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Buena educación: el poder de una sonrisa

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Aunque nos parezcan sinónimos, los conceptos de risa, sonrisa y felicidad hacen referencia a ideas muy diferentes. La risa se consigue, la sonrisa se educa y la felicidad se alcanza. Todas ellas son emociones muy positivas que debemos cultivar y saber transmitir a nuestros hijos para elevar su estado ánimo y contagiar buenas sensaciones a los demás.

La risa se consigue y es necesaria para la salud

Recientes estudios sobre la capacidad de las carcajadas para combatir todo tipo de enfermedades indican que mientras reímos liberamos gran cantidad de endorfinas, responsables en gran parte de la sensación de bienestar. En los últimos 30 años se ha avanzado mucho en la aplicación de la risa como terapia.

En los años 70, un doctor californiano aplicó la alegría y el buen humor como apoyo en la recuperación y tratamiento de enfermedades, obteniendo beneficiosos resultados. Algunos de los hallazgos más interesantes e intrigantes encuentran que, la risa estimula el sistema inmunitario y reduce los niveles de una hormona del estrés, el cortisol, en la sangre. Todo esto nos lleva a afirmar la importancia de hacer reír a nuestros hijos, no solo para hacer personas felices, también más sanas.

La sonrisa se educa

Igual que enseñamos a nuestros hijos a ser ordenados o generosos, debemos educarlos en la importancia de la sonrisa. Es evidente que a unas personas les costará más que a otras, pero no por ello debemos dejar que nuestros niños tengan un semblante serio, porque «son así de naturaleza». Si tu hijo es perezoso, procurarás que se esfuerce en ser más diligente, por tanto, si es serio tendrás que animarle a que sonría más.

En este sentido, no debemos olvidar que la sonrisa también forma parte de la educación en los buenos modales: deben acostumbrarse a sonreír al conserje del edificio, al cartero, al abrir una puerta y ceder el paso. Deben dejar sus juguetes con una sonrisa, no con mala cara; dar las gracias o pedir las cosas por favor con una sonrisa en sus labios. Hay miles de situaciones cotidianas en las que debemos enseñar a los hijos a realizarlas sonriendo.

La felicidad es una actitud constante

No depende del estado de ánimo. Es aprender a ser feliz con las circunstancias que nos tocan. Desde chiquitines podemos hacerles ver que deben estar felices con un juguete, aunque quisieran tener dos como su vecinito; a disfrutar de su bocata de chorizo en la merienda, aunque no le compres el bollo que el desea.

La felicidad es algo interno, independiente de que el semblante del niño pueda ser más serio o más risueño. Un niño que sonríe poco no es igual a niño infeliz, tan solo nos indica que deberá esforzarse más en su vida por mostrar la sonrisa.

Consejos para dar ejemplo y educar en la sonrisa

– Sonríe, aunque te cueste un poco. Ante las dificultades, ¿sueles sonreír, o eres de los que se te tuerce pronto el gesto? No debes aparentar que todo es perfecto, pero sí sonreír, aunque a veces cueste un poco.

– Anima a tus hijos a sonreír. Obsérvate y comprueba si le dices con frecuencia a tu hijo frases como: sonríe que estas más guapo, o sonríe que me haces más feliz, sonríe aunque te duela un poquito.

– La sonrisa es un gesto amable. No es lo mismo sonreír, que reírse de los demás. Los niños son muy propensos a reírse en las situaciones más embarazosas. Deben aprender a dominarse y a saber estar en cada momento, pero siempre, con un gesto amable.

– Pon una cara simpática. Al dar un paseo, anima a tus hijos que se fijen en las personas mayores. Verán que hay algunas con un gesto amable y otras con cara de refunfuñonas. Puedes explicarles que posiblemente las personas con cara simpática están acostumbradas a sonreír desde pequeños. Pregúntales a cuál de los dos se quieren ellos parecer dentro de unos años.

– Despídete con una sonrisa. Desea por las mañanas a tus hijos que pasen un buen día con una sonrisa, y recíbelos por la tarde con otra. Tus hijos interiorizarán que el estar con ellos te hace sentir bien y lo percibirán gracias a la sonrisa que verán dibujada en tu rostro.

Marisol Nuevo Espín

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