En el aula tradicional de toda la vida el profesor entra a clase, pasa lista, después corrige los deberes del día anterior y empieza a explicar loss nuevos contenidos. En la explicación de la materia nueva tarda unos quince o veinte minutos que al final se transforman en cuarenta por las interrupciones, por las preguntas del alumnado, y una vez que ha terminado la explicación manda unas actividades de esos contenidos para casa y así se ha pasado la hora.
En la clase invertida o flipped classroom lo que se pretende es que los contenidos se aprendan a través de vídeos. Los vídeos se pueden ver por la tarde en casa o bien pueden ser vídeos proyectados en la clase por la mañana, que vean los niños diez minutos antes de empezar la clase. El vídeo no cuestiona a nadie, el alumno que no ha entendido el vídeo lo puede echar para atrás tantas veces como necesite. Y entonces, una vez que el vídeo está comprendido, el profesorado hace las tareas con el alumnado en el aula.
«¡Qué mejor que tener la ayuda del propio profesor experto en la materia!, En las clases tradicionales la ayuda suele ser la de un profesor particular o bien la de mamá o papá en casa. Cuando el alumnado no puede tener esa ayuda, suele llegar al día siguiente, tristemente, sin los deberes hechos», explica Rosa Liarte, profesora de Geografía e Historia y formadora de Docentes para realizar clases invertidas.
Beneficios para los alumnos de la clase invertida
Una de las principales ventajas para los alumnos del aula invertida es que no hay deberes porque el contenido se ve en casa y los deberes se hacen en clase. No obstante, muchos profesores afirman que ahora los nuevos deberes son los vídeos, pero no en todas las materias se manda ver un vídeo todas las tardes.
Rosa Liarte asegura que «en mi caso, al trabajar en la educación pública, tengo alumnado que no tiene internet en casa, por lo que dejo 10 minutos previos en clase para que lo puedan ver bien en el centro. Utilizo la aplicación EdPuzzle para comprobar que lo han visto. Esta aplicación no solo me dice si lo han visto, además le puedo poner preguntas dentro y puedo saber cuántas veces han echado el vídeo para atrás para comprenderlo mejor. Ahora puedo llegar a la diversidad, puedo ver cómo comprende el alumnado los contenidos, algo que en una clase tradicional no se puede saber».
La ventaja: trabajar las dudas en clase
La principal ventaja es que ahora es que el profesorado está trabajando con el alumnado en clase. «Hay estudiantes que van a necesitar más ayuda, claro, y no vamos a descartar ese apoyo que las familias van a querer darles fuera de clase. Pero ahora tienen toda la hora de clase para trabajar con el profesorado especialista en la materia y nosotros nos podemos centrar en ellos. En mi caso, lo que hago son proyectos y el alumnado trabaja conmigo realizando productos finales de lo que hemos abordado en el vídeo».
El profesor youtuber: motivación para los docentes
Para muchos docentes, entrar en la dinámica de convertirse en un profesor youtuber puede convertirse en un reto dificil de asumir. Para algunos de ellos, cambiar el establecimiento de las clases tradicionales, no es fácil y en ocasiones se llega a ello por pura necesidad. Rosa Liarte reconoce que «me lancé a hacerlo porque entraba en una dinámica explicando las cosas en la que estaba agotada, y me dí cuenta que no podía dar la misma clase a última hora que a primera hora de la mañana. Empecé a cuestionármelo y lo primero que hice fue grabarme la primera clase de la mañana en directo en el aula para, más tarde, proyectarla con otro alumnado. De esta forma me di cuenta que se aprovechaban mejor las clases, los estudiantes atendían, veían el vídeo y me preguntaban las dudas. Y de repente tenía cincuenta minutos para trabajar con mi alumnado en clase, mientras que antes solo disponía de diez minutos».
Herramientas para hacer una clase invertida
Son varias las aplicaciones que necesitan los profesores para poner en marcha el sistema informatico de la clase invertida. Por un lado, los alumnos deben visualizar el vídeo por EdPuzzle, que es la aplicación que permite ver quién ha visto el video y cuántas veces lo ha visto el alumno. Por otro, para que los alunnos puedan hacer proyectos en los que intervenga la tecnología es preciso usar Chroma Key, que es la tela verde, donde con Touchcast, que es una aplicación para Ipad, el alumnado se graba y hace un proyecto.
También resulta muy útil usar Google Expedition, un aplicación ideal para hacer realidad aumentada y virtual, y que permite sumergir al alumnadado en lugares donde no podríamos haber ido de excursión. «Aprovechamos la tecnología para poder usarla en el aula, asegura Rosa Liarte. Montones de aplicaciones nos pueden ayudar a hacer proyectos, no solo en clase de Sociales como es mi caso, sino interdisciplinares, donde intervengan el resto de materias.
El fin es que el alumnado entienda que el aprendizaje es para la vida, no simplemente para aprender un examen que luego se olvida.
Sino que piensen «ah, estoy aprendiendo competencias que me van a hacer competente el día de mañana cuando busque un trabajo o quiera resolver un problema».
En conclusión, parece que la clase invertida es la evolución natural de la enseñanza cuando lo que se pretende es aplicar la tecnología en las aulas y cuando además contamos con un alumnado que son nativos digitales. Sin embargo, Rosa Liarte advierte que «se dice que tenemos nativos digitales en el alumnado, pero luego les pedimos que nos manden un email con un archivo adjunto y, tristemente, no saben hacerlo. Por lo que yo cuestiono a esos nativos digitales. Realmente, algunos son huérfanos digitales porque solo sabe de Instagram, Snapchat y de jugar al Fortnite; de ahí no salen. Tenemos que educar a estos nativos digitales. Ellos controlan muchas cosas del mundo digital, pero hay que educarles para que les sirvan para su vida laboral y profesional».
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Rosa Liarte. Profesora de Geografía e Historia y formadora de docentes en Nuevas Tecnologías.
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