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Cinco razones para hacer cursos intensivos de idiomas

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Llega el verano y no sabemos qué hacer con nuestros hijos: es cierto que tras el curso merecen descansar, pero no por ello pueden tirarse los tres meses de vacaciones sin hacer nada… ¿qué hacemos? Quizá aprovechar para apuntarlos a un curso intensivo de idiomas sea la solución. Te damos cinco motivos para que te lo plantees muy seriamente.

Los cursos intensivos están cada vez más de moda para aprender algún idioma durante el verano, pues sus resultados se ven más a corto plazo y sirven para mejorar en la lengua extranjera pero, también, para dar el último «empujón» y prepararnos de cara a algún examen oficial, tan necesarios últimamente.

Los que mejor pueden hablar de los beneficios de hacer un curso intensivo son los propios profesores, pues ellos ven cómo avanzan los alumnos. Rosalía Casares, profesora de inglés en la academia IML La Zubia (Granada), asegura que estudiar una lengua en uno de estos cursos «facilita la asimilación de estructuras gramaticales, vocabulario y, sobre todo, aporta fluidez».

Eso sí, hay que tener algo en cuenta: requiere más compromiso y dedicación porque, obviamente, no es lo mismo dar tres horas semanales de clase que seis: hay que trabajar duro y, por supuesto, elegir una academia de confianza que nos garantice que nuestro hijo estará en las mejores manos y no ‘perdiendo el tiempo’ en clase. Esta misma profesora nos da las 5 principales claves de los cursos de idiomas.

Cinco beneficios de los cursos de idiomas

1.- Se aprende más rápido. Es lo más obvio: si son más horas de clase, aprendes en menos tiempo. «Por ejemplo, en un curso intensivo de tres meses se concentra un total de 96 horas de clase, frente a las 39 horas de clase que tendríamos en un curso normal», comenta esta profesora.

2.- Contenidos más personalizados. Como normalmente estos cursos tienen un fin específico, esto permite que los contenidos sean más personalizados y adecuados al alumnado. Por ejemplo, los cursos organizados para algún examen dedicarán mucho tiempo a practicarlo.

3.- Alumnos más motivados. Aquellos que se apuntan a estos cursos tienen claro por qué lo hacen: quieren conseguir un objetivo muy claro, lo que hace que los estudiantes se motiven y se conciencien a aprovechar el tiempo al máximo, algo que beneficia al grupo entero.

4.- Mejora la organización y estudio. Según Casares, los cursos intensivos ayudan a los estudiantes a marcar unas pautas de estudio y ser autónomos algo que después seguirá durante el próximo curso. «Las clases suelen tener un ritmo rápido que exige trabajo extra en casa para no quedarse atrás y afianzar todo lo que vamos viendo», comenta, al tiempo que aconseja una buena planificación como sinónimo de productividad.

5.- Nuevos amigos. Las clases extraescolares ayudan a nuestros hijos a conocer nuevos amigos, y así ocurre también en estos cursos, donde compartir dudas, materiales y recursos también ayuda a conocer mejor a los nuevos compañeros.

Son muchos los motivos para apuntar a nuestros hijos a un curso intensivo pero, eso sí, hay que tener clara una cosa: requerirá trabajo y, por tanto, nuestro hijo debe querer apuntarse. Los beneficios serán mayores que el «fastidio» por tener que estudiar en verano, ¡ya veréis! Además, a las cuatro de la tarde en pleno julio, cuando ni se puede salir a la calle ni a la piscina (por la digestión), ¿qué mejor que aprovechar el tiempo aprendiendo?

Ángela R. Bonachera

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