Un estudio realizado en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, publicado en la revista científica Neuron, afirma que una persona se siente bien cuando se ríe debido a que se activan los circuitos de recompensa en el cerebro. Después de medir la actividad cerebral en voluntarios que leían chistes buenos y malos, se comprobó que estos circuitos se activan con la risa.
La investigación concluyó que la risa es importante para el bienestar físico y psíquico; una reacción que determina la forma en que se genera la amistad, el amor y el estrés. Por eso, los especialistas afirman que es clave fomentar la risa y el buen humor en los niños.
Las etapas del humor infantil
El humor va cambiando a medida que crecen nuestros hijos.
En el primer ciclo de Primaria (6 y 7 años), el humor de los niños es todavía inocente, riéndose de situaciones sencillas que rompen con la rutina. Es fácil hacerles reír con cualquier cosa; en esta etapa todavía los payasos les hacen gracia.
En el segundo ciclo de Primaria (8 y 9 años), empiezan a tener sentido del ridículo y a comprobar las consecuencias del humor sobre los demás y sobre ellos mismos según como se utilice, de forma positiva o negativa. Todavía no tienen la capacidad de utilizar el humor de manera intencionada perdurando, en cierta manera, la risa inocente.
En la tercera etapa (10 y 11 años), el uso que hacen del humor puede ser más peligroso, llegando a ser un arma para protegerse, defenderse, crear su espacio en el grupo o atacar al que pueda ser su rival.
Por ello, los padres debemos saber qué uso está haciendo del humor nuestro hijo para que no deje de ser una herramienta positiva que les haga crecer como buenas personas.
La influencia del humor en el desarrollo de los niños
El buen humor y la autoestima
El buen humor ayuda a ser capaces de conocerse mejor a sí mismos y tener estrategias para superar las dificultades. Esto les proporciona seguridad para relacionarse dentro de su grupo de iguales, y quererse y aceptarse consiguiendo una sana autoestima.
El buen humor y la alegría
Si somos capaces de que nuestros hijos se rían de las cosas pequeñas y que esto les haga felices, sabrán descubrir la verdadera alegría y que ésta sea parte importante de la vida. Esta verdadera alegría les ayudará en los momentos complicados a luchar y salir adelante.
El buen humor y la madurez personal
Es la edad en la que comienzan a dejar de ser niños para pasar a una etapa complicada, la adolescencia. El modo en el que desarrollen su madurez les ayudará a estar más preparados para dicho momento. El buen humor puede reforzar esta madurez haciéndoles entender situaciones difíciles y dándoles fuerza para superarlas.
El buen humor y el respeto al otro
Es muy normal que se despierte su lado más guasón y que se rían constantemente de otros compañeros. Tendremos especial atención en enseñarle a reírse con los demás y no de ellos.
Cómo fomentar el buen humor en familia
Organizando una fiesta de disfraces. Los padres podemos disfrazarnos de hijos y los hijos de personas mayores.Haciendo una guerra de cosquillas o de almohadas.
Leyendo comics juntos, libros de chistes o viendo películas de humor.
Contando anécdotas de nuestra infancia. Recordando cosas divertidas y trastadas que los hijos decían y hacían cuando eran más pequeños.
Dedicando tiempo a estar con ellos y a divertirnos: ir de paseo, montar en bicicleta, tomar juntos un helado, etc.
Riéndonos de nosotros mismos -los padres- cuando nos equivocamos delante de ellos. Aprovechando que se nos ha quemado la comida o que ha salido demasiado salada para ir a comer fuera, restando importancia a lo sucedido.
Seleccionando de periódicos o revistas viñetas humorísticas. Realizando excursiones o actividades que puedan ser más arriesgadas o aventureras y darle un toque de humor a cada caída, dificultad, etc.
Enseñando a los niños a reírse de sí mismos ante situaciones que hayan sucedido en casa.
Utilizando las exageraciones de un modo gracioso. A los niños les gustará y de manera natural tenderán a reírse. Ante situaciones de ansiedad, enfado o emociones negativas tratando de buscar el lado positivo por medio del sentido del humor.
Facilitando, en la medida de lo posible, que los niños pasen tiempo con personas alegres, divertidas y con buen humor, que puedan contagiarles esa alegría.
Consejos para fomentar el sentido del humor
– Es bueno que recordemos que cuando hacemos reír a nuestros hijos les estamos ayudando a desarrollar su capacidad de disfrutar de los pequeños detalles.
– Aunque aprendan a disfrutar de acontecimientos sencillos, también deben saber que no todo es objeto de diversión. Hay cosas en la vida y momentos que requieren cierto respeto y seriedad.
– Si a uno de nuestros hijos le cuesta mucho sonreír tendremos que pensar si le estamos exigiendo demasiado, si la excesiva disciplina está cerrando el paso a los buenos momentos vividos en familia.
– No es necesario ser muy ocurrente o chistoso pero, de vez en cuando, hacer una comparación oportuna o imitar su actitud puede ayudarnos a hacerles ver lo impropio de su comportamiento.
– El buen humor se contagia y se transmite. De hecho, cuando los niños son pequeños y nos regalan una sonrisa ¿quién no responde con otra sonrisa? Es más fácil desarrollar un ambiente familiar en el que prime el buen humor si los padres poseen ese buen humor. Podemos ser los primeros en contar un chiste durante la comida o mientras recogemos la cocina, o explicarles una «metida de pata» en el trabajo sin sentirnos por ello humillados.
Beneficios del humor para la salud
El buen humor, además, proporciona numerosos beneficios físicos, psíquicos y emocionales:
– Hace trabajar mejor el corazón y el sistema cardiovascular. Cada vez que nos reímos movilizamos 400 músculos de todo el cuerpo.
– Disminuye la sensibilidad al dolor tolerando mejor las situaciones complicadas.
– Se liberan endorfinas y feromonas que potencian el sistema inmunológico.
– Produce ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que reducen el estrés y elevan el tono vital haciéndonos sentir más despiertos. Estas hormonas naturales funcionan como analgésicos y tranquilizantes.
– Es un mecanismo de defensa y una herramienta eficaz para enfrentar los conflictos y superar las dificultades.- Nos hace mejorar nuestro carácter, ser más receptivos y ver el lado positivo de las cosas, favoreciendo las relaciones personales.
– El buen humor y el optimismo se asocian a un sistema inmune fuerte y a la salud mental.
Marina Berrio
Asesoramiento: María Campo. Directora Escuelas Infantiles Kimba
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