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Ideas para inclucar principios medioambientales a los niños

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La sostenibilidad se ha convertido en un tema crucial en la actualidad, pero no quedará atrás en el futuro. Llamamos desarrollo sostenible a aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras. Los niños son el futuro y, por ello, es esencial inculcar principios medioambientales desde una edad temprana.

Adquirir valores sostenibles desde que son pequeños hace que crezcan con ellos de la manera más natural posible. De este modo, se convertirán en personas completamente responsables con el planeta y, con ellos, toda su generación, generando un impacto positivo en el entorno.

Por lo tanto, ¿cómo podemos fomentar la sostenibilidad desde edades tempranas? A continuación, exponemos algunas de las recomendaciones a tener en cuenta si queremos que nuestros pequeños adopten estos principios medioambientales desde su infancia, así como ciertas herramientas para hacerlo.

Predicar con el ejemplo

En primer lugar, debemos partir de la base de que los niños son el espejo de sus padres. Son observadores innatos y copian los comportamientos que tienen los adultos que les rodean. Por lo tanto, que sus figuras de referencia sean ejemplos a seguir es muy significativo, pues si transmiten los valores ambientales de manera tangible, estarán sembrando las semillas de la sostenibilidad en los más jóvenes.

Por otro lado, hay que tratar de buscar la forma de despertar el interés de los niños hacia este tema. Para ello, se podrán utilizar actividades lúdicas con el fin de atraer la curiosidad de los pequeños. Entre otras actividades encontramos cuentos, juegos o excursiones al exterior.

Juegos y cuentos 

Los cuentos suelen estar entre las opciones favoritas de los niños, ¿por qué no aprovecharlo? Se puede empezar a conocer el tema de la sostenibilidad a través de la historia propia de un cuento, resaltando la importancia que pueden tener acciones individuales y animándolos a convertirse en agentes de cambio en la sociedad.

En relación con los juegos, enseñar de una manera interactiva siempre resulta más agradable y se consiguen mayores resultados. En la educación ambiental, esto no cambia. Mediante la introducción de juegos, se pueden impartir lecciones sobre la importancia de cuidar el planeta mientras que los niños se divierten, creando así el equilibrio perfecto entre aprendizaje y disfrute. Además, no solo se fomentará una actitud y consciencia sostenible, sino que, además, pasaréis tiempo en familia.

Excursiones medioambientales

Por último, las excursiones. Éstas propician una conexión directa con la naturaleza. El sentimiento que se desarrolla hacia el entorno que nos rodea, juega un rol principal en cómo después lo protegemos y cuidamos. Mediante estas salidas, los niños disfrutarán y comenzarán a tener experiencias en espacios verdes, aprendiendo a valorarlos desde un principio.

Asimismo, el entorno familiar no lo es todo, por lo que los hábitos sostenibles en el día a día del pequeño se deben trabajar en casa y consolidar en el colegio, o viceversa. El colegio debe ser un espacio donde se planteen proyectos y programas educativos en los que los niños puedan colaborar y entender las consecuencias de sus acciones, tanto para bien como para mal.

Los pequeños gestos como cerrar el grifo mientras se cepillan los dientes, apagar la luz cuando se van de la clase, o utilizar las distintas papeleras para reciclar, ayudan a comprender la importancia de tener en cuenta la sostenibilidad en lo cotidiano.

No obstante, otro de los pilares fundamentales de la sostenibilidad, junto a la economía circular, son las 5Rs: reducir, rechazar, reutilizar, reparar y reciclar. Integrar esta norma en la educación ambiental de los pequeños es un requisito.

Por un lado, se debe inspirar a los niños a buscar vías para reducir el consumo o para evitar el reciclaje antes de tiempo. De esta manera, el desarrollo sostenible también permite el impulso de su creatividad. Por ejemplo, emplear utensilios de casa que ya no cumplen con su función y darles una nueva vida, demostrándoles que todo lo que nos rodea tiene una segunda oportunidad si nosotros mismos se la damos.

Un claro ejemplo estaría ligado al desarrollo de su vertiente artística. Invitar a los niños a crear esculturas con materiales reciclados y pinturas ecológicas puede ser un modo de conectar con el arte y la sostenibilidad al mismo tiempo. Otra alternativa es la música. Elaborar canciones pegadizas que transmitan mensajes sencillos sobre reciclaje, conservación del agua, defensa de la biodiversidad, etc. Así, todos estos conceptos quedarán grabados en la memoria de los niños.

En resumen, fomentar la sostenibilidad entre los más pequeños es fundamental para construir una sociedad comprometida con la preservación del medio ambiente. La educación ambiental a través del ejemplo, la enseñanza experiencial e informal, ejemplos tangibles, actividades de ocio y tiempo libre y proyectos colaborativos, promueven alcanzar el objetivo primordial, conseguir la integración de valores ambientales en las nuevas generaciones y contribuir así a un futuro más comprometedor, equilibrado y justo.

Susana Pozo. Profesora de Infantil en el Colegio Europeo de Madrid y miembro del comité de sostenibilidad

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