El primer día de guardería es un momento difícil para padres e hijos ya que es la primera vez que ambos se separan. El día en el que el niño se incorpora al mundo de la escuela vive una separación importante, se rompe un lazo afectivo con la figura de apego, que suele ser la madre o el padre, originándose un conflicto al que los padres tendrán que enfrentarse.
A partir de entonces, el niño iniciará un periodo de adaptación a la guardería en el que deberá asimilar gradualmente la ruptura de ese lazo. Este periodo de adaptación va a ser fundamental para determinar cuál será su actitud ante la escuela ahora y en las sucesivas etapas educativas.
En este momento es esencial que los padres lidien con las diferentes reacciones de sus hijos en esa primera separación. Los padres siempre deben tener presente que la incorporación de los niños a la guardería supone un cambio radical en su rutina habitual: ahora deberán obedecer a adultos que no son sus padres, compartir el espacio con otros niños y respetar nuevas normas.
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8 pautas para afrontar el primer día de guardería
Así, esta nueva etapa lleva consigo una doble preocupación para los padres: elegir correctamente un centro educativo para tus hijos y prepararles para ese primer día. Aunque no hay una fórmula infalible, es importante considerar una serie de factores para superar ese primer día con éxito.
1. Comenzar gradualmente. El periodo de adaptación a la guardería debe realizarse de forma gradual. Al principio, para mejorar la adaptación, los padres deben llevar a los niños a la guardería poco tiempo (unas pocas horas) e ir alargando este tiempo progresivamente hasta que los niños se vayan acostumbrando.
2. Demostrar seguridad. Muchas veces sufren por igual padres e hijos en este primer día, sin embargo los padres siempre deben demostrar seguridad y confianza respecto a la decisión que han tomado de que su hijo comience la guardería. La sensación de duda o tristeza puede ser percibida por el niño y aumentar su inseguridad o miedo a la separación.
3. Un objeto conocido. Aunque no debe convertirse en una regla de todos los días, para facilitar a tu hijo la aclimatación a un sitio desconocido para él, puede ser beneficioso que ese primer día se le permita llevar al aula su juguete predilecto.
4. Reforzar la confianza del niño. El momento de la despedida es un momento complicado para padres e hijos. Lo más importante es conseguir reforzar la confianza del niño, a veces basta con un abrazo y unas palabras de cariño sin mostrar ningún atisbo de inseguridad o tristeza por parte de los padres.
5. La despedida debe ser rápida. No irse sin despedirse: es esencial, es decir, no debemos irnos «a escondidas» sin despedirnos del niño ya que lo único que conseguirían los padres es que el pequeño viera la despedida como un abandono.
6. Una sola despedida. Es normal que el niño llore por lo que no será beneficioso para él consolarle, quedarse con él hasta que se deje de llorar o volver al rato para comprobar que está más tranquilo. De esta forma, el niño podrá comprobar la preocupación de sus padres y aumentar su sensación de inseguridad.
7. Puntualidad en el momento de la recogida. Cuando el primer día de guardería haya llegado a su fin, es importante que los padres estén puntuales para recoger a su hijo y que éste vea que han cumplido su palabra de ir a recogerlo al mismo tiempo que el resto de niños. También, es necesario interesarse por lo que ha hecho durante el día y conocer sus primeras impresiones en la medida en la que él las pueda compartir.
8. Contacto con el profesorado. Tras el primer día de guardería es importante que los padres intercambien impresiones con los profesores que han estado a cargo de sus hijos, saber qué reacciones han tenido, si han conseguido interrelacionarse con el resto de los compañeros o si ha tenido algún comportamiento fuera de lo normal.
Patricia Núñez de Arenas
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