Enseñar lenguaje inclusivo a los niños es una tarea importante para construir una sociedad más justa e igualitaria. El lenguaje que utilizamos tiene un impacto directo en cómo percibimos y tratamos a las personas, y por eso es importante que los niños aprendan a utilizar un lenguaje que no discrimine ni excluya a nadie.
El lenguaje inclusivo consiste en utilizar un vocabulario que incluya a todas las personas, independientemente de su género, orientación sexual, raza, religión, etc. Esto implica utilizar términos que no sean excluyentes o que no refuercen estereotipos, así como utilizar pronombres y formas de tratamiento que sean respetuosos y equitativos.
Más allá de las numerosas críticas negativas que ha recibido el lenguaje inclusivo, como padres y educadores no podemos darle la espalda, ya que se trata de una tendencia lingüìstica con un importante calado social, que fluye gracias a la flexibilidad de la lengua y su adaptación a los nuevos tiempos. La experta filóloga Eulalia Lledó afirmó en una ocasión que «la lengua no opina, no es sexista. La lengua permite decir lo que quieres decir y por tanto no expulsa a nadie. La lengua es un espacio de libertad y te deja decir lo que quieras, siendo ésta una herramienta al servicio de la humanidad y no al contrario».
Enseñar lenguaje inclusivo a los niños
Para enseñar lenguaje inclusivo a los niños, es importante empezar por explicarles por qué es importante utilizar un lenguaje que incluya a todas las personas. Podemos utilizar ejemplos concretos de situaciones en las que el lenguaje discriminatorio puede hacer sentir mal a alguien, y destacar que todas las personas merecen ser tratadas con respeto y dignidad.
Una forma de hacerlo es introducir algunos términos inclusivos en nuestra conversación con los niños y explicar por qué son más adecuados que otros términos que pueden ser discriminatorios o excluyentes. Por ejemplo, podemos enseñarles que en lugar de decir «hombre» o «mujer», podemos utilizar términos como «persona» o «ser humano»; en lugar de utilizar términos que asumen la heterosexualidad, como «novio» o «novia», podemos utilizar términos más neutros como «pareja» o «amor».
Alternativas al masculino genérico
Existen sinónimos y giros que podemos utilizar como alternativa al masculino genérico. Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
– Para grupos de personas: ciudadanía, comunidad, equipo…
– Para grupos profesionales: dirección, secretaría, gerencia, jefatura…
Profesiones y cargos
– Los profesores – El equipo docente
– Los fiscales – La fiscalía
– Los técnicos de sonido – El equipo de técnicos de sonido
– Los funcionarios – El funcionariado
Familia y entorno
– Los niños – La infancia, la niñez
– Los adolescentes – La adolescencia
– Los novios – La pareja
– Los ancianos – Las personas mayores
– Los hombres – La población, la humanidad, las personas, la gente
Para evitar el ‘todos y algunos’
– Sustituir por personas (todas o algunas personas)
Roles y estereotipos
– Las limpadoras – El personal de limpieza
– Las secretarias – El personal de secretaria o personal administrativo
¿Por qué usar la ‘e’?
Actualmente, hay personas que no se identifican con la polaridad «masculina/femenina», no se sienten reconocidas en ninguna de las dos. Por tanto, existen identidades que no están contempladas con la forma lingüística utilizada. Si entendemos la lengua como una herramienta en continua evolución, podemos entender el uso de la «e» como herramienta inclusiva, algo que está generando un gran debate entre los profesionales de la lengua y de la ciudadanía en general.
Una tendencia es utilizar pronombres inclusivos, como «elle» o «elle/él». Antes de usarlo, conviene explicar a los niños por qué estos nuevos pronombres son importantes para las personas que no se identifican con los pronombres tradicionales «él» o «ella».
Es importante recordar que enseñar lenguaje inclusivo a los niños no consiste en imponer un vocabulario o formas de hablar específicas, sino en fomentar la empatía y la comprensión hacia todas las personas. Al hacerlo, estamos contribuyendo a la creación de una sociedad más justa e inclusiva para todos.
Marisol Nuevo Espín
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