Conversamos con la maestra y escritora Elisa Molina, autora del libro Educar en calma (Teconté), sobre el tiempo que vamos a pasar con nuestros hijos esta Navidad y cómo transmitirles la ilusión, la alegría y la felicidad propia de estas fechas en estos tiempos difíciles.
Esta Navidad, al tener menos compromisos de comidas de empresa, cenas con amigos y familia extensa, podemos dedicarnos más a la familia más cercana, nuestra pareja y nuestros hijos. Vivir la Navidad como una oportunidad para reconectar con nuestros seres queridos, con otros planes en familia, que se salgan del abuso de pantallas y del exceso de regalos, es el objetivo para encontrar el equilibrio que nos permitirá para dedicar a los niños el tiempo que realmente necesitan.
El verdadero sentido de la Navidad en plena pandemia
P. ¿Cómo reconectar en calma con nuestra familia en esta nueva Navidad?
R. Esta Navidad tenemos una oportunidad maravillosa para llevar a cabo unos días con más tranquilidad, sin prisas por ir a comer a casa de los abuelos o los tíos. Es cierto que podemos sentir nostalgia o anhelo por esas cosas que hemos hecho y que son importantes para nosotros como compartir con la familia mesa y mantel. Pero este año, con todo lo que hemos vivido, confío que hemos aprendido que lo realmente importante es que nos podamos reunir con seguridad. Proteger a las personas más vulnerables y también impedir que este virus esté con nosotros mucho más tiempo para poder volver a abrazarnos nos puede ayudar a tener en nuestra mente y nuestro corazón que los esfuerzos y el trabajo en equipo tendrán sus frutos.
Ahora podemos hacer un menú de Navidad más sencillo, cuidando los pequeños detalles con los niños, colocando la mesa con cariño y dejando que nuestros hijos participen activamente en la gestión de estos momentos. A fin de cuentas, los grandes protagonistas de la Navidad son los niños, ¿no? Pues este año podemos parar un poco más y ser más generosos con ellos en esos pequeños detalles que marcarán la diferencia.
P. En las familias donde han sufrido una pérdida, ¿cómo deberían ser las Navidades en calma?
R. Muchas familias están perdiendo familiares y solo puedo enviarles un abrazo virtual intentando reconfortarles un poco. El dolor es inmenso ante la pérdida de un ser querido y, cuando hablamos de circunstancias como las que estamos viviendo, ese refrán que dice «mal de muchos» no creo que acompañe. A fin de cuentas cada persona es única y deja un vacío inmenso. En esas familias celebrar la Navidad puede tener varios puntos de vista: quizá haya núcleos familiares que no deseen celebrar nada, con vivir el duelo tienen suficiente, y está bien. Quizá hay otros que desean celebrar el momento y estar vivos y también está bien. Lo único que habría que marcar es la responsabilidad individual de cada uno a la hora de reunirnos y también la responsabilidad colectiva de nuestra sociedad.
No olvides que estamos juntos en esto. En todos los hogares podríamos ser más humildes, más sencillos y también más compasivos con nosotros mismos y con los demás.
P. ¿Podemos hacer algo para trasmitir alegría a los niños?
R. Los niños, en general, son muy alegres y no necesitan que les transmitamos nada. Está siendo una situación difícil para todos y hay hogares en los que la alegría no está y ellos lo captan. Quizá deberíamos de ser humildes y honestos con los niños, explicarles por qué estamos así, por qué este año la Navidad se va a celebrar en la intimidad de nuestros hogares. Este año estaremos poquitos y también será especial porque tendremos más tiempo para nuestros hijos, respetaremos más sus horarios de descanso, las horas de comida… y eso también se notará en el ambiente.
P. ¿Qué ideas podemos poner en marcha para que esta Navidad siga siendo especial?
R. A mí me gustaría que ya que en casa vamos a ser muy poquitos en comidas y cenas, prácticamente los convivientes, pues que pudiéramos unir a los niños en las decisiones del menú, de poner la mesa de una forma especial, de preparar el aperitivo, el marisco… que ellos estén involucrados. Habitualmente, los vestíamos guapos y corríamos con prisas para llegar a tiempo a casa de la familia, siempre había algún momento de tensión y, en esta ocasión, todo esto se acaba… Además, nuestra actitud frente a la vida va a enseñar a nuestros hijos un montón sobre cómo debemos afrontarla. Entonces, será especial en cuanto nosotros mostremos que el verdadero espíritu de la Navidad no está en ser muchos, sino en estar todos vivos, en pensar en los demás y hacer lo que es mejor para los que más queremos.
P. ¿Hay algunos planes o excursiones que podamos hacer sin ponernos en riesgo?
R. ¡Por supuesto! Podemos salir y hacer planes siempre que cumplamos con las recomendaciones oficiales, evitando aglomeraciones, espacios cerrados, pasar tiempo sin la mascarilla colocada… Pero podemos pasear, visitar pueblecitos y ver los belenes que en muchas calles decoran, las luces de Navidad, las plazas de los pueblos… Será diferente y será bonito también.
P. Demasiado tiempo en casa, ¿cómo tener cuidado para que los niños no abusen de las pantallas?
R. Es un punto a tener en cuenta y me alegra que me preguntes. Para que los niños no abusen de las pantallas tenemos que ser los adultos los primeros que estemos pendientes y no les demos una pantalla si tenemos que trabajar, por ejemplo. Vamos a proponerles actividades alternativas: pintar, dibujar, jugar a juegos de mesa, incluso el aburrimiento para que de ahí salgan juegos que les hagan compartir tiempo entre hermanos y fomentar la creatividad. Es normal que en Navidad, con las vacaciones que tienen nuestros hijos, podamos ampliar un poco el tiempo en pantalla pero debemos ser conscientes de que nuestros hijos necesitan experiencias reales y no tiempo en pantalla para aprender. Así que necesitamos organizar los tiempos para que los días no pasen siendo una dinámica continua de televisión, tablet y móvil.
P. ¿Cómo enfocamos esta Navidad para que los niños las vivan felices?
R. Los niños van a vivir unas Navidades felices siempre que nosotros estemos bien. Nos toca hacer un esfuerzo extra de aceptación de la situación -no es resignación, es entender que en el momento en el que estamos, lo mejor que podemos hacer ahora mismo es lo que estamos haciendo- y disfrutar de estos días con nuestros hijos, aportandoles algún plan diferente y bonito, alguna excursión, un paseo por la naturaleza, una visita a la biblioteca para leer libros sobre la temática de Navidad, alguna actividad chula en familia para regalar a los abuelos, a los tíos* nuestra actitud, como siempre, será la que marque la diferencia.
P. La variación de rutinas (sin ver a los abuelos, sin cabalgata, sin que venga todo el mundo a casa…), ¿cómo va a afectar psicológicamente a los niños?
R. Todo puede afectar psicológicamente si nos enfocamos en las cosas que no tenemos, ¿qué tal si hacemos un trabajo de enfocarnos en las cosas que sí podemos hacer y sí vamos a tener? Igual el trajín de abuelos, familia, excesos de comida, excesos de juguetes, paseos por casas de familiares a recoger muchos regalos, el propio exceso de los regalos no estaba haciendo sentirnos un poco desbordados y tenemos la oportunidad de vivir una época más familiar, con nuestra familia más directa -nuestros hijos- y dedicarles aquellas cosas que, año tras año, ellos nos piden: tiempo, jugar, compartir, confianza, atención, paciencia, sonrisas, cariño… igual este año, al hacerlo todo más sencillo, más «en calma» podemos darles lo que realmente quieren -y necesitan-.
P. ¿Qué sentido tienen esta Navidad los regalos de Reyes para los niños?
R. Todos los años hay niños que reciben muchos regalos y todos los años hay niños que no reciben regalos, lamentablemente. Es importante que entendamos que nuestros hijos, siguiendo la tradición y nuestra cultura, tienen asociado que cada 6 de enero llegan los Reyes Magos con regalos para todos. Este año, después de un año duro para la infancia, que sufrió un confinamiento muy duro a principios de la pandemia, será un poco de aliento. Por supuesto, siempre que no caigamos en la trampa de chantajear a los niños con los regalos si no se portan bien, hacer humillaciones, lanzar amenazas…
Es importante que en Navidad los valores que nos parecen importantes los trabajemos desde casa
Debemos ser conscientes de que los niños tienen ilusiones, sueños, miedos… entonces, no traicionemos al verdadero espíritu de la Navidad. Vamos a agradecer los esfuerzos que están haciendo nuestros pequeños de llevar la mascarilla todo el tiempo, el continuo lavado de manos, las restricciones a la hora de hacer extraescolares, compartir con los amigos, celebrar cumpleaños… Yo este año creo que sería estupendo que, por encima de los regalos, hubiera una valoración de todo lo que han hecho y que con el tiempo parece que no se ve, pero lo hicieron y lo hacen cada día. Ellos son unos pequeños héroes sin capa que llevan meses sin ver o abrazar a sus abuelos, habrá que darles las gracias por su conciencia ante esta situación.
P. ¿Qué hacer para mejorar la relación de pareja esta Navidad?
R. Esta Navidad, al tener menos compromisos de comidas, cenas de empresa y familia extensa, podemos trabajar nuestra relación de pareja, hablar más, comentar cosas, compartir pensamientos, ideas, ilusiones, sueños, anhelos… El día a día a veces es tan complejo que no tenemos tiempo de nada y resolvemos las cuestiones importantes a través de WhatsApp. Ahora tenemos una oportunidad de hacer comidas más sencillas, recoger antes la mesa y dedicarnos tiempos, miradas, caricias, lecturas, intereses… Aprovechemos el momento y crezcamos como parejas.
Marisol Nuevo Espín
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