¿Una personalidad se construye o es inmutable desde el nacimiento? ¿Hay alguna manera de inculcar virtudes en los más pequeños de la casa a edades tempranas mediante la educación? La respuesta a esta última pregunta es un sí, se puede enseñar a los niños numerosos valores a través de un entorno en casa que ayude a fomentar rasgos positivos.
Rasgos como por ejemplo la gratitud, virtud que se puede enseñar a los más pequeños a través de comportamiento de los padres. Una actitud positiva que contribuirá al desarrollo de valores positivos que los ayudarán a manejarse en entornos sociales como la escuela, y en el futuro dentro de su trabajo.
Gratitud en el día a día
Estos son algunos consejos para que en casa se apueste por la gratitud como elemento común en el día a día:
– Hablar de lo mejor de su día. Los padres deben buscar un momento todos los días para hablar de las cosas por aquello por lo que se merece estar agradecido. Pensar en lo bueno ayudará a mejorar la gratitud.
– Hablar sobre el pasado. Seguramente los padres hayan tenido que atravesar numerosas dificultades antes de alcanzar esta situación. Dar a conocer este pasado enseñará a los niños el valor del esfuerzo y a dar las gracias por el contexto en el que viven.
– Fomentar la solidaridad. Recolectas de alimentos, voluntariados o simplemente involucrarse con alguna causa benéfica.
– Ser agradecidos. Los padres son el espejo en donde se miran los hijos y la palabra «gracias» debe aparecer a menudo en su vocabulario. ¿La cena ha salido exquisita? Hay que agradecerlo a la persona que cocinó. ¿Alguien fue amable en la calle? No hay que olvidar darle las gracias.
– El valor de los regalos. Un regalo es un presente que alguien nos hace porque le importamos. Por eso merece recibir un agradecimiento como respuesta a este comportamiento y haberse acordado de la ilusión que hacía recibirlo.
– Recordar los «regalos diarios». La vida está llena de pequeñas cosas que a menudo se olvidan. Un día soleado agradable para jugar, unos buenos amigos para quedar con ellos y una familia estable. Estas son algunas de las cosas que el niño debe recordar y por las que debe estar agradecido.
– Cuidar lo que se tiene. De nada sirve agradecer algo si al momento va a quedar roto. Cuidar de las posesiones es otra forma de agradecer.
– Sencillez. No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. Enseñar a los niños a deshacerse de peticiones innecesarias ayudará a que estén más agradecidos con lo que tienen en lugar de torturarse con lo que les falta.
Damián Montero
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