Las vacaciones son una época de diversión: piscina, playa, encuentros con amigos, viajes a lugares desconocidos, visitas a familiares, etc. Por ello no es de extrañar que ante la inminente vuelta al cole los niños se desmotiven al ver acabado este tiempo de ocio y comenzar el periodo de responsabilidades, madrugones, tareas, etc. Sin embargo, el regreso a las aulas no tiene por qué ser tan triste.
Desde el Hospital Sant Joan de Déu se dan varios consejos con los que ilusionar a los más pequeños con motivo de la vuelta al cole. ¿De qué modo hacerlo? Pues haciéndoles ver todo lo que pueden aprender, apelando a su lado más curioso y a las diversas materias que afrontarán. De hecho, en estos días previos al regreso a aulas, se puede aprovechar en este sentido.
Motivar a los niños para que puedan aprender
Son varias las ideas que se proponen para que los padres puedan despertar sus ganas de aprender y, así, motivarlos de cara a la vuelta al cole:
– Hablar con los hijos. Mostrarles las distintas materias que podrán cursar en este nuevo curso, en especial haciendo hincapié en las asignaturas que más les gusta. De esta forma se les hará ver los nuevos retos que tiene por delante y en los que puede destacar.
– Fijar metas. Como se ha dicho, hay varios retos a los que se enfrentará el niño en este nuevo curso. Si los hijos las ven, será más fácil que se motiven para encarar esta prueba que se traduce en otro año escolar, más difícil pero no imposible.
– Ser lo más específico posible. Cuanto más se concreten los objetivos y se pongan ejemplos sobre lo que se va a aprender, mayor curiosidad tendrán los niños y, por tanto, mayor motivación para la vuelta al cole.
– Demostrarle lo importante que es el colegio. Los últimos días del verano pueden servir para que los padres se acerquen a los más pequeños y les pregunten qué quieren ser de mayor. Una vez hayan dejado volar su imaginación hay que recordarles el camino académico previo que lleva al objetivo último.
– Tener un entorno positivo. Las vacaciones no solo acaban para los hijos, también para los padres. Si los hijos ven cómo los adultos se ilusionan por el regreso a la rutina, no verán en esto algo malo, sino un momento que ha terminado llegando.
– Usar lenguaje que anime. En lugar de las manidas frases de «se acabó lo bueno», cambiar el prisma a «volverás a ver a tus compañeros», «¿tienes ganas de aprender cosas nuevas?», «este curso vas a dar todas estas materias».
– Aprendizaje en casa. No hay que esperar a que comience el curso. En casa, durante los últimos días de verano puede comenzarse a inspirar la motivación y el aprendizaje, por ejemplo, mostrando actividades culturales relacionadas con los intereses de los hijos.
Damián Montero
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