La familia es un núcleo conformado muchos miembros que presentan influencia unos sobre otros. Saber aprovechar este influjo en positivo se traducirá en grandes beneficios para cada una de las personas del hogar, un buen ejemplo son las notas escolares. Incluso en el éxito escolar se puede usar la interacción de los distintos parientes para conseguir mejores resultados.
Así lo demuestran las psicólogas Claudia Romagnoli e Isidora Cortese, quienes dan varias pistas sobre cómo la familia pueden influir en el éxito académico de los hijos. Unas claves sobre cómo incrementar la posibilidad de que las buenas notas sean el resultado de los estudiantes y conseguir el máximo rendimiento a nivel escolar por parte de los más pequeños.
Implicación e interés
Tanto Romagnoli como Cortese dan cuenta de la importancia que tiene la implicación de los padres en la vida escolar de sus hijos. Aquellos casos donde se produce una mayor participación por parte de los padres se produce un mayor éxito escolar que aquellos hogares donde las actitudes de los progenitores son más pasivas. El interés familiar es uno de los factores más importantes en el rendimiento académico de los niños.
La implicación de los padres puede hacerse de diversos modos: preguntando por el trabajo que los hijos realizan diferentes asignaturas, mostrando interés en su progreso escolar, o conversaciones sobre lo importante de la educación. Es importante que los niños entiendan la necesidad de las buenas notas y que sus padres los apoyen, al mismo tiempo que interesarse sobre los posibles problemas en este terreno. De esta forma se podrá conseguir una actitud positiva de los niños hacia los estudios.
Otra fórmula para implicarse es la de participar activamente en las actividades escolares. Los padres pueden ofrecerse como monitores voluntarios que cuiden de los niños en excursiones y ofrecer su ayuda en la organización de extraescolares organizadas por el colegio. También puede introducirse en este mundo acudiendo a las tutorías y manteniendo reuniones de forma habitual para conocer mejor al profesorado y establecer de manera conjunta estrategias de estudio para potenciar las virtudes y solucionar los errores.
Transmitir confianza
Otro aspecto a tener en cuenta es transmitir la confianza hacia los más pequeños. Si los padres creen que sus hijos son capaces de obtener los resultados en sus expectativas y hacer ver a los niños esta visión, es clave para que los propios estudiantes se esfuercen por aprender más y obtener mejores rendimientos académicos.
Es fundamental que los padres confíen en las habilidades de sus hijos y crean que son capaces de aprender y tener buenos resultados en su vida escolar. Cuando la familia valora los esfuerzos y logros obtenidos gracias a ellos, se está reconociendo sus talentos especiales hace que los niños se animen a seguir adelante. Al mismo tiempo también se desarrolla una percepción positiva acerca de sus propias capacidades.
Eso sí, no se trata de inventar logros para motivar, sino de estar atento a lo que los niños hacen bien y mirar aquellas áreas en las cuales van progresando. La respuesta que un padre de al fracaso de su hijo, invitará a que este quiera sobreponerse a ellos y tenga una mayor predisposición a intentarlo de nuevo y a superar este escollo.
La importancia del ambiente
El hogar, junto a la biblioteca y el colegio, es el lugar en donde el niño desarrollará su vida académica. Esto quiere decir que los padres deben velar por crear un gran entorno en este sentido:
– Espacio para el estudio. Los padres tendrán que asegurar un entorno propicio para el estudio, con calma y alejado del ruido. También deben alejarse las distracciones para que la atención se centre en las obligaciones escolares.
– Disponibilidad de materiales. Libros, folios, etc. Los padres deben asegurar que toda necesidad de material de los hijos quede resuelta para obtener el máximo resultado.
Damián Montero
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