Los smartphones se han convertido en una herramienta muy útil para los estudiantes. Al igual que los ordenadores, permiten acceder a información desde cualquier parte y mantenerse conectados para preguntar dudas a sus compañeros. Sin embargo, también pueden suponer un grave problema en su día a día, si no se emplean bien. Un buen ejemplo es la capacidad que tienen estas tecnologías para distraer a los alumnos durante las lecciones.
Por otro lado, también los móviles también pueden ser el desencadenante de casos de acoso escolar, favoreciendo estos casos. Por eso, los colegios prohíben estas tecnologías durante las clases con el fin de prevenir estos problemas. Pero, ¿qué opinan los estudiantes al respecto? Según el informe La opinión de los estudiantes. III Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos en Tiempos de Pandemia, elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, más de la mitad de los niños están a favor de restringirlos con el fin de evitar estas situaciones.
Acoso escolar en la actualidad
Los datos indican que la pandemia ha ayudado a que se reduzcan los casos de acoso escolar. Desde que se declaró el estado de alarma, los alumnos se vieron privados de poder acudir el colegio, reduciendo todo tipo de interacción, incluida la que, como resultado, generaba el bullyig. Con el regreso a las aulas, y el distanciamiento social, se permitió que los profesores realizaran un mejor control que evitasen estas situaciones.
Algo que se suma a la labor de concienciación realizada por parte de organizaciones como ANAR, lo que se ha traducido directamente en el acoso escolar y su descenso. De esta forma, el diálogo y el aprendizaje se posicionan como dos herramientas muy útiles en los centros escolares para combatir esta problemática en las aulas. Si en 2018 los casos estaban en un 37,0%, en 2020 y 2021 la incidencia era del 15,2%.
Entre los casos de acoso escolar detectados, los más frecuentes es el que afecta a una sola persona en el aula (49,9% del total). Por otro lado, aumentaron las agresiones en el grupo, suponiendo un 72,4% del total registrado en 2020 y 2021 (43,7% en 2018 y 20219). Los insultos, motes y burlas han sido las fórmulas más habituales, seguidas de la difusión de rumores, empujones o collegas, y del aislamiento del resto del grupo.
En cuanto a los motivos que desencadenan estas agresiones, el aspecto físico fue la razón en el 52,6%, considerar diferente al compañero aparece en segunda posición para más del 26% y por las cosas que hace o dice queda en tercera plaza para casi el 40%. Los gustos, dificultades para relacionarse o ser de otro país, cultura, o religión son otras causas repetidas entre los casos analizados en este informe.
Cómo acabar con el acoso
Casi la mitad de los casos detectados no fueron resueltos y la forma más habitual de ponerle fin es el aviso a los profesores, tal y como afirma el 31,5% del alumnado entrevistado. Poner en conocimiento de la familia es la mejor opción para casi el 11% de los estudiantes y ayudar o defender a la víctima para el 10%. También es sorprendente cómo el 17% de los participantes cree que los profesores no hicieron nada, mientras que en el 10,5% se expulsó al agresor.
Por último, es destacable que solo un 23% cree que prohibir el uso del móvil en el colegio sería una medida inadecuada. Por otro lado, el 18,6% considera que esta medida ayuda a evitar la tentación de hacer fotos o vídeos para dañar, o burlarse, de los demás. Un 16,5% cree que esta decisión ayudaría a reducir las distracciones en las aulas.
Damián Montero
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