Los estudios revelan que el 80 por ciento de los niños de Educación Primaria reciben ayuda de sus padres para hacer los deberes, y el 45 por ciento de los alumnos de Secundaria también. Muchos consideran que el fracaso escolar se debe a que los padres no están pendientes de las tareas que tienen que hacer sus hijos en casa, pero realmente hasta qué punto esto es así.
Por qué no debemos ayudar a los niños con los deberes
Los padres tienden ahora más que antes a atender a sus hijos por las tardes para hacer los deberes juntos. Esto se debe a que ya casi todos tienen estudios medios, por lo que pueden servirles de ayuda, por lo menos hasta primaria. Pero esto puede llegar a perjudicar la autonomía de su hijo pues genera en el niño un estado de dependencia hacia sus padres a la hora de asumir sus responsabilidad, al verse incapaz de hacerlas por sí mismo.
Es necesario que los niños asuman por entero sus propias tareas, que ellos sean los que piensen, los que las corrijan al día siguiente y que asuman qué se han equivocado para rectificarlo. Cuando son los padres los que intentan sustituir el papel de sus hijos en las aulas se crea en ellos un sentimiento de desinterés pues saben que papa o mama estarán en casa para corregir lo que han hecho mal o para quitarles el exceso de tareas.
Los especialistas han confirmado que ayudar a los niños a hacer sus deberes no es del todo beneficioso para su desarrollo escolar.
Los padres tienen una especie de obsesión por dedicar el tiempo que pasan con sus hijos en hacer los deberes, por temor a que no estén preparados para el futuro, en lugar de enseñarles valores que van a ser necesarios para el desarrollo de su vida o a compartir tiempo de juego y diversión juntos.
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Por otro lado, no todos los padres cuando ayudan a sus hijos pueden hacerlo de la misma manera, y en algunos casos, debido a su formación, no es la más adecuada. En el colegio, todos los niños aprenden en condiciones de igualdad y eficacia, contando con la supervisión de los profesores, para que todos puedan optar por las mismas posibilidades de éxito.
Consejos para padres al hacer los deberes
– No hay que sentarse al lado con el niño para hacer los deberes juntos. El padre tiene que ser un entrenador que le asesore y le enseñe a organizarse para mejorar su rendimiento, pero no asumir sus obligaciones.
– No hay que corregir los deberes en casa. Que los niños lleven a clase los deberes imperfectos es bueno para que vean en que se han equivocado.
– No hay que dedicarle toda la tarde a estudiar. Si los niños juegan antes de hacer los deberes se mejora su concentración.
– Que los niños se organicen solos. Enseñar a los niños a que anoten sus deberes y las lecciones que tienen que estudiar en una agenda.
– Que los niños empiecen con una tarea sencilla y que aprendan a administrar su tiempo.
– Que se acostumbren a estudiar en casa en un lugar que no sea de uso común, como su cuarto o una habitación de estudio.
– Comprobar en qué se han equivocado de los deberes del día anterior para los corrija.
Ana Vázquez Recio
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