No todos los colegios y centros escolares saben que hacer con un alumno con alta capacidad. A menudo son inquietos, demasiado creativos, charlatanes, con razonamientos elevados para su edad, pueden aburrirse en clase, sabelotodos y con la «lengua muy suelta», ya que los profesores suelen etiquetarlos como impertinentes por sus contestaciones.
Si no se les detecta a tiempo su «alta capacidad«, y si no se pone remedio con un programa adecuado dentro de clase, pueden llegar a ser unos fracasados. Por este motivo es preciso crear programas de atención escolar específica para los niños superdotados, con los que se trate de evitar y paliar los problemas académicos o sociales que a veces viven estos menores, debido a su alta capacidad intelectual.
Atención especializada para niños superdotados
«Hay muchos niños y adultos no detectados y otros detectados que no reciben atención adecuada: la formación especial dirigida a estos alumnos y a las personas de su entorno, supone una pieza clave para evitar que en el futuro, sean personas con problemas. Para la sociedad son un valor de gran importancia que es necesario fomentar para que puedan desarrollar todo su talento», reconoce José Luis Colomer, Presidente de la Fundación Pryconsa, dedicada a proyectos de cooperación social.
La mayoría de las capacidades (intelectuales, cognitivas, afectivas, etc.), tienen una base material y biológica, pero también son en gran parte socialmente construidas y desarrolladas, es decir, que son el resultado de una historia y de una serie de condiciones sociales. Por lo tanto, nadie nace con el gusto por la geografía, las matemáticas o la física. En otras palabras, no son un dato natural inmodificable.
La implicación de os profesores con estos niños en el aula es vital para su desarrollo e integración.
Emilio Tenti, del Instituto de Planeamiento de la Educación de Buenos Aires, ha dejado claro que «es deber de los profesores desarrollar en cada niño o niña eso que cada uno tiene de particular, es decir, ese conjunto de cualidades y capacidades especiales que lo habilite, una vez ingresado a la edad productiva para hacer su contribución específica a la sociedad».
En este camino por encontrar el talento individual de cada uno, Emilio Tenti señala las premisas que debe llevar a cabo todo profesor, según el informe francés «Delaubier»: Conocer mejor a los alumnos precoces; Prevenir las dificultades; Acompañar a las familias a lo largo de la escolaridad; Aportar respuestas a las dificultades encontradas en Primaria; Adaptar el ritmo de aprendizaje a las necesidades de cada alumno; Desarrollar posibilidades de enriquecimiento en el colegio; En Secundaria, acoger a los alumnos con alto cociente intelectual en clases heterogéneas enmarcadas por equipos que practican una pedagogía innovadora y diferenciada; Formar a los docentes.
Competencias del maestro para los niños con alta capacidad
La primera competencia del buen maetro es reconocer, valorar y atender las capacidades especiales de los alumnos. Para ello, puede hacer uso de diferentes estrategias de cara a conocer sus habilidades:
a) Tests de inteligencia, (siempre que los use con prudencia y cuidado), de cara a averiguar ese talento, predisposición o inclinación que lo hace particularmente «competitivo» en determinado campo del saber. Sin embargo, sacar una puntuación baja no siempre es el indicador de la ausencia de esta cualidad. Por eso, la información que proporcionan los tests debe ser complementada con la que proveen otras fuentes.
b) La información que provee el propio alumno. Se les pueden dar oportunidades a los alumnos para que ellos mismos contribuyan con sus observaciones para determinar sus fortalezas y debilidades, sus intereses y pasiones, así como los que caracterizan a sus compañeros en el aula. Casi podría decirse que ellos tienen derecho a plantear estas demandas a los docentes y a la propia institución escolar.
c) La información que provee la familia. Los padres tienen un conocimiento práctico muy particular y valioso de sus hijos aunque no sea del todo «objetivo» al estar mediado por el cariño. Así, los padres conocen los intereses como las dificultades de aprendizaje de los niños, saben cuánta pasión ponen en determinadas actividades o desempeños. Los maestros pueden adquirir esta información estableciendo relaciones de comunicación sistemáticas con los padres.
d) El conocimiento del maestro. Los docentes conocen a sus alumnos mediante su propia práctica e interacción con ellos en el tiempo escolar. Por lo tanto, el propio docente puede conocer las capacidades e intereses de cada alumno y está obligado a conocer las particularidades que les distinguen.
Programas para niños inteligentes
Hay diversos programas para niños con altas capacidades, pero uno de ellos es el dirigido por la Doctora en Psicología Pilar Martín Lobo: el Programa de Alto Rendimiento. El equipo plantea, en función de los ciclos, una serie de ejercicios, que siempre están dirigidos a mejorar las habilidades sociales. Entre los casos que cita Pilar Martín Lobo está la de los niños que realizan esquemas de asignaturas completas para los compañeros que tienen problemas de aprendizaje y también, los superdotados que colaboran con el profesor en las clases. Así, logran un mayor desarrollo y además son útiles.
Otra parte del programa les orienta a diseñar inventos. Así, un alumno preocupado porque su madre estaba cansada cuando tenía que dormir a su hermano pequeño, ideó un sistema con unas gafas y un cassete para facilitarle la labor y otro creó unos cubos de basura subterráneos para evitar el mal olor.Martín Lobo rechaza la opción de adelantar cursos ya que es mejor el enriquecimiento que la aceleración, porque pueden estar a disgusto con niños mayores. Es también de la opinión que una alta capacidad tiene un componente genético pero que es fundamental un entorno familiar rico en oportunidades de aprendizaje y un colegio que favorezca el talento.
Marta Santín
Más información en el libro de Pilar Martín Lobo, Niños inteligentes: guía para desarrollar sus talentos y altas capacidades.
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