Adaptarse a un nuevo entorno siempre es difícil. Para cualquier alumno, empezar en una nueva clase y tener que conocer a los compañeros puede suponer un duro trabajo para cualquier niño. Más aun si se encuentra con alguna barrera como es el caso de los menores con Asperger, quienes presentan varios síntomas similares a los trastornos de espectro autista.
Por este motivo es muy importante tanto para padres, como para profesores y otros alumnos, ayudar a la integración del alumno con Asperger en el aula. Proceso que se puede beneficiar de los consejos que se ofrecen desde la Universidad de Salamanca y que pueden ayudar a muchos niños con asperger que afrontan un verdadero reto cada vez que empiezan un nuevo curso.
El alumno con asperger
¿Qué supone que un alumno tenga asperger? En primer lugar hay que saber que este niño presenta unos síntomas que se mantendrán a lo largo del tiempo. Existen terapias para minimizarlos, pero no hay cura para los mismos. Por ello, la valoración precoz es determinante para iniciar una atención temprana y un tratamiento adecuado, fundamentales para ayudar a los futuros alumnos a desarrollar sus habilidades y a llevar a cabo su mejor potencial de adaptación sociales.
Sus habilidades sociales pueden ser resumidas así:
– Complicación a la hora de iniciar cualquier tipo de comunicación social.
– Presentan problemas para establecer y mantener conversación recíproca. Pueden escuchar, pero desconocen qué contestar.
– Desatención del espacio personal, por lo que pueden situarse muy cerca de los otros estudiantes haciéndoles sentir incómodos
– En algunas ocasiones el alumno con asperger puede evitar el contacto visual con sus interlocutores, presentan una atención es deficiente.
– Tendencia a expresar su pensamiento con franqueza, sin considerar el impacto en los demás.
La respuesta del centro
El centro escolar puede ayudar a la integración del asperger con la adaptación del mismo a las necesidades del alumno, así como con la atención de los profesores. El colegio puede favorecer la autonomía de estos niños con un sistema de señalización basado en pictogramas. De esta forma los lugares comunes serán fácilmente identificables gracias a estos indicadores que habrán de colocarse en la puerta del aula correspondiente facilitando la orientación permitiendo la identificación de la sala.
El profesor también puede ayudar a favorecer la atención del alumno con asperger ubicándolo cerca de la pizarra y próximo a él para que pueda seguir la lección. También ha de velar porque en el aula no estén presentes elementos que puedan distraer a los estudiantes. Al mismo tiempo se han de evitar las improvisaciones, y cuando suceda un cambio de rutina se tendrá que explicar esta alteración de una actividad por otra.
El equipo docente también puede colaborar en la integración a través de un entorno de aprendizaje estructurado:
– Marcar con claridad la duración de cada actividad, permitiendo al niño a predecir su rutina habitual.
– Explicar las tareas en pequeñas secciones manejables con un comienzo y final haciendo los ejercicios más operativos.
– Proporcionar estructura en los tiempos no estructurados.
– Usar un lenguaje claro, preciso y concreto. Para favorecer la comunicación, use el nombre del niño para obtener su atención antes.
La labor de los padres
Los padres pueden participar en la integración del alumno del asperger, tanto si tienen hijos con este trastorno como si sus niños son los compañeros de los mismos. Otros alumnos pueden colaborar a hacer más llevadera esta adaptación y la labor de sus progenitores es enseñarles a saber cómo hacerlo.
El alumno con asperger tiene un alto riesgo de maltrato entre iguales o rechazo por parte de sus compañeros. Los padres deben contribuir a evitar esta situación explican a sus hijos las características de estos niños, haciéndoles saber que pueden ser tan buenos amigos como cualquier otro. También pueden hablar con otros progenitores para integrar a estos menores en actividades extraescolares como cumpleaños, salidas al parque u otras prácticas.
En el caso de los padres del alumno con asperger, su labor puede ayudar a empezar canto antes a trabajar por la integración. Son ellos los primeros en detectar estos síntomas, por lo que gracias a ello se puede realizar un diagnóstico temprano y empezar a buscar, y aplicar, opciones terapéuticas eficaces.
Los padres de estos estudiantes se convierten en la principal fuente de información sobre su hijo y pueden ofrecer una valiosa orientación a profesores y progenitores de otros alumnos sobre sus características, su comportamiento y sus actividades cotidianas. Por este motivo también se recomienda que mantengan una reunión con el tutor de los niños con asperger para planificar una buena estrategia del mismo.
Damián Montero
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