El desarrollo de la autonomía debe ser uno de los grandes objetivos de la educación de nuestros hijos. Si queremos que sean personas independientes, capaces de tomar sus propias decisiones, sin temor a equivocarse, debemos fomentar que los niños sean autónomos y enseñarles a ser responsables. Sin embargo, el desarrollo de la autonomía y de la responsabilidad, a veces, es complicado y puede convertirse en un desafío para las familias y educadores.
La autonomía está ligada a la responsabilidad
La autonomía es la facultad que les permite ser capaces de hacer las cosas por sí mismos. Uno de los principales componentes de la autonomía es la responsabilidad. El desarrollo de la autonomía está estrechamente vinculado al desarrollo de la responsabilidad, no pudiendo separarse de éste. Ser autónomo implica tener la capacidad de ser responsable de los propios actos y decisiones.
La responsabilidad puede entenderse como la cualidad que nos hace dueños de nosotros mismos y de nuestros actos. Para que los niños y niñas sean autónomos, han de aprender a ser responsables. Ya que la responsabilidad es el valor que reside en la conciencia de cada uno y hace posible la reflexión, administración, orientación y valoración de la propia acción y de las consecuencias de los actos.
Educar para la autonomía: enséñales a ser responsables
A medida que crecen y van adquiriendo capacidades, los niños y niñas buscarán su autonomía. En muchas ocasiones tendemos a sobreprotegerles y evitar que hagan las cosas por sí mismos. Protegerles de más y hacer aquellas cosas que nuestros pequeños pueden hacer por sí solos es contraproducente. Al hacerlo les enseñamos a depender de alguien, minamos su autonomía y no desarrollamos su responsabilidad.
Es un error muy común pensar que los niños y niñas no pueden ser responsables. Si pueden serlo, necesitan que les dejemos poco a poco. Solo con la práctica de su autonomía irán desarrollando las estrategias de análisis, reflexión y planificación que les permitan serlo.
Del mismo modo dejar que se desenvuelvan solos, les permite comprobar que son capaces de hacerlo. Cuando no les dejamos hacer determinadas tareas por sí mismos, pensando que no son responsables, les estamos privando de una valiosa experiencia de desarrollo. Esta experiencia les va a permitir, por un lado comprobar sus capacidades y ganar confianza y por otro desarrollar estrategias que entrenen su responsabilidad y desarrollen este valor en su conciencia.
Beneficios de educar a los niños y niñas para el desarrollo de su autonomía
– Favorecemos una sana autoestima y autoconcepto.
– Dotamos al niño/a de confianza en sí mismo.
– Potenciamos el desarrollo de una personalidad madura.
– Les hacemos capaces de tomar sus decisiones sin miedo a equivocarse.
Claves para desarrollar la autonomía y educarles en la responsabilidad
– Dales poco a poco pequeños encargos adecuados a su edad y nivel de desarrollo (vestirse, comer, higiene, poner la mesa, recoger sus cosas, etc.)
– Deja que se ocupen de estas pequeñas responsabilidades por sí mismos. En un primer momento explica cómo hacerlo, a continuación deja que lo hagan mientras supervisas y guías y finalmente déjales solos.
– Fomenta la seguridad en sí mismo dejando que haga determinadas tareas sin tu ayuda.
– Evita sobreprotegerle y hacer cosas que puede hacer solo. Aunque nos permita ahorrar tiempo y parezca más cómodo, no debemos hacer lo que ellos pueden hacer solos.
– Enséñales a aprender de sus errores. Deja que cometan errores y ayúdales a pensar qué es lo que hicieron mal y que es lo que pueden cambiar.
– Implica a tus hijos en el establecimiento de las reglas y normas. Si estas implicados, las comprenderán y serán más responsables con las mismas.
– Deja que tomen sus decisiones, para ello limítate a servir de guía. Prueba a proponerles diferentes opciones, por ejemplo: o haces los deberes ahora, o los haces después de merendar pero no podrás ver la tele. De este modo conseguimos que sean ellos mismos los que decidan y valoren las consecuencias.
– Enséñales a tomar decisiones, muéstrale como analizar opciones, planificar y anticipar. Explícales que son libres para decidir, pero que cada acción tiene sus consecuencias.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria, especialista en Pedagogía y Psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
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