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Cómo hacer hijos lectores: 8 consejos para crear afición lectora

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La lectura tiene una gran importancia en el proceso de desarrollo y maduración de los niños. Y no solo por la relación que existe entre lectura y rendimiento escolar; la lectura proporciona cultura, desarrolla el sentido estético, actúa sobre la formación de la personalidad, además de ser fuente de disfrute y de placer.

Entonces, ¿Cómo hacer hijos lectores? Esto es precisamente lo que se plantea en su libro del mismo título Carmen Lomas. De la familia depende en gran medida conseguir crear afición lectora en un niño.

El 35% de los españoles no lee nunca o casi nunca. Es el dato más reciente de que disponemos, arrojado por el barómetro del Centro de Investigación Sociológica (CIS), que incluye un largo apartado centrado en los hábitos de lectura de los españoles.

En este contexto, Silvia Martínez-Markus, licenciada en filología alemana y autora de diversos títulos juveniles, recalca la necesidad de cambiar estos datos y expone que sin lectura no hay cultura, y sin cultura no hay progreso. ¿Queremos que nuestros hijos sean meros consumidores pasivos de información superficial en un mundo globalizado, o queremos fijar en su educación unos pilares que les ayuden a alcanzar cierto grado de sabiduría? Esos pilares son los buenos libros.

En este mar agitado donde vivimos sin faros ni estrellas polares que nos guíen en la oscuridad, los niños encontrarán en los clásicos la brújula, las cartas de navegación y el sextante para no perderse.

En opinión de Silvia, no podemos olvidar que un niño que pasa su infancia frente al televisor, fijará su adolescencia frente al ordenador y llegará a la edad adulta siendo incapaz de entender la realidad ni su propia identidad. Será una persona fácilmente manipulable y gobernará su propio barco con torpeza.

Beneficios de la lectura para los niños

Para la autora, los beneficios de la lectura en la infancia son innumerables, ya que la educación literaria nunca es un adorno en la formación. Con los libros creamos un lenguaje propio que nos ayudará a pensar y actuar en libertad, afirma. Las palabras dan sentido a lo que somos y a lo que nos ocurre, a configurar nuestra personalidad.

La literatura también mantiene vivos los sentimientos. Por ejemplo, cuando contamos un cuento a un niño le estamos dando nuestro afecto, calidez y compañía. En muchos casos esos cuentos les proporcionan alivio y consuelo, y a través de la fantasía les hacen entender el mundo en el que viven. Y además, desarrolla su imaginación, que son las alas de la mente. Una habilidad crucial para su desarrollo cognitivo y emocional.

En ocasiones, nos agobiamos si a nuestro hijo no le gusta leer. Calma: Silvia explica que si es un chico/a y tiene alrededor de doce o trece años, es normal que deje de leer. Si pusimos una base sólida desde la más tierna infancia, recuperará el hábito más tarde. Si se trata de un niño pequeño es preferible no presionarle, pero sí dejar a su alcance libros atractivos, ilustrados, comics, que él pueda coger cuando quiera. Es fundamental que el niño vea que en su familia se lee, que sus padres y sus hermanos se lo pasan bien leyendo.

Cómo aficionar a los niños a la lectura

Cómo aficionar a los niños a la lectura

A los niños hay que aficionarlos a los libros casi desde que ven la luz. Primero serán las letras y los libros de dibujos, y poco a poco les acercaremos al mundo de las palabras. La lectura debe ser educativa y divertida. Pero siempre hay que empezar por la diversión, que los niños disfruten con la historia, con los dibujos, los colores. En el mercado se ofrece ahora una variedad de libros ilustrados que son verdaderas obras artísticas, con autores como Dautremer, Lacombe o Tesa González. Solo conseguiremos que el niño aprenda si se lo pasa bien leyendo.

8 consejos para crear afición lectora en los niños

– Que los padres valoren la lectura, prefiriéndola a otras actividades
– Que nuestros hijos nos veas leer, el ejemplo es la mejor animación
– Que leamos en voz alta a los hijos desde pequeños.
– Que los libros estén presentes en la casa como un objeto más de uso común.
– Que exista en la casa un lugar tranquilo donde ponerse a leer
– Que hablar de libros sea un tema frecuente de conversación
– Que los libros sean un regalo habitual
– Acudir con los hijos a lugares donde hay libros: librerías, bibliotecas, ferias…

Elegir los libros: los temas preferidos de lectura de los niños

Debemos dejar que sean ellos los que elijan las lecturas, pero antes habremos preseleccionado lo que les vamos a ofrecer. Los libros y el colegio no educan, educan los padres, y es responsabilidad de los padres ofrecer a los hijos las lecturas que se corresponden con el tipo de educación que quieren proporcionarles. La lectura influye en su formación en mayor medida que la televisión o el ordenador, de ahí que la responsabilidad al elegir un libro sea mayor que, por ejemplo, una película.

Es fundamental conocer librerías -libreros- de confianza que puedan recomendarnos lo mejor entre los miles de libros que se publican cada año. También resulta interesante conocer las ofertas y líneas formativas de las diferentes editoriales hasta encontrar las que más se asemejen al ideal educativo en el que quiero que mi hijo crezca.
Silvia siempre recomienda acudir a los clásicos: «Un libro que se sigue publicando cien, doscientos años después de haberse escrito es una obra maestra».

Errores más frecuentes que cometemos padres y profesores con la lectura

El principal error es dar al niño un libro que no comprende. Si nadie le obliga a leerlo, lo dejará en la estantería y seguramente cuando crezca lo buscará y lo leerá con gusto. El problema principal estriba en esas lecturas obligatorias de libros que ni comprende, ni tienen calidad literaria. El niño sufre y lo considera, con razón, una pérdida de tiempo. Y el apasionante acto de leer se convierte en un fastidio, que con el tiempo se arrincona para elegir otra oferta de ocio mucho más gratificante. Otros errores que cometemos a veces son:

– Utilizar la lectura como castigo
– Recordar constantemente lo bueno que es leer
– Echar en cara que no leen
– Imponer unas tareas por haber leído un libro: una ficha, un resumen, etc.
– Relacionar siempre los libros con lo académico
– Exigirles que terminen un libro comenzado
– Forzar sus gustos para que lean aquel libro que a su edad a nosotros nos encantó
– Proponer la lectura de libros como una actividad sustitutoria de la televisión

Más información en el libro Cómo hacer hijos lectores, de la autora Carmen Lomas

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