Existe una gran diferencia entre mimar a los niños, que consiste en dar amor y cariño durante la infancia siempre y más cuando lo necesitan, porque están tristes o enfermos, y hacerlos unos mimados, es decir, sucumbir a todos sus deseos, sin respetar normas ni límites, concediéndoles todos los caprichos.
Los padres debemos mimar y dar afecto a nuestros hijos para que crezcan seguros y felices. Pero esto nunca debe estár reñido con negarles aquellas cosas que no les convienen, pues les ayudará a ser fuertes en la vida.
¿Tenéis el concepto de que vuestro hijo es buenísimo y el resto de los niños están muy mal educados? Si la tendencia es pensar lo mal que lo hacen el resto de los padres, quizá os estéis poniendo una venda, que en nada ayuda al niño.
Es muy bueno encontrar la parte de culpa de nuestros niños en todos los conflictos.
Hay una consigna que no falla: «No hagas tú mismo lo que él sea capaz de realizar, aunque lo haga peor y más despacio», porque le darás la oportunidad de equivocarse y aprender.
Piensa que cada vez que le niegas a tu hijo un capricho superfluo, o una comodidad innecesaria le estás ayudando a forjar una personalidad, que le posibilitará su futura felicidad como persona adulta, libre y responsable.
Si tenéis ocasión, es muy instructivo ver la primera parte de la película «Charlie y la fábrica de chocolate». Analizando la película y pensando en nuestros propios hijos podremos aprender algunas lecciones.
¿Cómo saber si estoy convirtiendo a mis hijos en unos mimados?
Los estamos haciendo mimados si…
– Abandona el esfuerzo demasiado pronto.
– Esquiva los pequeños trabajos domésticos que le corresponden
– Pierde la sonrisa ante el primer asomo de esfuerzo requerido.
– La calidad de sus respuestas está dominada por el tono mediocre.
– No le hacéis ver su parte de culpa ante las peleas con los amigos o los problemas en el colegio.
– Si le sobreprotegéis por miedo a que le hagan daño y sufra.
Ideas para evitar hacer mimados a los hijos
Por el contrario, si lo que prefieres es mimarle, pero sin convertir a tus hijos en unos mimados, esto es lo que debes evitar:
– Al salir a pasear, cogerle en brazos cuando esté cansado.
– Vestirle, por ir más rápido o si está cansado, cuando sabe hacerlo solito.
– Perdonarle, por norma, un poquito de la comida.
– Preguntarle qué prefiere para comer o cenar.
– Llevar su mochila al ir o volver del colegio o guardería.
– Recoger sus juguetes o libros, sin que te ayude.
– Darle unos minutos más por la mañana, pues te da pena ver lo que le cuesta levantarse.
– Perdonarle normas de higiene diaria: ducha, dientes, peinarse, etc.
– Concederle algo que les ha negado, cuando te insiste tres veces con carita de pena.
– No sacarle a pasear, porque hace mucho frío.
– Abrigarle en exceso.
– No darle encargos en casa por ser pequeño.
– Darle lo que pide llorando.
Si todavía no os habéis marcado unos objetivos para cada hijo, es un buen momento para hacerlo. Cuando los hijos son pequeños hay que acompañar sus pequeñas batallas, guiando sus esfuerzos, y remarcando el motivo (evitando argumentaciones del tipo «hazlo por mamá»). Si no aprenden el auténtico sentido de cada esfuerzo acabarán por pensar, con alguna razón, que la vida esforzada no vale la pena.
Marina Berrio
Asesoramiento: Jerónimo Fumanal Andrés. Profesor del Colegio de Fomento El Prado.
Te puede interesar:
– Remedios frente a los caprichos de los niños
– Cómo educar al niño caprichoso