Ante las dudas de nuestro hijo sobre qué carrera estudiar, a los padres nos gustaría proporcionarles esa receta mágica que no falle, porque nos damos cuenta de que elegir una carrera es algo serio. De algún modo, se asientan las bases de su futuro profesional, una faceta importantísima del futuro de nuestro hijo como persona.
Es importante ayudarle a ser realista y a conocer sus puntos fuertes y débiles, para que elija su carrera o profesión de acuerdo con sus aptitudes y posibilidades, y lo más aconsejable es recomendarle la alternativa que menos limite el abanico de salidas profesionales.
Ya sabemos que uno mismo tiende a idealizarse y a creerse superior; y si somos algo vagos, acabamos por elegir lo que menos esfuerzo exija cuando dudamos sobre qué carrera estudiar. Nadie mejor que los padres para poner los pies en la tierra. Se trata de que no se impongan metas tan altas que sean inalcanzables y terminen frustrándoles, ni tan inferiores a sus posibilidades que acaben por no satisfacerles. Para ello hemos de empezar por ser realistas los propios padres. No podemos pretender que un hijo que se marea cada vez que ve sangre sea cirujano, por mucho que lo hayan sido su padre y su abuelo…
Puede ser un acierto la oportuna consulta con algún profesor que conozca bien las aptitudes y preferencias de cada caso concreto, y sus posibilidades de éxito o fracaso en la carrera que quiere seguir.
Visión de futuro para elegir carrera
Aun siendo muy importante, la carrera no es un fin sino un medio para acceder a una determinada profesión. Nuestros hijos deben ser conscientes de que no están decidiendo sobre cinco años de estudios, sino sobre cuarenta de ejercicio profesional, y por tanto es precisamente el contenido de la profesión la que más ha de pesar en su decisión.
1. Información de primera mano. Cuando el campo de intereses se delimite a un grupo de cuatro o cinco profesiones, sería bueno poner a nuestro hijo en contacto con amigos y conocidos que les hablen del contenido del trabajo, de la preparación necesaria para llegar a él y de las capacidades y cualidades requeridas. Siempre es mejor que esta persona sea lo más cercana posible a él en el tiempo; el hijo de algún amigo que haya estudiado esa carrera, por ejemplo. Su testimonio tendrá más valor.
2. En contacto con la profesión. Lo ideal sería que él o ella pudieran comprobar sobre el terreno que, efectivamente, ése es el trabajo que les gusta. Una posibilidad sería hacer algún trabajo en verano para que puedan comprobar «in situ» el día a día.
Por ejemplo, un muchacho que se plantea ser médico podría estar parte de sus vacaciones de verano ayudando como voluntario en un hospital de la zona, cuidando enfermos, etc. Aunque no hiciera más que llevar en un carrito las comidas, la experiencia será positiva para él por la toma de contacto que supone con la realidad.
3. Carreras abiertas. Si nuestro hijo duda ante la elección de una carrera, lo más aconsejable, siempre respetando su decisión, es recomendarle la alternativa que menos limite el abanico de salidas profesionales.
Si a nuestro hijo le gustan las matemáticas y quiere hacer una carrera con un fuerte contenido en esta materia, pero duda entre Exactas o Ingeniería Industrial, desde el punto de vista práctico es mejor que se decida por la Ingeniería, ya que las posibilidades de especialización y elección de trabajo, una vez terminada la carrera, son mucho mayores. Tal vez entonces, con unos años más, tenga más claro lo que quiere.
Consejos para elegir carrera
– Ayuda a tu hijo a pensar en voz alta sobre su futuro profesional. Introduce en su razonamiento todas las variables que, a tu juicio, debe tener en cuenta en su decisión.
– Hazle ver que más que las asignaturas que componen la carrera, lo que ha de gustarle es la profesión a la que accederá después.
– Anímale a que haga algo a la altura de sus posibilidades y aptitudes. Ni por encima, porque al no conseguirlo se frustrará, ni por debajo, porque acabaría por lamentar no haber hecho más.
– Habla con algún profesor que conozca bien a tu hijo sobre sus capacidades para ejercer una u otra carrera.
– Facilítale el ponerse en contacto con conocidos tuyos que le informen sobre las distintas carreras y profesiones que puedan interesarle.
– Plantéale la posibilidad de hacer algún trabajo, a tiempo parcial, en el entorno laboral que cree que le puede interesar. Es la mejor manera de hacerse una idea real de una profesión.
– Si tu hijo duda entre dos o tres carreras, oriéntalo hacia aquella que le permita decidirse posteriormente por distintas salidas.
– En muchos colegios organizan sesiones de orientación universitaria. Si al que asiste tu hijo no lo hacen, puede ser una buena idea hablar con los profesores o el director para que piensen en esta opción. Sería interesante contar con distintos profesionales (los mismos padres de alumnos) para que explicaran sus experiencias, el contenido de la profesión, etc. Anima a tu hijo para que vaya a la mayoría de las sesiones, aunque tenga más o menos decidido lo que va a hacer.
Teresa Pereda
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