexia perdura durante toda la vida, lo que no impide que, si se empieza pronto un tratamiento, estos niños puedan aprender y tener éxito en su vida académica.

Así, es esencial que tanto nosotros los padres, como los profesores y nuestro propio hijo sepamos que tiene dislexia. De esta forma, se podrá llevar a cabo un «entrenamiento intensivo» para que nuestro hijo pueda aprender como el resto de sus compañeros.

Lo básico, explican, es la práctica continua de la lectura sin olvidar el esfuerzo que representa leer para una persona que tiene dislexia. De este modo, tenemos que animarles y motivarles para que lean, pero sin forzarles y teniendo en cuenta que un niño con dislexia necesita leer las palabras más veces para poder reconocerlas.

Así por ejemplo, desde esta asociación recomiendan que en el colegio y el instituto se dé más tiempo a los niños con dislexia y no se les cuenten las faltas de ortografía, entre otras opciones como implementar sistemas de evaluación específicios para ellos.

El fracaso en los niños con dislexia

Con todo, lo esencial es el apoyo continuo a nuestro hijo. Si observa que los que le rodean no le comprenden o no valoran su esfuerzo, le puede invadir una sensación de fracaso que le puede acabar produciendo ansiedad, depresión o trastornos de la conducta.

Ángela R. Bonachera

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