Si estás buscando una guía para perfeccionar la autoridad de los padres y la autoestima de los hijos, no dejes de leer Niños felices, de la coach parental Magda Gomes Dias, que en el país vecino ha vendido más de 10.000 ejemplares. Magda es muy conocida en Portugal por su blog Mum’s the boss, donde también ha fundado la Escola da Parentalidade e Educação Positivas.
En esta entrevista, Magda Gomes Dias comenta que todo lo que hacemos, desde la manera de comunicarnos hasta la relación que tenemos con lo que nos rodea, influye -incluso moldea- el comportamiento de nuestros hijos y nos confía los secretos de su estrategia, un modelo de actuación con familias, que ha tenido también un gran éxito en comunidades y escuelas.
Somos los mejores padres que podrían tener nuestros hijos
¿Qué entiende por niños felices?
Los niños felices son niños sanos emocionalmente que, a pesar de la dificultad en el manejo de emociones intensas, la baja autorregulación e incluso la intolerancia a la frustración, conviven con buenos adultos, que fomentan en ellos habilidades, basadas en el respeto a este elemento. Sobre todo, seguirán siendo felices y recordarán una infancia feliz, cuanto mejores personas y fuente de seguridad sean los adultos que los rodean.
¿Dónde cree que reside la felicidad de los niños y cómo lo demuestran?
La felicidad no se consigue, puede ser una meta, pero es algo que no se consigue para siempre. El niño es feliz con mucha facilidad. Todo lo que necesitas hacer es prestar atención, que respondan exactamente a tus necesidades y animarte a descubrir y promover tus talentos.
Actualmente, los padres intentamos dárselo todo a nuestros hijos, lo que no tuvimos, lo que quisimos… ¿es positivo o nos estamos equivocando?
Cuando le doy a mis hijos lo que yo quería, entonces estoy equivocado y ciego, porque no puedo ver las verdaderas dificultades de los niños. Los niños que carecían de cariño y comprensión y vivían con vergüenza de sus necesidades, ahora son adultos que podrán dar todo lo que les faltaba a sus hijos: exceso de cosas, de oportunidades y hasta de atención, limitando su autonomía emocional y física. Es importante cerrar estos procesos internos y únicamente nuestros, y saber que cada niño es más fuerte de lo que pensamos, sobre todo cuando tienen adultos sanos con ellos.
La tarea de educar es larga, ¿qué hacer cuando vemos que nos estamos equivocando?
El error es la mejor manera de aprender. Si no sé cómo hacer algo, ¿qué hago normalmente? Buscar ayuda, estudio o información. Es lo mismo con la crianza de los hijos… solo que cambia a cada momento: bebé, niño pequeño, preadolescente, la llegada de un hermano, un divorcio, etc., lo digital, etc. Los padres tenemos que estar cada vez más actualizados.
Se habla mucho de resiliencia, ¿cómo podemos educar a los niños en la resiliencia cuando les estamos sobreprotegiendo al mismo tiempo?
Exacto, ese es el punto. Hace algunos años formé parte de un estudio que descubrió que los niños con alergias eran menos resistentes porque los padres tendían a ser protectores todo el tiempo. No se aventuraron, no se arriesgaron, no se superaron. Muchos padres incluso dijeron «está bien, ya no es necesario», temiendo que se cansarían. Por el contrario, la resiliencia se puede trabajar en cada momento de frustración y esfuerzo. Y estos momentos suceden en cada momento de la vida.
Educar en positivo con frases positivas es todo un ejercicio para los padres, ¿qué marca la diferencia en el presente y en el futuro de nuestros hijos para esforzarnos en educar en positivo?
Educar con frases positivas no es decir sí o evitar el no. Atención: lo «noes» se necesitan mucho. Educar con frases positivas significa que se crean puentes, se buscan soluciones. No es una clase de automatización. Lo que veo es que todos nosotros, padres o no, tenemos grandes lagunas en la forma en que nos comunicamos. Entonces, si tuviera que apostar por una habilidad para trabajar, sería esa: la forma en que nos comunicamos. De hecho, quienes trabajan conmigo saben que este es el punto en el que hago más hincapié.
¿Es cierto que el cerebro humano madura a los 6 años, luego a los 23 años y por último a los 60 años?
No tengo la certeza, pero los investigadores sí. De hecho, hace unos 3 años, la madurez del cerebro pasó a 25 años. Estas edades son edades de grandes saltos en cuanto a la madurez cerebral, marcadas no solo por el crecimiento físico sino también por las experiencias vividas.
¿De qué manera influye el carácter de los niños a la hora de saber gestionar las emociones?
Los niños más ansiosos e intensos tendrán más dificultades para lidiar con sus emociones. Por eso es muy importante que, especialmente estos, puedan aprender a hacerlo. pero nadie enseña inteligencia emocional si no es emocionalmente inteligente. Y esto es algo que todos los alumnos que trabajan conmigo saben y sienten, después de pasar por nuestra formación.
¿Qué es el burnout parental?
De forma sucinta y clara, es el agotamiento de los padres que se traduce en haber llegado a tu límite, que no te apetece volver a casa, o donde están tus hijos. El desgaste es tan grande que con solo pensar en volver a casa o recogerlos, uno se encuentra en un estado de ansiedad enorme. Nadie tiene hijos para sentirse así. Atención, es un estado permanente, que trae inmensa tristeza, ira y frustración, además de culpa. Sentirse así de vez en cuando es de esperar, sobre todo si tenemos otros elementos externos que nos desgastan, pero el estado permanente necesita ayuda urgente.
¿Qué necesitamos las familias para conciliar y tener relaciones más presenciales y estables con nuestra pareja y nuestros hijos para evitar ir a terapia?
La terapia puede ser algo muy bueno y, en el comienzo de las dificultades, puede ser la mejor respuesta para no escalar. Es genial cuando los padres se dan cuenta de que algo es difícil y buscan mi ayuda para no dejar que la relación se degrade. Después, se trabajan en las dificultades. Como decía antes, tengo una mirada muy particular y uso la comunicación, la inteligencia emocional y las preguntas como estrategias en las que se basan los pilares de nuestro modelo.
¿Qué tres consejos rápidos nos darías para sentir esa felicidad?
Si tuviera que darte tres consejos rápidos, sencillos y que funcionen, serían: trata de ser genuinamente buena gente, reduce los estímulos, no aceptes tareas extras o cosas extras y pide ayuda cuando sea necesario -al fin y al cabo-, quien tiene hijos es para ser feliz, ¿verdad?
Marisol Nuevo Espín
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