Los padres siempre tratamos de educar a nuestros hijos con nuestra mejor intención, pero a veces, como humanos, nos equivocamos. Hay errores grandes (como gritar a los niños) y otros pequeños y que podemos evitar en el día a día, como las frases que les decimos. Te traemos una recopilación de las 10 peores frases que una madre o padre puede decir a sus hijos.
Las 10 peores cosas que le podemos decir a nuestros hijos
1.-«¿Por qué no te pareces más a tus hermanos?» Este es uno de los mayores errores que cometemos los padres: a veces queremos que nuestro hijo tenga a su hermano como modelo, pero con esta clase de frase «le hacemos sentir poco valorado y menos respetado que su hermano, causando problemas a largo plazo de autoestima y motivación», explica la psicóloga Amanda Gummer a la revista británica Parentdih.
2.- «Porque yo lo digo». Esta es una frase muy recurrente en los padres, pero debemos hacernos a la idea de que no es apropiada, aunque no tengamos tiempo para dar explicaciones completas. Esta frase elimina la posibilidad de que nuestro hijo aprenda el motivo por el que no se pueden hacer ciertas cosas, por lo que también borra cualquier sentido de responsabilidad por su parte.
3.-«¿Estás seguro de que necesitas ese segundo dulce?». Por supuesto que debemos mantener a nuestros hijos sanos, pero comentarios que puedan generar una imagen negativa de nuestros hijos sobre su cuerpo deben ser eliminados por completo para evitar riesgos de trastornos de la alimentación, como recuerdan desde varias asociaciones dedicadas a la ayuda a personas con estos problemas.
En este caso, la solución es simple: si quieres que tus hijos tengan una dieta sana, compra comida sana y procura que practiquen ejercicio. No tiene mucho sentido no querer que coman dulces, pero que en casa siempre haya pasteles.
4.- «Siempre» y «Nunca». Evita frases en las que te quejes de tus hijos con estas palabras: «nunca vienes cuando te llamo», «siempre te dejas el cuarto desordenado» acaba generando etiquetas que los propios niños admiten como suyas. Es decir, si «siempre deja el cuarto desordenado»; finalmente acabará siendo realidad y no ordenará su habitación.
5.- «Si no haces lo que te digo, te dejo aquí». Uno de los mayores temores de los niños es el abandono de sus padres, por lo que hay que tener cuidado con las cosas que les decimos al respecto porque pueden pasarlo realmente mal. En este caso, es mejor hacerles partícipes de la decisión.
6.- «Déjame solo». Muchas veces los padres necesitamos tiempo para estar a solas, el problema viene cuando decimos demasiado a nuestros hijos que queremos estar lejos de ellos, pues internalizan ese mensaje, tal y como alertan muchos psicólogos.
Si le echas de tu lado muchas veces, finalmente tu hijo dejará de acercarse para evitar ser rechazado, lo que tendrá consecuencias negativas a corto y largo plazo, especialmente en lo que se refiere a la comunicación en familia y la confianza.
7.-«¡No llores!». Debemos dejar que nuestros hijos expresen sus sentimientos, aunque en ocasiones sea llorando. Como explica la psicóloga Gummer, esto se relaciona directamente con la inteligencia emocional, una de las habilidades más importantes.
«La supresión de las emociones habitualmente conduce a un aumento de los niveles de cortisol, que es como si el cuerpo estuviera estresado continuamente», sostiene esta experta, quien defiende que los niños tengan libertad para expresar sus emociones como primer paso para que aprendan a manejarlos.
8.- «Espera a que tu padre se entere de lo que has hecho». Suena a frase antigua, pero se sigue repitiendo, y no es nada conveniente: si realmente quieres que aprenda la lección sobre algo que ha hecho mal, es necesario tratarlo aquí y ahora. Además, esta clase de expresiones lanza un mensaje muy negativo de que «mamá no pinta nada», lo cual no puede ser cierto.
9.- «Así no se hace, déjame a mí». Tu hijo tiene que aprender, y el proceso requiere tiempo y equivocaciones, déjale que lo haga o producirás una sensación de impotencia en él al ver que no es capaz de hacer las cosas, lo que además le puede afectar a la autoestima y la confianza.
Pide a tus hijos que hagan las tareas, pero no les tomes el relevo en cuanto veas que no lo hacen como quieres, porque entonces no aprenderán nunca. Es cierto que tenemos que enseñarles, pero no por ello evitar que lo hagan ellos mismos: en lugar del «mira cómo se hace bien», puedes optar por formas más atractivas «te voy a contar el truco que tengo para hacerlo, ¿vale?».
10.- «Debería darte vergüenza». Queremos que nuestro hijo sea consciente de su error y se arrepienta y cambie el comportamiento pero, ¿a qué precio? Hay que tener cuidado: la vergüenza y la culpa llevan consigo el pensamiento de «no valgo nada», lo cual no es positivo y le desmotivará a continuar aprendiendo.
Ángela R. Bonachera
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