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Uno de cada tres casos de fracaso escolar tiene como origen el trastorno del déficit de atención no diagnosticado

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MADRID, 21 Septiembre

Uno de cada tres casos de fracaso escolar tiene como origen el trastorno del déficit de atención no diagnosticado (TDAH), según ha explicado el jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor de Madrid, el doctor Francisco Javier Quintero.

Debido a ello, subraya que una detección tardía de esta patología aumenta el riesgo de bajo nivel académico y de otras situaciones problemáticas como «la ingesta de drogas o el trastorno de personalidad».

Además, Quintero explica que del entre cinco y siete por ciento de niños que tienen TDAH, «menos de la mitad no ha tenido un diagnóstico» y, de ellos, el 50 por ciento «no ha conseguido un tratamiento adecuado». Por ello, subraya que existe un problema «gravísimo» en la detección de esta enfermedad, la cual se alcanza mediante un diagnóstico clínico.

En cuanto al índice de enfermos de TDAH en edad adulta, el especialista sostiene que éste es del cuatro por ciento, por lo que sugiere que «prácticamente la mitad se recuperan». Sin embargo, durante la adolescencia «el 70 por ciento mantiene los síntomas, que comienzan a presentarse antes de los siete años», explica el jefe de sección de Psiquiatría Infantil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, el doctor José Ángel Alda.

Precisamente, los principales son «la falta de atención, la fácil distracción, la hiperactividad, el habla excesiva, la prominencia de accidentes y la impulsividad», aclara el experto. Sin embargo, añade otros como «el incumplimiento de normas, el trastorno del sueño, la agresividad, los tics, los cambios de humor o los problemas de coordinación».

INCIDE SOBRE EL COMPORTAMIENTO Y TIENE REPERCUSIONES SOCIALES

Debido a todo ello, está enfermedad crónica con base neurobiológica, y que es más prevalente en varones, «incide sobre el comportamiento y tiene repercusiones sociales», destaca la responsable de Neuropediatría del Hospital Son Llátzer de Palma de Mallorca, la doctora Esther Cardó. Para ella, la explicación etiológica se encuentra en el lóbulo frontal del paciente, que «tiene un riego sanguíneo disminuido».

Además, se ven afectadas «la corteza parietal y la prefrontal, el cíngulo, la amígdala, el hipocampo y los ganglios basales», señala. En este sentido, indica que el volumen cerebral de los enfermos de TDAH «es hasta un 5 por ciento inferior al de los niños sanos».

No obstante, Cardó indica que los niños con TDAH desarrollan también la enfermedad por causas ambientales como «la ingesta de alcohol, el hábito tabáquico o la mala nutrición de la madre durante el embarazo». Por ello, aduce que la prevalencia se eleva «al 30 por ciento en menores adoptados».

Por su parte, los bebés prematuros también tienen una incidencia mayor de TDAH, ya que «un 10 por ciento de ellos tienen este trastorno», asegura. La explicación a ello es que «a no estar plenamente desarrollados estos niños, tampoco lo está su lóbulo frontal», manifiesta.

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