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Cómo educar a un estudiante de éxito desde casa

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Los mejores consejos para conseguir un estudiante en casa.

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El éxito es una meta que toda persona se marca en la vida y que tiene uno u otro objetivo según la edad de cada individuo. Mientras los mayores buscan conquistar sus metas en el terreno laboral, los más pequeños deben cumplir sus retos en el colegio. Aprobar exámenes, realizar las tareas y trabajos académicos, éstos son los propósitos de los alumnos.

Si bien es el estudiante quien debe asumir la responsabilidad de estos objetivos, los padres también pueden aportar su grano de arena a la hora de echar un cable a sus hijos. ¿Cómo hacerlo? Desde la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, en colaboración con la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) se brindan los siguientes consejos.

El papel de la familia para los estudiantes de éxito

Es evidente que el entorno en donde se desarrollan los niños tiene un papel muy importante en el futuro del mismo. En este sentido, el ambiente en donde pasan más horas es la familia. Un espejo en el que mirarse y un contexto desde el que asumir valores y que influye de forma determinante.

Por otro lado, es necesaria una estrecha relación entre familia y escuela. Ambas entidades están obligadas a entenderse y colaborar. El hogar en donde se desarrolla el niño debe tener en cuenta los consejos que se brindan desde el centro escolar para poder continuar la labor que el colegio ha iniciado dentro del colegio. La labor académica no termina con el timbre final.

Para asegurar el éxito en el colegio, se ofrecen los siguientes consejos:

– Los centros deberían brindar nuevas y variadas oportunidades de comunicación a las familias y no reducir la misma a proporcionar información a los padres y madres.

– Aprovechar los nuevos canales de comunicación que ofrecen las nuevas tecnologías (correos electrónicos, blogs,páginas web, mensajería instantánea, redes sociales, etc.) para intercambiar información y recibir orientaciones y sugerencias.

– Cuidar las formas a la hora de decir las cosas para no ofender ni herir a nadie.

– Reinventar las estructuras de participación haciéndolas mucho menos formales y más operativas, que respondan a necesidades y problemáticas concretas del centro (comisión sobre absentismo escolar, comisión para la mejora del edificio del centro y de sus recursos, comisión de convivencia, etc.)

– Empezar por reconocer y asumir el grado de responsabilidad que la familia tiene.

Ayudar desde casa a los estudiantes de éxito

Los distintos temperamentos que observamos en los niños son producto de la combinación de una serie de rasgos relacionados consus funciones biológicas (alimentación y sueño), su nivel de actividad, su modo de reaccionar emocionalmente, su capacidad de adaptarse a los cambios y de interesarse por nuevos estímulos y su sociabilidad.

En este sentido, es muy importante el vínculo entre padres e hijos, un objetivo que se puede asegurar del siguiente modo:

– Mantener, desde el primer momento, un contacto ocular con los hijos, hablarle con dulzura y cariño, abrazarlo, besarlo, acariciarlo, etc.

– Ser sensibles a las señales del niño, atendiendo con prontitud y de forma apropiada a sus necesidades. No escatimar tiempo en estos momentos.

– Compartir juegos y otras actividades cotidianas con los niños: leer un cuento juntos, ir al parque, hacer un puzle, dibujar o pintar, ir al campo y disfrutar de actividades al aire libre, etc.

– Realizar actividades guiadas, aquellas en las que como padre enseña algo al niño. Por ejemplo a lavarse los dientes, a vestirse, a recoger, etc.

– Escuchar y conversar con los hijos sobre lo que le acontece en la vida, los programas televisivos que ven, sobre sus actividades cotidianas, sobres sus juegos, etc.

Los estudiantes de éxito también necesitan normas y límites

Por otro lado, también es primordial establecer límites dentro de casa:

– Los límites no deben ser demasiado restrictivos ni demasiado amplios. Un control excesivo sobre el niño suele provocar que éste se rebele ante la falta de libertad y se le impide, al mismo tiempo, la oportunidad de crecer y aprender. Por su parte, límites demasiado amplios no educan en la responsabilidad y promueven que el niño exceda los límites con mucha frecuencia.

– Los límites deben tender a guardar un equilibrio. Que sean lo suficientemente firmes para guiar a nuestros hijos, proporcionarles seguridad y enseñarles a ser responsables y lo suficientemente flexibles para que ejerzan su libertad, su poder y su control sobre las cosas.

– Las normas y límites deben ser claras y comprensibles. Los niños necesitan saber qué comportamientos se espera de ellos, hasta dónde pueden llegar y qué ocurrirá si se exceden en sus pretensiones. Esto ayudará a entender cuál es el camino de las conductas aceptables

– Los límites hay que revisarlos cada cierto tiempo. El desarrollo del niño irá marcando los tiempos de revisión de los límites establecidos para que hagamos los cambios oportunos en cada momento, otorgando un mayor espacio de libertad y responsabilidad.

– La enseñanza de las normas es efectiva si el mensaje que se transmite es coherente con tus actuaciones.

Damián Montero

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