Enseñar el valor del respeto a nuestros niños es esencial desde que son pequeños hasta que se hacen mayores. En ocasiones observamos cómo peticiones que antes eran: «por favor, ¿me das un zumo?» se convierten en «¿dónde está mi zumo?», algo que no debemos tolerar. Te dejamos aquí algunos consejos para enseñar (o recordar) a los niños el valor del respeto.
Y es que el respeto es importantísimo aunque a veces nos pueda parecer que se está perdiendo. Ser considerados, pedir las cosas con educación, ser amables, es muy sencillo mostrar respeto por los demás. Para que no se pierda, mejor comenzar en casa con estos pequeños trucos para el día a día con tus hijos.
Exige buenas maneras a tus hijos
Ser educado no es una mera formalidad. Según aseguran varios expertos, el dar las gracias es reconocer que hay un intercambio mutuo de favores, por lo que a la larga los niños aprenden que todo no se consigue «en bandeja de plata».
Ya desde que son pequeños podemos enseñar a nuestros hijos a decir «por favor» y «gracias», al igual que en preescolar los niños ya deben saber hablar a los adultos a los ojos y decir «hola» y «adiós». Si no lo hacen, lo mejor es que empieces a darles pequeños recordatorios: no les regañes, simplemente invítales a hacerlo bien para que se convierta en algo natural para ellos.
Además, es bueno que antes de ir a ciertos lugares que requieren que los niños se porten bien (antes de montar en un autobús, por ejemplo, o cuando vayan a la oficina a visitarnos) sepan exactamente qué se espera de ellos. Háblales antes de entrar al lugar sobre cómo deben comportarse y, si es necesario, adviérteles de que si no se portan bien tendréis que iros. Aquí es igual o más importante cumplir la advertencia para que vean que hablamos en serio.
Por supuesto, no olvides rezorfarles positivamente: felicítales cuando lo hagan bien. Por ejemplo, en el caso del viaje en autobús o la visita a la oficina, si se portan bien díselo, así se sentirán mejor y verán que son valorados y que lo que hacen verdaderamente tiene su fruto y aprenderán el respeto.
Evita tolerar groserías en los niños
Hoy en día es común encontrarnos con niños que son groseros y hablan mal, con incluso insultos cuando son muy pequeños. No dejes que tus hijos sean así, porque el que un niño diga palabrotas depende simplemente de que los padres le dejen (creyendo que es gracioso, por ejemplo). Si ves que tu hijo comienza con esta clase de comportamientos, lo mejor es cortarlo de raíz.
Deja claro que, por mucho que otros molesten, no les podemos responder con insultos, y en su lugar enséñale a expresarse con propiedad. Si ves que tus hijos están discutiendo, por ejemplo, en lugar de regañarles déjales que te cuenten lo que ha pasado y, una vez que lo hagan, explícales que es normal sentirnos enfadados, pero que eso no es excusa para gritar, golpear o decir palabrotas como respuesta.
Además, enseña a tus hijos a pedir perdón cuando se equivoquen de la mejor forma: da ejemplo. Los padres también nos equivocamos, y mostrarles que también sabemos rectificar es la mejor forma de que aprendan a hacerlo ellos mismos.
Enseña a tus hijos a escuchar
La comunicación, esencial en cualquier relación, también es fuente de respeto. Si sabemos escuchar a los demás, sabremos ponernos en su lugar y tener conversaciones fructíferas de las que aprender. Además, dedicar nuestro tiempo a escuchar a otros es otra forma estupenda de mostrar respeto, pues estamos también diciendo que nos interesa lo que nos tiene que contar.
Por todo ello, enseña a tus hijos a escuchar: que dejen las nuevas tecnologías por un ratito de vez en cuando y se centren en la conversación que tenemos (por ejemplo, durante las cenas en familia), y aprovecha para mostrarles el valor de no interrumpir al otro mientras está hablando.
Establece reglas en casa
Establecer límites a los niños les enseña que le mundo no gira a su alrededor, sino que también tienen que tener en cuenta que hay otras personas en el mundo con otras preferencias. Además, comenzar con las reglas de casa es básico para que aprendan a seguir las de otros lugares, como el colegio o el comedor escolar.
Si permites que tus hijos hagan lo que quieran sin consecuencias, lo cierto es que multitud de investigaciones han probado que esta clase de niños fracasan más en la vida. Por lo tanto, es importante que comprendan el concepto de autoridad, y que ésta reside en los mayores.
Para enseñar las reglas de la casa es importante que las conozcan (por ejemplo, dejándolas escritas en una pizarra), y que las comprendan: explícales por qué las cosas se hacen de un modo y no de otro.
Además, es bueno que tu hijo sepa las consecuencias de saltarse las normas y que, si lo hace, se cumplan los castigos previstos. Obviamente la educación de los niños en el respeto no es un camino de rosas y todo tiene un proceso de aprendizaje, de ensayo y error, pero seguir estos pequeños consejos con perseverancia te ayudará a tener unos hijos respetuosos con los demás.
Ángela R. Bonachera
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