¿Cómo aprenden los niños? Esta es una de las grandes preguntas que se hacen los padres, y no solo en relación a las enseñanzas del día a día en casa. La actividad que realizan en los colegios y los nuevos modelos que se van integrando en las aulas tienen un gran interés para los progenitores. Y es que en los últimos años se han implantado fórmulas pedagógicas que tratan de dar mayor protagonismo a los alumnos.
Es el caso del modelo llamado Flipped classroom, en donde alumno y profesor intercambian roles, dando un mayor protagonismo al primero. Esta apuesta conocida como «aula invertida» cuenta con algunas ventajas para los más pequeños de la casa. Cada vez más centros educativos apuestan por él y va adquiriendo una mayor importancia frente al sistema tradicional.
Aprender haciendo
Tal y como indican desde la Universidad de la Rioja, la apuesta del modelo de aula invertida es que el alumno aprenda mientras haga y no memorizando los contenidos. Aquí se da la vuelta a lo que hasta ahora era habitual en las clases: el profesor imparte las clases y los estudiantes atienden. El niño es quien prepara la lección, durante el horario extraescolar en casa, y la presenta ante el resto de compañeros.
También este modelo apuesta porque sea en clase, y no en casa, donde los alumnos hagan los deberes. Además, en el aula se apuesta por un debate entre los alumnos y se apuesta por actividades colaborativas como debates, trabajos en grupo, análisis de ideas, etc. Todo ello sirviéndose de las nuevas tecnologías, que actúan a modo de fuente de información.
Por otro lado, el profesor cumple un rol de guía durante este proceso en donde el alumno toma el protagonista. Así este modelo cree que es más fácil que un estudiante recuerde la lección y sus contenidos cuando trabaja con ellos, en lugar de memorizarlos en casa. Así, los estudiantes también comparten ideas en torno a la materia en cuestión, conociendo distintos puntos de vista.
Ventajas del Flipped classroom
¿Qué ventajas aporta para el alumno? Los expertos de la Universidad de La Rioja señalan los siguientes:
– Los alumnos son los protagonistas. Los estudiantes pasan a ser el centro de su propio aprendizaje y se implica desde el primer momento, adquiriendo responsabilidades que lo hacen pasar de un papel pasivo a otro activo en el proceso educativo.
– Se consolida el conocimiento. Gracias el modelo se les ofrece más tiempo para resolver dudas y consolidar diversos conocimientos en clase. Tras trabajar los contenidos y conceptos en casa, el aula se convierte en escenario de resolución de preguntas y de debate entre compañeros.
– Favorece la diversidad en el aula. Los alumnos pueden dedicar todo el tiempo que quieran y necesiten a revisar los contenidos hasta llegar a su perfecta comprensión. Gracias a las nuevas tecnologías los alumnos pueden visualizar este contenido a través de vídeos o gráficos interactivos.
– Aprendizaje más profundo y perdurable. El docente invierte más tiempo para crear y aplicar conocimientos a la vida real.
– Mejora el desarrollo en las competencias por el trabajo individual y colaborativo. Desde las primeras etapas se fomenta la autonomía del alumno y se promueve la organización en grupos donde se intercambian opiniones.
Damián Montero
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