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La importancia de educar en el esfuerzo y la responsabilidad

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¿Qué podemos hacer los padres para que los niños y los adolescentes sean más responsables? ¿Cómo conseguir que se esfuercen en perseguir sus objetivos, pese a los pequeños fracasos o vicisitudes que le puedan acontecer? 

Todos sabemos lo importante que es una buena dosis de esfuerzo y responsabilidad en muchos ámbitos de la vida. Estos dos valores harán que los hijos consigan llegar muy lejos y desarrollen sus talentos naturales sin dejarse llevar por la frustración.

El esfuerzo y la responsabilidad ayudan a superar la pereza y potencian la perseverancia, enfocando a las personas a alcanzar metas mayores y más nobles, cumpliendo con sus obligaciones y asumiendo las consecuencias de sus acciones personales.

Consejos para educar en el esfuerzo y la responsabilidad

El deseo de que los hijos tengan una adecuada capacidad de esfuerzo que les lleve a conseguir las metas que se propongan es una de las principales motivaciones de los padres. Estas ideas pueden ayudar a los padres a criar a sus hijos educándoles en el valor del esfuerzo y la responsabilidad.

En primer lugar, y como recomendación fundamental nuestra premisa es que la mayor herramienta que tenemos para educar a los hijos es el ejemplo. Por eso, si quieres enseñar a tus hijos las ventajas de estos valores tendrás que convertirte en un modelo para ellos.

Además, en función de la edad de tus hijos, puede que te interese poner en marcha intencionadamente otras tácticas. Intenta, por ejemplo, no darle ayudas innecesarias. Seguro que hay muchas actividades que tu hijo puede hacer solo, con un poco más de tiempo o perseverancia. En ocasiones sin darnos cuenta, les facilitamos algunas tareas sencillas, como ponerse el abrigo o hacer funcionar un dispositivo electrónico, cuando, en realidad, dicha actividad está entrenando su capacidad de esfuerzo. Tanto si logra su objetivo como si no es así, su esfuerzo supondrá un momento de aprendizaje. Obsérvale, deja que se esfuerce y si lo ves conveniente dale algún consejo que le oriente.

Tareas y obligaciones para los niños

Además, es importante que tu hijo/a vea las ventajas que puede tener cumplir con sus obligaciones. Mostrándole tu reconocimiento y usando pequeños incentivos para premiar su esfuerzo en las situaciones de la vida cotidiana les hacemos ver lo satisfactorio que puede resultar hacer las cosas bien.

Sin embargo, en ocasiones puede suceder que, aún en determinadas edades, los hijos no tengan interiorizadas las motivaciones suficientes como para comenzar a esforzarse. Si es así, deja que participe en tareas difíciles o aburridas, haciéndole ver que las actividades cotidianas más tediosas (como recoger su habitación o colaborar en casa), pueden ser más amables y amenas si se lo proponen. El esfuerzo nos da satisfacción y más si lo hacemos menos difícil, dejando, por ejemplo, que escuchen música mientras recogen su cuarto o ayudan a sus padres en el jardín de casa.

Al asignarles pequeñas obligaciones familiares, tu hijo puede sentirse útil y feliz, principalmente si le felicitamos por su contribución, aunque ésta no sea perfecta. Recuerda que al principio quizás no deberíamos ser muy exigentes. Premiamos su esfuerzo y no el resultado, aunque valorar ambos no siempre es incompatible. Reconoce sus responsabilidades e incluso presume de él. Es muy probable que funcione como motivación.

En ocasiones, los niños y adolescentes encuentran la motivación también en conseguir cosas que desean con intensidad: un juguete interesante, un libro, la paga semanal, una visita cultural o una salida con amigos… cualquiera de ellas puede ayudarle a entrenarse en el esfuerzo siempre que no lo consiga demasiado rápido. Deja que se esfuerzan por alcanzar lo que desea. Aprenderá el valor del tesón y mejorará también su motivación por lograr lo que ansiaba conseguir.

Modelos a seguir de responsabilidad y esfuerzo

Otra de nuestras recomendaciones más habituales es que busques en familia modelos de esfuerzo y responsabilidad. Los superhéroes más conocidos son una buena opción. Además, muchos niños y adolescentes admiran a personajes reales, (deportistas, músicos…). Habla con él sobre estos personajes, pídele que reflexione sobre sus cualidades. ¿Le gustaría parecerse a ellos? ¿qué debería hacer para lograrlo? ¿cómo hacen estos modelos de responsabilidad y esfuerzo para conseguir lo que desean? ¿cómo entrenan? ¿Cómo se esfuerzan?

Por otro lado, el contexto escolar es una fuente de entrenamiento en los valores de la responsabilidad y el esfuerzo. Haz con él una lista o tabla de rutinas diarias que incluya tiempo para el estudio, el deporte, el ocio y la vida en familia. Deja que se gestione de forma relativamente independiente, procurando que tome sus propias decisiones y supervisándole lo imprescindible.

¿Qué hacer cuando tu hijo se equivoca o actúa de forma inadecuada?

Casi siempre podemos aprovechar este tipo de situaciones para educar en la responsabilidad. Permite que asuma las consecuencias de sus errores y fracasos. Eso también es una oportunidad para aprender y mejorar. Si es capaz de subsanar sus errores entrenará su responsabilidad y es posible que, además, sea capaz de anticipar determinadas consecuencias de su comportamiento en situaciones futuras. Toda situación es aprovechable para mejorar.

La apasionante aventura de educar, en ocasiones no es nada fácil, pero la constancia y la perseverancia en la transmisión de estos valores puede llegar a ofrecer resultados muy gratificantes.

Mónica Sánchez Reula. Psicóloga clínica y educativa. Fundación Educamos en Familia.

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