La primera etapa educativa tiene un gran impacto en la formación de la personalidad de los niños. Durante este periodo, los niños son muy receptivos y hoy en día existen ciertos riesgos que pueden poner en peligro su aprendizaje como una educación muy académica o excesivamente volcada hacia las nuevas tecnologías.
El neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor del libro El cerebro de los niños explicado a los padres, en el congreso de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) celebrado en Madrid con la presencia de medio millar de maestros, ha explicado que «existen de seis puntos negros en la educación de los más pequeños que, si no se tienen en cuenta y se evitan, pueden limitar el desarrollo de todas las capacidades de niños y niñas.
6 puntos negros en la educación que dificultan el aprendizaje de los niños
1. No utilizar el refuerzo positivo: reconocer las cosas que el niño hace bien le ayuda en su proceso de aprendizaje al igual que la propia maduración cerebral, la experimentación, la observación y la instrucción recibida en la escuela. Según Álvaro Bilbao, «lo que importa es el proceso, más que la meta, así que hay que valorar el esfuerzo que hacen las criaturas cuando se intentan concentrar o piden una cosa por favor. Aunque el resultado no sea 100% satisfactorio en ese momento, es importante celebrar la evolución para que el niño no relacione esfuerzo con frustración».
2. Dar mensajes negativos: repetirle a un niño que es gruñón, vago o agresivo acaba sedimentándose en el hipocampo, la parte del cerebro que almacena la memoria y los conocimientos. El efecto pedagógico de esto es contraproducente, ya que el pequeño puede acabar creyéndose lo que le dicen que es y aceptar ese rol.
3. Sobreproteger: los niños hacen lo que sienten que es fundamental en la familia. Por ejemplo, leer, no dejar comida en el plato o respetar a los demás. Su alta capacidad de observación del comportamiento de los adultos les hace aprender. «Si su educador o familia se muestra inseguro y sobreprotector con respecto a él, estará estimulando la amígdala del niño, que activa el miedo y la inseguridad, en vez de la corteza prefrontal, que alberga la confianza y el afrontamiento», afirma Álvaro Bilbao.
4. Adulterar el ritmo madurativo natural: es, para Álvaro Bilbao, uno de los problemas más comunes en la actualidad. «Los sistemas excesivamente academicistas provocan desmotivación porque no han desarrollado el instinto por aprender, que viene del disfrute», afirmó. En este sentido, recomendó a los maestros encontrar qué hace a cada niño especial para que «aprenda a aprender en función de las aficiones».
5. Sobreestimular en la era digital: los niños necesitan pocos estímulos y bien desarrollados, abundó Bilbao, pero la sociedad de consumo actual no da lugar al reposo y provoca niños sobreestimulados. Como ejemplo el mundo digital, donde se multiplican los refuerzos positivos: puntuaciones, adrenalina, diseño gráfico de alta calidad… Además, las tablets impiden que los niños aprendan a través del tacto, algo que sigue siendo fundamental porque, en edades tempranas, no tienen desasociados el mundo físico y mental como un adulto.
6. Caer en el no educar como forma de educar: las criaturas requieren mucho afecto, un ritmo tranquilo y confianza en ellos mismos. Según el experto, los educadores, tanto maestros como familiares, tienen que ayudar a los más pequeños a conectar los tres cerebros del ser humano: el cerebro reptil, que es el más instintivo; el mamífero o emocional, que se basa en la motivación y la memoria y busca acercarse a las cosas que han provocado satisfacción con anterioridad, y el racional, en el que se engloban la escritura, el razonamiento o la creatividad. Para Bilbao, la empatía y el juego son formas idóneas para conectar estos mundos mentales y educar.
Robert Sendra
Asesoramiento: Álvaro Bilbao. Neuropsicólogo y autor del libro El cerebro de los niños explicado a los padres.
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