Sabiendo un segundo idioma es mucho más fácil aprender un tercero. A día de hoy se da por hecho que dominar el inglés es un requisito imprescindible en los currículums académicos de los niños, ¿pero y qué hay de saber otra lengua más? Cuando un niño aprende estas destrezas idiomáticas su desarrollo cognitivo se ve favorecido, y culturalmente su mundo se amplía.
Por ello la educación plurilingüe puede ayudar a los más pequeños a ampliar sus conocimientos. Además, también se ampliará el manejo y bagaje de su lengua materna se verá favorecido ya que descubrirá, a través de la deducción, la etimología de determinadas palabras o expresiones presentes en el segundo y tercer idioma.
¿Qué es la educación pluriñingüe y cómo impulsarla?
Los profesionales del Auca señalan que objetivo esencial de la educación plurilingüe es conseguir que los alumnos sean capaces de expresarse en cualquier lengua, sin importar las circunstancias e interiorizando de forma equilibrada las culturas que llevan aparejadas.
El éxito de este tipo de educación depende en gran medida de la aceptación de las lenguas de los otros y de la curiosidad que suscitan esos idiomas y culturas, actitud que asegura la pervivencia de las lenguas minoritarias y la apertura a esas culturas y modos de pensar.
Como decía Charles Kowalski «Aprender una nueva lengua es como añadir una nueva ventana a tu casa, asomarse en una dirección nueva hacia un nuevo país o cultura», por eso el plurilingüismo va más allá de la enseñanza de varias lenguas. Por un lado, implica que todas las lenguas compartan un mismo objetivo: el desarrollo de la competencia comunicativa de los hablantes; por otro, supone la utilización de diferentes idiomas como vehículo para la adquisición de nuevos conocimientos.
Beneficios de la educación plurilingüe
Tal y como apunta Mª Luisa Muñoz, CEO de Arts&English, el aprendizaje de más de un idioma en la etapa infantil favorece al niño en tanto que no solo adquiriere habilidades lingüísticas, sino que su visión de su mundo se verá ampliada. El niño crecerá sabiendo que hay mucho más allá de lo que conoce, aprendiendo más sobre la cultura de los países en los que se habla dicha lengua.
Algo que es evidente en el caso de niños bilingües con padres de distintas nacionalidades es que estos beben de ambas fuentes. En el caso del aprendizaje plurilingüe esto se garantiza a través de las destrezas idiomáticas. Por otro lado, el conocimiento de este segundo idioma favorece que el pequeño profundice en su lengua materna al utilizar la deducción para conocer el origen y etimología de determinados términos.
Automáticamente el niño aplicará el razonamiento para profundizar en el origen de ciertas expresiones que proceden del segundo o tercer idioma. Muñoz también opina que al conocer una segunda lengua es mucho más sencillo adquirir competencias en una tercera o cuarta, aunque no procedan de la misma rama. Una forma más de sacar provecho de la plasticidad del cerebro de los más pequeños.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Razones para aprender un idioma en el extranjero
– Chino, alemán y francés, los idiiomas más demandados