Lorenzo Sánchez Ramos acaba de publicar Manual práctico de mindfulness para el ámbito escolar, un libro con más de 100 propuestas para trabajar la atención consciente con el alumnado de Infantil y Primaria, a través de juegos, visualizaciones, prácticas de pie, sentados, tumbados, danzas, paseos… con las que se puede mejorar mucho la conciencia y el cuidado de la salud mental y física en la escuela.
El planteamiento de este licenciado en Psicología, bachiller en Teología y diplomado en Magisterio es sencillo, a la vez que riguroso, facilita su puesta en práctica. Lorenzo Sánchez es educador por vocación y Titulado Superior Universitario en Mindfulness y Gestión Emocional. Además, es autor de varias publicaciones sobre Meditación, Mindfulness e Inteligencia Espiritual y está convencido de que «las etapas de Infantil y Primaria son ideales para trabajar la atención consciente a través de juegos, visualizaciones, prácticas de pie, sentados, tumbados, paseos meditativos, danzas y rituales».
El Mindfulness en Educación Infantil y Primaria
¿Cómo llegó al Mindfulness desde su formación como Psicólogo y diplomado en Magisterio?
Desde muy joven me ha llamado la atención el tema de la meditación. El estudio y la práctica han supuesto un gran beneficio a nivel personal. He estado al tanto de los resultados de las investigaciones en torno al mindfulness y sus enormes repercusiones en el cerebro y en otros ámbitos, y esto ha sido otro de los atractivos que me ha animado a seguir profundizando.
¿Qué diferencia hay entre Meditación, Mindfulness e Inteligencia espiritual?
El término Inteligencia espiritual parte más bien de un constructo teórico relacionado con las inteligencias múltiples de H. Gardner. Él cita la inteligencia lingüística, musical, lógico-matemática, espacial y visual, intrapersonal, interpersonal, naturalista y abre el camino a la inteligencia existencial y espiritual. Se considera la inteligencia como una habilidad que se puede desarrollar. Esta inteligencia nos remite, como dato antropológico, al cultivo de vida interior, más allá, o no necesariamente dependiente de un credo religioso o adhesión confesional. El Mindfulness es una técnica, suele definirse como atención plena y consciente. Es decir, estar a lo que se está, saliendo del piloto automático en el que, a veces, vivimos. Así, el Mindfulness sería una forma, un camino para desarrollar aspectos de la inteligencia espiritual, para el cultivo de la interioridad. La meditación se trata de una habilidad, desarrollada con la práctica, consistente en el centramiento consciente de la atención, y de todo el ser, en asuntos relacionados con el desarrollo de todas las dimensiones del ser humano, entre ellas, especialmente su dimensión espiritual.
¿Por qué el Mindfulness tiene tantos beneficios y cuáles son las ventajas de empezar a practicarlo desde la infancia?
Los resultados de las investigaciones, y la práctica meditativa de tantas personas, apuntan en esa línea de enormes beneficios tanto a nivel fisiológico como emocional e intelectual. Desde la infancia, porque los niños, en muchos casos, son nuestros maestros. Ellos tienen la enorme capacidad de estar a lo que están en cada momento, disfrutando del presente, del instante. A medida que vamos creciendo esa capacidad va desapareciendo entre tantas preocupaciones por el pasado y por el futuro.
La práctica del mindfulness desde la infancia, más que aportar nuevos contenidos, sería el mantener esa enorme capacidad de disfrutar del presente con atención plena para no perder y afianzar esa mirada limpia de aceptación.
¿Cómo se consigue que los niños pequeños, que no paran quietos, se enfoquen en poner la atención en el momento presente?
Es un entrenamiento. Una motivación adecuada, partiendo de sus intereses, aderezado de imaginación (que es el ámbito donde ellos se mueven como pez en el agua) pueden ser buenos ingredientes. Son capaces de parar, de contemplar, de disfrutar de lo que ven, de lo que sienten. Cierran los ojos reflejando en su rostro una paz envidiable. Posiblemente seamos nosotros, los adultos, quienes no estamos quietos e, inconscientemente, transmitamos a nuestros niños esa agitación.
¿Por qué considera importante incluir la práctica del Mindfulness en las escuelas?
El informe que encargó la Unesco al equipo liderado por J. Delors lleva como título «La educación encierra un tesoro». Dentro de los pilares para educación del s. XXI hablan de: Aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser. Este último, sigue diciendo el informe, aglutina los tres aprendizajes anteriores. La incidencia en el «aprender a ser» hace que la práctica del mindfulness sea un excelente recurso para lograr ese objetivo, el ser consciente de lo que pasa, de lo que me pasa, de lo que le está pasando a los demás, etc. hace que se vayan desarrollando dimensiones humanas como la emocional, la intrapersonal, la interpersonal. Las escuelas son el lugar privilegiado de estos aprendizajes vitales, junto con la familia.
¿Cree que la práctica del Mindfulness está adquiriendo relevancia en los centros educativos y en las familias?
Se van dando pasos, algunos tímidos y otros más asentados. A pesar de los grandes benéficos que aporta su práctica, la formación es un elemento básico. Sí hay mucha teoría desarrollada, pero propuestas prácticas no hay tantas. Nosotros llevamos más de 10 años investigando y poniendo en práctica muchos de los principios teóricos y adaptándolos a las distintas edades escolares. El fruto de esta práctica es lo que estamos compartiendo en varias publicaciones respecto a este tema. El juego, la música, la danza, el silencio… son estrategias ideales para ir practicando con sencillez, pero también con rigor científico.
¿Qué consejos daría a los profesores para aplicar los ejercicios que propone e integrarlos en el horario escolar?
En primer lugar, acudir a un dicho conocido «Nadie da lo que no tiene». Lo primero es la práctica a nivel personal. El sherpa que guía ha de conocer el camino por donde va a llevar a la expedición.
El docente ha de recorrer antes los caminos por los que va a llevar a sus alumnos, si quiere que el aprendizaje sea experiencial, vital, enriquecedor.
No se trata de un mero transmitir contenidos académicos. Lo que estamos trabajando tiene que ver con la vida y la vida es calor que se va desarrollando en los encuentros entre personas a niveles profundos. Hay que ser «expertos» en la navegación profunda para no naufragar y poder dotar a los navegantes de los recursos necesarios para dirigirse a los puertos que se propongan.
¿Con qué regularidad deberían practicarse estos ejercicios y por qué es fundamental que se realicen de forma habitual?
Los hábitos se asientan con la repetición de conductas. Una conducta repetida se convierte en hábito. Al inicio puede ser que cueste instaurar una nueva rutina, porque rompe con lo transitado, pero, después, se incorpora a las habilidades personales y se ejecuta con relativa facilidad. Estos ejercicios no tienen por qué ser muy largos en su práctica, algunos de ellos, con un minuto de práctica, es suficiente. Nosotros sugerimos prácticas cortas y otras que forman parte de sesiones, incluso de 1 hora. Evidentemente todo esto está estructurado dando sentido a cada parte.
¿Por qué funciona y cómo funciona el mindfulness para ayudar a los niños a centrarse, a comunicarse, a gestionar sus emociones?
Como principio general funciona lo que se practica con metodología. Un buen método en manos de una persona formada tiene una potencia extraordinaria. No esperemos resultados milagrosos en poco tiempo, hay que ser perseverantes. Una semilla no crece nada más ponerla en contacto con la tierra, requiere un tiempo y un proceso. La calma, la lentitud, los buenos asentamientos requieren su tiempo. La ayuda que ofrece el Mindfulness va en esta línea. Les ayuda a centrarse y a comunicarse después de la práctica, y ésta ha de ser perseverante. Sucede también con las emociones, en primer lugar, un entrenamiento en ponerlas nombre, un segundo momento de aceptación y, en tercer lugar, la gestión.
Nadie corre una maratón sin un entrenamiento previo. Lo que nos sucede en educación es que estamos continuamente e indistintamente en la carrera y en el entrenamiento.
¿Qué carencias o condicionamientos de la vida que llevamos obstaculizan el proceso educativo y la comunicación con los niños?
Las prisas. No se puede amar con prisas y lo que da calor a la vida es el amor. Es necesario reducir el aceleramiento de vida que tenemos y en el que educamos. La falta de pausas y de calma hace que vivamos y eduquemos de forma hiperactivada, hiperestimulada, y eso genera agitación.
El fracaso escolar, la poca comunicación con los padres, el exceso de tiempo dedicado al móvil o al ordenador… ¿cree que todo ello puede mejorar gracias al Mindfulness?
Todas estas situaciones citadas tienen mucho que ver con el control de la atención, con un entrenamiento en la focalización de la misma. Una explicación de un problema de matemáticas en el que hay un momento en el que pierdo el hilo porque me distraigo, cuando se regresa al desarrollo es muy probable que no se entienda. ¿Es por falta de habilidad en los cálculos o problemas matemáticos? No, es un tema de mantener la atención en lo que yo quiero. En el ordenador abrimos una ventana buscando un dato o información concreta y ésta nos lleva a otra y a otra, y a otra. Pasa el tiempo y nos sorprendernos con una cantidad de ventanas abiertas tremendas y muchas de ellas no tienen nada que ver con nuestra primera intención. Se hace necesaria una disciplina mental, un entrenamiento para estar a lo que queremos estar. Éste, a su vez es un gran reto que cada uno tiene que dilucidar: ¿a qué quiero estar?
Marisol Nuevo Espín
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