Jugar con un balón entre los pies o con las manos es uno de los mejores entrenamientos para mejorar la psicomotricidad de los niños. Concretamente, los juegos con balón tienen muchos beneficios, mejoran la coordinación dinámica y los niños desarrollan esta destreza con interés de una forma lúdica y divertida.
Juegos con balón para mejorar la coordinación dinámica
A parte los clásicos como el fútbol y el baloncesto, existen otros juegos con balón, que aunque están basados en ellos, se pueden constituir como una práctica aislada. El dominio de estas técnicas del juego con balón es realmente lo que ayuda a los niños a desarrollar y mejorar su psicomotricidad, concretamente la coordinación dinámica.
1. Esquivar en zig-zag. Colocaremos una hilera de balones en el suelo (en una habitación más o menos grande, en el pasillo, en la terraza o en la calle) separados entre sí unos 50 centímetros. El chico debe ir esquivándolos en zig-zag, sin tocar ningún balón. Al principio, nos parecerá bastante patoso.
Podemos motivarle diciéndole que este ejercicio lo hacen los futbolistas profesionales para entrenarse. Así pondrá más empeño y en poco tiempo mejorará su coordinación.
2. Círculos en torno al balón. Le diremos a nuestro hijo o hija que apoye las manos sobre un balón que está en el suelo. El ejercicio consiste en dar vueltas alrededor del balón, apoyándose en él con las manos, y dejando las piernas rectas, lo más estiradas posibles. El ejercicio no es fácil pues tiene que aguantar el equilibrio sobre una pelota inestable y además mover los pies lateralmente.
Si hacemos el ejercicio con una música que tenga ritmo le ayudaremos.
3. Chutar y parar. Nuestro hijo jugará de jugador y de portero a la vez. En un espacio algo abierto, le diremos que chute al balón con su pie dominante. Después de chutar tendrá que correr hasta sobrepasar el balón y recogerlo con las manos, como un portero. Se puede intercalar una variante: en vez de cogerlo con las manos, que vuelva a pararlo con el pie dominante.
Siempre acertará con este ejercicio pues si chuta bien, le diremos que ha metido gol, y si para bien le diremos que es un gran portero.
4. Equilibrio con el balón. Para este ejercicio, el chico debe estar en una posición inicial: con un pie encima del balón y el otro en el suelo. A una señal, y como un juego, deberá cambiar, rápidamente, de posición: el pie que estaba sobre la pelota lo bajará al suelo y con el otro pisará la pelota. Este cambio debería realizarlo de una sola vez, con ritmo, es decir, coordinando sus movimientos.
Si al principio le cuesta hacerlo con el balón, que prueba en una escalera.
5. Bota, bota… mi pelota. Aunque pueda parecer un ejercicio más para las chicas, botar la pelota es muy importante para la coordinación de los movimientos de los hijos. Primero tendrán que botar continuamente, como si de un jugador de baloncesto se tratase. Cuando ya se vayan manejando y puedan botar bastantes veces seguidas complicaremos el ejercicio: que a una señal levante una pierna y pase la pelota por debajo, sin dejar de botar con la misma mano.
Un grado más de dificultad podría consistir en botar la pelota con los ojos cerrados.
6. Futbolistas. Para realizar este ejercicio no hace falta ser futbolistas, pero si les gusta este deporte estarán más motivados. Se trata de que nuestro hijo intente chutar a una pelota con los dos pies. Al principio puede ser complicado, porque se ponen en juego muchos movimientos y necesita mucha coordinación.
Otro ejercicio para «futboleros» podría ser que corriera con la pelota en línea recta, como si estuviera jugando al fútbol, y a una señal parara la pelota y le diera un taconazo.
Beatriz Bengoechea
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