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Grafomotricidad, cómo ayudar a mejorar la escritura en niños

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La grafomotricidad ayuda a mejorar la caligrafía de los niños.

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Estamos en verano, las notas fueron entregadas y los niños se entregaron a sus vacaciones. Una etapa que si bien se caracteriza por estar dedicada al descanso, también se puede aprovechar para otras muchas actividades con el fin de mejorar el currículum académico. Aprovechar algunas horas semanales para no desconectar del todo y recordar algunas nociones.

Por ejemplo, aquellos niños que presenten una caligrafía deficiente pueden dedicarse en el verano a tratar de mejorar la calidad de su letra. Para ello pueden emplear técnicas de desarrollo como la grafomotricidad, la cual desarrolla el aparato motor fino de los más pequeños de la casa y ayuda a incrementar la calidad de su escritura.

¿Qué es la grafomotricidad?

Algunos especialistas definen la grafomotricidad como el «desarrollo motor fino«, es decir, aquel que aparece cuando el niño ha desarrollado cierta capacidad para controlar los movimientos de su cuerpo, especialmente en manos y brazos. Analizar los procesos que intervienen en la producción de grafías, ayudará a enseñarlos a los más pequeños para que puedan automatizarlos y mejorar su escritura.

Interiorizar la forma en la que un brazo y una mano se mueven para conseguir una calidad de letra excelente permitirá este objetivo. La grafomotricidad supone un ejercicio de control del aparato motor en los más pequeños, un proceso en donde intervienen aspectos cognitivos, afectivos y psicomotores, del propio sujeto en con capacidad para escribir.

Practicar la grafomotricidad

El comienzo de los ejercicios de grafomotricidad dependerá del grado en el que el niño haya desarrollado control sobre su propio cuerpo. Si es capaz de coordinar sentidos como la vista y el tacto, este puede ser un buen momento para empezar a practicar los primeros ejercicios en este sentido. Estas son algunas actividades con las que sumergirse en este sentido:

– Manipulación de objetos: el niño puede empezar a desarrollar su aparato motor fino manipulando objetos con la mano y los dedos. Artículos como esponjas, tizas, pinceles, ceras y por último lápices, para ir acostumbrándose a ellos.

– Aprender la forma de desplazarse en el universo gráfico. El niño debe aprender a realizar los primeros trazos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.

– Primeras letras. El niño puede empezar a conocer los trazos básicos para construir letras, aprender a realizar los movimientos necesarios para construir palabras.

En esta primera etapa no hay que poner un fin, simplemente introducir al niño en la grafomotricidad y acostumbrarlo a mover sus dedos y manos de esta forma. Un entrenamiento para que conozca la forma de realizar determinados trazos antes de empezar a interiorizar la forma correcta para alcanzar una buena grafía. También se recomienda en esta fase que los padres lean junto a sus hijos y les muestren las letras para que estas sean reconocidas por su mente y de esta forma se relacione con un tipo de movimiento.



Los padres también pueden ayudar de la siguiente forma a sus hijos:

– Encontrar la forma de animar a los más pequeños de la casa. Actividades como por ejemplo ‘vamos a dibujar un perrito’, o cualquier cosa que motive al niño a participar en estos ejercicios. No hay que tomarlos como una obligación sino como algo lúdico.

– Asegurar un ambiente seguro y en donde el niño quiera participar.

– Paciencia y repetir las veces que sea necesario, si el niño no lo consigue a la primera es normal. Se le debe volver a explicar cómo debe actuar hasta que lo consiga.

Desarrollo de manos y dedos

Como se ha dicho, la grafomotricidad busca que el niño domine su aparato motor fino, manos y dedos, para realizar los trazos de forma correcta. Estos son algunos ejercicios para conseguir empezar a escribir.

Ejercicios para las manos:


– Tocar palmas tratando de seguir un ritmo.

– Realizar ejercicios de equilibrio con la palma de la mano.

– Hacer gestos en función de la letra de alguna canción.

– Imitar con las manos movimientos de animales como por ejemplo la garra de un león.

Ejercicios para los dedos:

– Abrir y cerrar los dedos de la mano, primero simultáneamente, luego alternándolas. Ir aumentando la velocidad.

– Juntar y separar los dedos, primero libremente, luego siguiendo órdenes.

– Tocar cada dedo con el pulgar de la mano correspondiente, aumentando la velocidad.

– Con la mano cerrada, sacar los dedos uno detrás de otro, empezando por el meñique.

– Enroscar y desenroscar tapas, botes, tuercas…

– Abrochar y desabrochar botones.

– Atar y desatar lazos.

– Encajar y desencajar objetos.

– Modelar con plastilina bolas.

Damián Montero

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