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Niños y niñas: ¿qué tipo de educación les estimula más?

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Un porcentaje elevado de docentes, pedagogos y psicólogos sostienen que los comportamientos y estímulos de las chicas con respecto a los chicos, son diferentes. Ellas maduran antes. Ellos son más revoltosos en clase y son más inocentes y brutotes. Las niñas en cambio, son más pícaras y disciplinadas. Por todas estas razones, muchos padres y profesores se preguntan: ¿hay que tratarles y educarles de manera diferente?

Expertos de la enseñanza, tanto nacionales como internacionales señalan que las niñas maduran antes que los niños y en el tramo de la Educación Primaria (6 a 12 años) y sus comportamientos y estímulos son también diferentes. Dos expertos han analizado los comportamientos y actitudes de niños y niñas, tanto en el aula como a nivel personal, con el fin de conocer un poco más a nuestros hijos y tener más pautas de cómo educarles y estimularles para conseguir convertirles en personas más capaces, seguras y felices: Isabel Bazo, presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, CECE y Pablo Canosa, del Departamento de Educación de la Institución Educativa Fomento de Centros de Enseñanza.

Isabel Bazo basa sus comentarios en todo lo que le han aportado sus años de docencia en contacto directo con chicas y chicos. Observando a los alumnos y alumnas, se aprecia que las niñas charlan, pasean o se sientan tranquilamente. En ocasiones participan en juegos «femeninos» como la comba y la goma y otras veces, sobre todo cuando son estimuladas por sus profesores, realizan competiciones de baloncesto y otros deportes. Los chicos, por lo general, sólo piensan en el balón (de fútbol o de baloncesto).

Padres e hijos en la educación

Desde el punto de vista de relación padres-hijos, para Isabel Bazo, las madres habitualmente tutelan la etapa preadolescente de las niñas y entablan con ellas una relación más «de mujer a mujer» que facilita su madurez. Los padres, sin embargo, no hacen lo mismo con los chicos, escudándose en que «ya han dicho a su hijo que pregunte si necesita saber algo de su evolución fisiológica», por ejemplo. Pero al chico le da vergüenza preguntar…

Pablo Canosa afirma que los padres, en casa, no suelen tener 25 hijos a los que educar. Y, además, parten de unas circunstancias totalmente distintas a las de una escuela. «La relación padres-hijos se basa en un vínculo natural, tiene una fortaleza incomparablemente mayor que la del profesor-alumno, y cuenta con infinidad de matices que no posee la relación docente-discente. No son comparables. Es como tratar de establecer paralelismos entre la relación de una marca de automóviles con sus clientes, y la de un equipo de fórmula 1 con sus pilotos».

Interacción social: diferencias entre nilños y niñas

Pablo Canosa explica que algunos estudios recientes sugieren que las principales diferencias entre niñas y niños se observan en la interacción social. En un grupo, el comportamiento del varón es muy diferente del que tiene cuando está solo y, además, se estimula con el desafío ofrecido por otros varones.

MADURACIÓN

NIÑOS. La psicología evolutiva dice que maduran más lentamente que las niñas. Son más activos y tardan más en desarrollar el control de sus impulsos que las niñas. Este ritmo evolutivo parece ser básicamente biológico.

NIÑAS. Las niñas maduran antes que los niños porque su evolución hormonal también es más temprana y produce cambios físicos y psicológicos más acentuados y visibles. Exteriormente, las chicas prefieren parecer mayores y a los chicos eso no les importa. El hecho de que las niñas maduran antes que los niños significa que, con frecuencia, alcanzan hitos cognitivos a una edad menor. Por lo general aprenden antes los nombres de cosas y objetos, los nombres de los colores y cómo contar. Por eso, las niñas están mejor preparadas al enfrentarse a las primeras nociones formales de lectura.

COMPORTAMIENTO EN CLASE

NIÑOS. Los chicos, en clase, necesitan moverse, cambiar de actividad con frecuencia. El niño medio en un aula es más activo que aproximadamente las tres cuartas partes de las niñas y los más activos en una clase son, por lo general, varones. Además, hasta las niñas más activas parecen no expresar su energía de la misma manera que los niños. Como con cualquier diferencia entre los sexos, hay mucha superposición entre lo observado en niñas y varones: hay niñas que son más activas que muchos varones. Pero, en general, ocurre lo anterior. El primer día de curso, por lo general, se sientan en clase agrupados, ocupando los últimos pupitres, lejos de la mesa del profesor y de la pizarra a diferencia de las niñas. Si no destacan por las notas, intentarán llamar la atención por otras: maleducados, bruscos o descarados en palabras y ademanes. Erróneamente, consideran una debilidad mostrar sus sentimientos. Los niños evitan intervenir espontáneamente y, si lo hacen, es porque conocen muy bien el tema. Tienen un gran temor a hacer el ridículo. En el recreo o patio prefieren el movimiento y el ejercicio físico y tienden a agruparse con los de su mismo sexo.

NIÑAS. Por lo general, las niñas son más tranquilas, se expresan mejor al formular preguntas o al responder a las cuestiones que los profesores plantean. Cuidan mucho más los aspectos formales del trabajo escolar. Son más ordenadas y limpias al utilizar el material. Es decir, valoran una serie de aspectos que a los niños les suelen importar mucho menos. Y, generalmente, esos aspectos son también valorados por el profesorado de esta etapa. En clase, las niñas participan más en las actividades, trabajos en equipo, etc… e intervienen con más aplomo en las preguntas o debates, aunque no sepan lo suficiente. Son más constantes en el trabajo cotidiano y más previsoras en tiempo de exámenes. Las niñas pelean por estar en los pupitres más cercanos el primer día de clase, porque intervienen mucho más. En el porcentaje de calificaciones, por cada chico con buenas notas, hay dos o tres chicas que le superan, y eso influye en su comportamiento. Suelen preferir actividades en las que predomina el aspecto comunicativo -en infinidad de formas-.

CONDUCTAS QUE LES ESTIMULAN

NIÑOS. Los chicos suelen responder mejor ante los estímulos dirigidos a la superación personal y el liderazgo. Tienen que ver en su profesora o profesor mucha seguridad. De lo contrario, no confían en ella/él, y pierden gran parte del estímulo. Es decir, necesitan comprobar a menudo la superioridad y el liderazgo claros del docente, en todos los aspectos posibles. Esto no quiere decir que no debamos educarlos en la responsabilidad, tanto en clase como en las tareas familiares.

NIÑAS. Las actitudes con mayor carga afectiva y las apelaciones a la responsabilidad suelen estimular más a las niñas, así como las invitaciones a la reflexión.

NORMAS DE DISCIPLINA

NIÑOS. Para estimular a todos, niños y niñas, basta con aplicar unos principios básicos: cada acción tiene una consecuencia y nos corresponde a los padres y a los educadores, incluso a la sociedad, hacerlas cumplir. Es importante inculcar metodologías que valoren el «conseguir» en lugar de el «perder». Por ejemplo: «Si traes buenas notas te «ganas» salir el fin de semana», en lugar de «si traes malas notas te quedas castigado el fin de semana». El esfuerzo debe ser planteado siempre positivamente.

NIÑAS. Igual que a los niños. Tanto a ellas como a ellos, les ayuda a mantener la disciplina una persona que tenga autoridad. Y eso no es patrimonio exclusivo de maestras ni de maestros. Factores tales como el porte personal, la comunicación no verbal, el control visual, el tono de voz, el tipo de lenguaje utilizado, el nivel de exigencia o las estrategias de resolución de conflictos son las que determinan que un profesor determinado o una profesora mantengan de forma habitual un adecuado grado de disciplina en la clase, ya sea ésta de niños, de niñas o mixta.

Alejandra Márquez

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