Aunque la educación de los hijos sea responsabilidad de los padres y su máxima prioridad, la familia tiene que saber no intervenir en cada una de las decisiones tomadas en el centro educativo en el que haya depositado su confianza para no interferir en el proceso de formación. El equilibrio necesario pasa por la implicación de los padres sin que por ello dificulten la labor de los docentes cuestionando cada decisión que tomen.
Los padres son los principales protagonistas de la educación de sus hijos y, a su vez, los responsables. Esto significan que son quienes tienen la potestad para tomar decisiones sobre sus hijos. Tienen derecho a contar con toda la información relevante de sus hijos, es por ello, que el Centro Educativo debe informar de todo lo que pueda suceder o influya en la evolución y desarrollo de sus hijos.
Pero este derecho con el que cuentan los padres, en algunas ocasiones, genera cierta confusión. Hay padres que consideran que todas las decisiones que se toman en el colegio deben pasar por ellos y llegan a exigir una implicación o participación en alguna toma de decisiones de las que no debe formar parte.
Es interesante ser conscientes y hacerse la reflexión de que, confiar en un centro educativo, implica que hay ciertas acciones y decisiones que estarán en sus manos y que el centro educativo solo debe informar a los padres de ello. No solo es importante confiar en el centro educativo, sino que, además, hay que ser consciente de que los profesionales de la educación son los profesores, por lo que ellos son los más indicados para tomar ciertas decisiones y los padres no deben cuestionarlas.
¿Qué podemos dejar los padres en manos del colegio?
Teniendo en cuenta la confianza depositada en el colegio y la profesionalidad de los docentes para todos los aspectos educativos, algunos puntos en los que los padres deben dejar que sea el centro el que decida pueden ser los siguientes:
– Metodologías educativas: durante años este aspecto era incuestionable para los padres, que no solían tomar partido en estas cuestiones, pero muchas familias, actualmente, creen contar con el derecho de poder opinar y exigir sobre metodologías que son estudiadas y analizadas desde un punto de vista profesional. Cada familia debe conocer el proyecto educativo del colegio de sus hijos y en el momento de elección de centro es cuando se pueden analizar las metodologías y valorar si son de su agrado o no. Pero una vez que se elige el colegio, se debe mostrar una confianza dando la opción de que se puedan generar cambios o introducir novedades educativas que, aunque no se conozcan o puedan producir ciertas dudas, se puedan valorar positivamente si están pensadas para cumplir el proyecto educativo inicial.
– Actividades y salidas educativas: cada vez se realizan más actividades y salidas educativas y culturales que van acorde al proyecto educativo del centro. Estas actividades son comunicadas a las familias para que estén informados y que los consentimientos oportunos. Sin embargo, a veces los centros se topan con reacciones por parte de algunas familias que sugieren, opinan o incluso no aceptan la propuesta de actividades o salidas. Estas reacciones dificultan mucho el ritmo del colegio y suponen una serie de horas de dedicación a las familias en aspectos que no cuestionables u opinables.
– Agrupamientos y distribución de alumnos: los agrupamientos de alumnos se consideran una metodología educativa en la actualidad. Esto significa que existen unos criterios consensuados que deben ser respetados.
– Flexibilización de grupos y creación de subgrupos: una medida educativa que se utiliza con mucha frecuencia en los colegios es la flexibilización de grupos o creación de subgrupos con fines variados. Estas medidas son estudiadas y analizadas por los tutores, departamento de orientación y coordinadores. Es por ello que los padres no pueden exigir que se lleven a cabo según sus criterios porque no poseen los datos suficientes para lograr el fin perseguido.
– Asignación de apoyos: hay niños que necesitan ciertos apoyos externos que serán asignados siguiendo una normativa interna de centro y unas medidas recogidas en la ley educativa vigente. Los padres, por mucho que quieran lo mejor para sus hijos, no podrán decidir a este respecto ya que se debe seguir un protocolo determinado.
– Normativa del centro: las normas del centro deben ser conocidas por los padres desde el primer día que estén en el. Este conocimiento implica también un respeto y su cumplimiento, pero no una valoración de ellas.
En conclusión, es muy importante que haya una buena comunicación y coordinación con el centro educativo. El colegio tiene la obligación de trasmitir a las familias toda la información que posea de sus hijos, pero se debe confiar en el colegio en todos los aspectos educativos y dar la oportunidad que puedan decidir sobre ellos. La familia, por lo tanto, debe saber mantenerse al margen mostrando toda la confianza en el centro escolar.
María Campo. Asesora Pedagógica de Eduka&Nature
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