Un niño/a no quiere ir al colegio porque aquello que recibe no le gusta. Cuando los niños no están a gusto en su entorno, pierden interés, muestran una actitud paso ante cualquier propuesta y, finalmente, la desmotivación de los niños en el colegio puede conducir al temido fracaso escolar. Para evitarlo, lo primero que hay que hacer es escucharle y conocer los motivos de su malestar para poderle dar la solución adecuada.
Cuando el cambio de guardería a colegio les demotiva
El cambio de guardería a colegio suele ser unos de los momentos más frecuentes en los que los niños no quieren ir al colegio. El niño por mucho que oiga que «va al cole de mayores», «que va a un cole nuevo donde va a tener más amigos», se encuentra con un edificio desconocido para él en el que no sabe como desplazarse, con unas caras de adultos desconocidas por muy sonrientes que sean y con unos niños a su lado que no sabe por qué lloran, pero que sí sabe que el lloro se produce por dolor, malestar, contrariedad.
Esto además está acompañado de la separación física de sus padres y hermanos después de unas vacaciones de verano, pero como no tiene noción del tiempo no sabe por qué es de un día para otro. A esto hay que añadir que, por lo general, las madres dejan a los niños con el corazón en un puño reflejando en su cara esa angustia por separación, cara que observan los niños y que tampoco entienden.
¿Qué hacer en este momento? Pues ir pensando en el trayecto al colegio que los niños se quedan en el mejor centro educativo de su ciudad porque por eso lo han elegido, porque es el mejor, que como es el mejor cuenta con un equipo educativo bien preparado y formado y que por tanto en poco minutos estará compartiendo feliz las actividades con sus nuevos compañeros. Esto no quita para que a la salida el niño se ponga a llorar, este hecho no tiene relación con lo que ha pasado durante el día.
Hay niños que el período de adaptación puede ser más largo y que el domingo por la noche les duela la cabeza, la tripa, tengan fiebre. Estos síntomas son propios de una ansiedad por separación. El niño en esta situación lo pasa mal, sufre y realmente le duele la cabeza o la tripa, otra cosa es que tenga algo físico en la cabeza o en la tripa, pero el dolor es real. Si persisten estos síntomas es necesario acudir a un psicólogo.
Motivos por los que los niños no quieren ir al colegio
Entre los motivos por los que los niños no quieren ir al colegio, además de la separación de sus padres, están el acoso escolar por parte de sus compañeros, la falta de amigos, problemas de autoconcepto o de autoestima, problemas de bajo rendimiento si hablamos de niños pequeños. Si hablamos de los mayores pueden arrastrar los problemas anteriores y además tener que hacer un esfuerzo en las asignaturas, esfuerzo al que no están acostumbrados. Al final un niño no quiere ir al colegio porque no está a gusto.
¿Que pueden hacer los profesores desde las aulas ante niños desmotivados?
Un niño desmotivado significa que la asignatura que le están explicando no le interesa absolutamente nada. ¿Que hacer para despertar la motivación en el aprendizaje de los niños? Si la falta de interés se manifiesta en otros aspectos como los amigos, las actividades extraescolares o los deportes habrá que acudir a un especialista.
No obstante, el profesor debe acudir al Departamento de Orientación y de forma conjunta tratar de averiguar los motivos de la falta de interés. El primer paso es conocer si en la familia hay algún factor que sea el causante de esa falta de motivación, si hay alguna enfermedad, conflicto o discusiones entre sus padres, falta de valoración del estudio del niño, o si este está reclamando la atención de sus padres con esa actitud.
Si no hay una causa familiar, hay que ver si hay una causa física. Al niño puede no interesarle la asignatura porque no entiende lo que le explican. Esta falta de comprensión puede radicar en su capacidad intelectual o en un problema de discriminación auditiva. Oye pero no distingue bien algunos sonidos con lo cual no entiende bien; el problema puede hallarse en la discriminación visual, ve pero no diferencia bien unas letras de otras.
La falta de interés también es propia de niños de altas capacidades, aquello que está escuchando ya lo conoce y se aburre; también puede ser un niño hiperactivo y por tanto le interesa todo lo que le rodea; o niños con dificultad de concentración, de memoria. En estos casos estos niños necesitan un especialista.
Hasta ahora hemos visto las causas de la falta de motivación pertenecientes al alumno, pero el profesor debe analizar su forma de dar clase y ser autocrítico consigo mismo mejorando su metodología con creatividad.
Conchita Requero
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