Desde hace tiempo, los argumentos a favor o en contra de hacer tareas o deberes escolares en casa, genera tensiones y conflictos entre las familias, en los centros educativos y en las asociaciones de padres y madres. Determinar cuántos son muchos o pocos deberes, cuál es la utilidad de las tareas escolares para el aprendizaje y el beneficio en la vida de los niños sigue siendo parte del problema.
Contribuyen a que este debate periódicamente se intensifique, casos como el de una madre de tres hijos, Eva Bailén, que a través de la plataforma Change.org empezó en el curso 2014/2015 la campaña «Por la racionalización de los deberes en el sistema educativo», recogiendo 215.000 firmas de las 150.000 necesarias para presentar al Ministerio de Educación. Lanzó la campaña ante la impotencia de ver como su hijo de 10 años dedicaba de 2 a 3 horas, para hacer los deberes en casa y en cambio a sus otros dos hijos los profesores les ponían menos, aunque hay que destacar que los tres sacaban buenas notas.
La familia y los deberes escolares
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los alumnos españoles realizan una media de 6’5 horas de tareas semanales frente al 4’9 horas que dedican de media en otros países. España es el 5º país que pone más deberes, aunque este dato no origine un mayor rendimiento académico. Dos países que figuran en cabeza del informe PISA, Corea del Sur y Finlandia, consideran suficiente dedicar 3 horas a la semana.
Un estudio realizado por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), tras consultar a 1.748 padres y 472 menores, que en su mayoría estudiaban en la escuela pública, destacó que el 40% de las familias opina que sus hijos tienen demasiados deberes y el 48% piensa que estas tareas afectan negativamente a la vida familiar.
La carga de deberes escolares puede provocar tensiones familiares, debido a las largas jornadas laborales de los padres que impiden la conciliación familiar y compartir el tiempo libre con sus hijos. El hecho de que los niños pasen de 2 a 3 horas diarias haciendo deberes, lo que les quita tiempo para jugar, de que algunos niños necesiten ayuda para hacerlos y requieren la presencia de los padres o de algún profesor particular, que en ocasiones no es posible, de la presión que ejerce el colegio y los profesores cuando no se llevan hechos por falta de tiempo o motivación… son algunos de los temas más recurrentes en los foros de debate que generan tensión en las familias.
Argumentos para el debate de los deberes escolares
– La falta de coordinación entre los profesores. Las tareas escolares deberían estar consensuadas entre los profesores de las distintas materias, para que no todos manden hacer deberes el mismo día. Por ejemplo: el lunes hacer los de matemáticas, el martes los de ciencias, etc.
– El tiempo de hacer deberes debe adaptarse a la edad de cada alumno. En Primaria es suficiente dedicarles entre 30-60 minutos. El tiempo de estudio en la Secundaria deberá ir aumentando, partiendo de un mínimo de una hora aproximadamente.
Hay que valorar también que hay otras formas de aprender para un niño, como jugar, experimentar con creatividad, etc.
– Los estudiantes deben considerar las tareas escolares útiles para su formación. Los deberes tienen que tener conexión con el entorno social y escolar en el que se mueven actualmente.
– No pueden ser la repetición de lo trabajado en clase, ya que aparte de no aportarles nuevos conocimientos les puede provocar desmotivación y aburrimiento.
– La necesidad de clases de refuerzo puede ser un argumento en contra al exceso de deberes: Pueden generar y aumentar las desigualdades sociales para los alumnos con desventajas socioeconómicas y culturales familiares. En el caso de que necesiten ayuda o clases de refuerzo, se da la circunstancia de que no puedan disponer de la ayuda de sus padres ni de otras personas porque supone un gasto económico difícil de asumir por sus familias.
Mercedes Corbella. Psicóloga y diplomada en Trabajo Social.
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