Todos podemos aprender lo mismo, pero desde luego que no lo hacemos al mismo ritmo. Esto se hace evidente durante los primeros años de vida de los hijos. En la infancia existen una serie de habilidades que se van dominando poco a poco, desde poder andar, hasta el habla. Luego, en el colegio, comienzan a cursarse diversas asignaturas que proveen la primera página de los currículums académicos.
Hay un refrán que dice que las comparaciones son odiosas. Esto, aplicado a la crianza de los hijos, significa que hay que respetar su ritmo de aprendizaje. Es posible que los padres vean que, a cierta edad, sus hijos no han dominado ciertas habilidades que ya poseen otros niños, o que los hermanos mayores ya conocieran con los mismos años. Y es que, tal y como explica Elena Mayorga, psicopedagoga del IEP Mercedarias, es muy importante respetar el ritmo.
¿Qué es el ritmo de aprendizaje en niños?
El ritmo de aprendizaje se entiende como el tiempo que cada persona para integrar un conocimiento, o habilidad nueva. Cada individuo tiene sus propios tiempos y, en ocasiones, los padres se ven obligados por vergüenza, o por presión social, a intentar reducir este periodo y forzar las cosas. Un gran error ya que es necesario confiar, relajarse y comprender que cada niño es único.
Respetar el ritmo de aprendizaje de los hijos favorece que los estudiantes se sientan cómodos, relajados y sin la presión y el estrés de tener que conseguir unos objetivos en un tiempo concreto. Un ambiente alejado del miedo y de las prisas garantiza una evolución adecuada, en donde se puede conocer el placer que conlleva conocer nuevas cosas cada día.
De esta manera, los hijos sentirán que sus padres les apoyan, pero no les dictan la hoja de ruta y no les resuelven sus problemas. Todo lo contrario, en estos contextos se les respeta su modo de actuar y cada conquista alcanzada puede considerarse completamente suya, lo que significará un orgullo propio que, al mismo tiempo, se traducirá en autoestima y felicidad.
¿Cómo apoyar el ritmo de aprendizaje?
Si bien nunca hay que forzar el ritmo de aprendizaje, los padres sí que pueden apoyar a sus hijos a través de diferentes tips:
– Establecer horarios. Un entorno estructurado y en el que los horarios queden definidos permitirá que los niños encuentren una rutina no solo para aprender, sino de tiempo libre en el que descansar y ver que hay un momento para todo.
– Contar con un espacio de aprender. No vale cualquier habitación, los hijos deben tener un espacio donde a ver los deberes y estudiar. Puede ser su misma habitación, pero lo importante es que no existan distracciones y que tengan un equipo adecuado como un escritorio, y una silla cómoda.
– Repasar contenidos. ¿Qué han aprendido hoy? Una buena idea puede ser hablar con los niños y preguntarles por lo que han aprendido, de esta manera se podrá conocer si existen dudas para resolverlas.
Damián Montero
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