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Las emociones de los primeros días de cole

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Comenzamos un nuevo curso, y como suele ocurrir en cada comienzo, con mucha ilusión y expectantes sobre cómo se va a desarrollar el año y cómo van a estar nuestros hijos en el aula, pero este curso escolar viene acompañado de emociones diferentes a las vividas hasta ahora.

La incertidumbre y el miedo son dos de las emociones más presentes. Incertidumbre por el desconocimiento de cómo se va desarrollar el curso escolar con la situación sanitaria que está tocando vivir y miedo por la posibilidad de contagios. Ambas emociones no sólo están presentes en las familias sino también en los niños. Son emociones difíciles de gestionar porque no podemos controlarlo.

La incertidumbre y el miedo: cómo gestionarlas

Cuando algo da miedo un modo de afrontarlo es eliminarlo, pero en este caso no es posible. Por este motivo es muy importante tener en cuenta las siguientes medidas:

– Tratar de no hablar delante de los niños constantemente sobre el tema. Los miedos se trasladan y contagian. Para los niños, los padres son su mayor referente y apoyo. Si sienten miedo en los padres, la preocupación y tensión es mucho mayor. Se derrumban sus pilares de seguridad.

– Ser sinceros y ofrecer información lo más real posible. Es muy común entre los padres ocultar información para no hacer sufrir a los hijos, pero esto implica que los niños vivan en la ignorancia y además no se hagan fuertes. La sobreprotección emocional tiene consecuencias muy peligrosas para la seguridad de los niños.

– Darles seguridad y confianza ante la nueva situación que van a vivir.

– Motivarles con lo positivo que pueda tener la situación y mostrar, por nuestra parte, actitudes alegres y serenas. El contagio emocional es muy relevante y produce un efecto muy significativo en los hijos.

Una vez tenidas en cuenta las pautas tratadas para la incorporación al nuevo curso escolar en la nueva realidad, es momento de conocer bien los nuevos profesores que pueden tener, compañeros y, sobre todo, los objetivos que desde el centro educativo se plantean para nuestros hijos, así como las posibles metodologías que pueden llevar a cabo para lograr esos objetivos.

Objetivo global a principio de curso

Lo interesante es tener un objetivo global de la etapa en que se encuentran los niños y asegurarnos que el trabajo que se va a hacer con ellos cubre todas o gran parte de sus necesidades. Del mismo modo, ese conocimiento puede resultarnos enriquecedor de cara a poder llevar a cabo ese mismo trabajo desde casa, utilizando la misma línea metodológica con el fin de enriquecer, aún más, el esfuerzo realizado en el aula. Puede ocurrir que en algún aspecto determinado no se haga el hincapié que nuestros hijos puedan necesitar y que tengamos que recurrir a apoyos extras, de modo que aseguremos una educación integral en el niño.

Hacer esa valoración a principio de curso resulta positivo puesto que es una medida preventiva. Muchas veces esto se realiza una vez pasado alguno de los trimestres, habiendo obtenido los resultados de la evolución del niño, pero si conseguimos hacerlo desde el principio podremos lograr que estos resultados sean más positivos.

En la mayoría de las ocasiones no es necesario hacer unos refuerzos muy especiales, simplemente trabajando de forma constante y siguiendo la misma línea de trabajo que el centro es suficiente para sacar el máximo rendimiento de nuestros hijos. Por ello, no debemos saturar a los niños sin necesidad, ya que se trata de asegurarnos que tienen lo que necesitan.

Si alguno de nuestros hijos necesita este apoyo extra es recomendable que cuente también con otras actividades extras que le resulten lúdicas, divertidas y de interés para él, de tal forma que no sea exclusivamente todo su tiempo horas de clase y horas de refuerzo, puesto que lo único que lograremos en ese caso es una saturación que desmotiva al niño.

El mejor modo de llevar a cabo esto es estableciendo un contacto con el centro educativo y el profesorado de nuestros hijos desde los primeros días del curso. Y, especialmente, teniendo muy claro que nosotros, los padres, somos una parte muy importante en el desarrollo educativo de los niños y que dentro de nuestra planificación debe estar este aspecto como una de las principales prioridades.

María Campo. Directora pedagógica de Eduka&Nature

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