¿Cuál es la clave el éxito? Sin lugar a dudas una buena carrera académica es puerta hacia un futuro más esperanzador. Una respuesta que da pie a otra pregunta, ¿qué puede hacerse para mejorar el aprendizaje de los más pequeños de la casa? Muchas son las herramientas que pueden hacer que este objetivo se conquiste.
Entre ellas, la neuroeducación. Una respuesta que pretende mejorar la calidad de la enseñanza. Una técnica que consiste en organizar el aprendizaje de los más pequeños de la casa, teniendo en cuenta el funcionamiento de sus cerebros. Una propuesta integradora en donde dos campos, a priori sin conexión, puedan unir sus fuerzas con el fin de conseguir grandes resultados.
¿Qué es la neuroeducación?
Desde el Instituto Superior de Estudios Psicológicos se define la neuroeducación como la disciplina que integra dos ramas, las ciencias de la educación y la neurología. En ella educadores y profesionales del cerebro desarrollan disciplinas como la psicología, la neurociencia, la educación y la ciencia cognitiva.
El objetivo es una mejora en los métodos de enseñanza y en los diferentes programas educativos. ¿Cómo? Aprovechando la plasticidad del cerebro en las edades más tempranas para permitir su moldeado a través del aprendizaje continuo, una enseñanza que no tiene en cuenta las características externas del niño y que pretende sacar el máximo rendimiento de sus cualidades.
La neuroeducación, además, permite la identificación de las causas neurológicas que se pueden relacionar con el fracaso escolar. La dislexia y otros trastornos de aprendizaje pueden llegar a lastrar la vida académica de los alumnos. D esta manera, se podrá configurar un aprendizaje que se encaje en el desarrollo de nuestro cerebro, porque éste enlaza el pensar, el sentir y el actuar en un todo indivisible.
Plasticidad cerebral
Como se ha dicho, la neuroeducación aprovecha la plasticidad en el cerebro de los más pequeños. Una cualidad que se puede potenciar con actividades como las que proponen desde Cognifit:
– Escuchar música. Escuchar música es una excelente actividad de gimnasia cerebral que activa la transmisión de información a través de las neuronas, la capacidad de aprendizaje, y memoria.
– Escribir a mano. Tomar notas a mano, en lugar de con un dispositivo electrónico, es una buena gimnasia cerebral, incrementando la memoria y potenciando el aprendizaje.
– Practicar ejercicio. Hacer ejercicio y disfrutar de él potencia la creación de nuevas neuronas, mejora el aprendizaje y el rendimiento cognitivo y potencia la plasticidad cerebral.
– Suficiente descanso. Dormir demasiado o poco está asociado al envejecimiento cognitivo.
Damián Montero
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