Para hablar correctamente un segundo idioma, lo más importante para los niños de entre 2 y 4 años no es enseñar mucho vocabulario, sino educar su oído: es la esencia del bilingüismo infantil. Enseñándoles a pronunciar correctamente otros fonemas distintos que no existen en su lengua materna podemos modular el aparato fonador de los niños antes de los seis años.
Esta técnica, nueva en el aprendizaje de idiomas en España, es la que se está aplicando ya en muchas escuelas y colegios en España y en todo el mundo, y ayudará a las nuevas generaciones a hablar otros idiomas sin acento.
Para estimular el oído del niño contamos con muchos recursos, como acostumbrarle a la música clásica, a las canciones y los videos en inglés… que podemos ofrecer a nuestro hijo desde los primeros meses de vida como un juego más. En esencia, para modular el aparato fonador de los niños, conviene hablarles mucho porque aprenden por imitación.
Aunque, en principio, parezca un empeño estéril, dentro de unos años, cuando el pequeño empiece realmente a estudiar su segunda lengua, podremos felicitarnos, pues le habremos facilitado en gran parte el camino.
Las dificultades en la buena pronunciación de un segundo idioma se deben fundamentalmente a que el español no proporciona muchos sonidos para captar, pero sí un extenso vocabulario y una compleja gramática. Por eso, el aprendizaje de otra lengua en España es más costoso a la hora de hablar y guarda más relación con el acento que con la gramática.
¿Tenemos acento los españoles?
El idioma castellano es una lengua muy rica en vocabulario y gramática, pero pobre en sonidos. Esto se debe a que la riqueza de una lengua en sonidos se mide por la cantidad de vocales que contempla. Y, precisamente, el idioma español tan sólo tiene cinco vocales, aunque sean muchas las consonantes que las acompañan.
Otro factor que tampoco debemos olvidar es que se trata de una lengua repleta de tonos graves, al tiempo que es escasa en agudos. Por esta razón, los españoles que aprenden una segunda lengua fuera de su periodo sensitivo -entre 1 y 4 años-, suelen tener mal acento en otros idiomas.
En cambio, dado que el nuestro es un idioma con una gramática especialmente compleja, no nos resulta especialmente difícil aprender otras lenguas, y podemos llegar a leerlas y escribirlas con bastante facilidad.
Por el contrario, es muy normal encontrar extranjeros que hablan el español con bastante buen acento, pero que emplean en sus frases construcciones muy pobres, pues les resulta muy complicado aprender nuestra gramática.
Bilingüismo: consejos para educar el oído de los niños
1. La música clásica es un estímulo auditivo de gran efectividad. Acostumbrar al niño a escuchar a compositores como Mozart o Vivaldi le dan la oportunidad de conocer un gran espectro de sonidos, algunos de los cuales -por ejemplo, los agudos- son poco frecuentes en el idioma español. Repetir con asiduidad este ejercico le preparará para captar correctamente los acentos de las diferentes lenguas.
2. La riqueza del idioma propio ser estímulo y alimento para aprender mejor una segunda lengua, cualquiera que sea la que le enseemos.
3. Las canciones en inglés, francés, alemán… pueden ser un instrumento perfecto para acostumbrar a nuestro hijo a la pronunciación correcta de cada lengua. Le animaremos a cantar con la música, pero sin hacerlo nosotros, para no distorsionar esa percepción.
4. No todos los acentos dentro de una misma lengua son iguales, hasta tal punto de que podemos confundir al niño. Esto es especialmente importante al tratarse del inglés sajón y el americano.
5. Los juegos y programas infantiles de ordenador, especialmente los que son muy interactivos, pueden resultar buenos instrumentos para el aprendizaje de un segundo idioma.
6. Si tienes posibilidad, aprovecha las vacaciones para visitar el extranjero con nuestros hijos. Esto no sólo les proporcionará la oportunidad de conocer mejor el idioma, sino también nuevas costumbres y culturas que le animarán a aprender. Viajar a otros países les proporciona a los niños a valorar la utilidad de estudiar un segundo idioma.
7. En algunas zonas especialmente turísticas, o cuando las circunstancias lo permitan, puede presentarse la oportunidad de relacionarnos con alguna familia extranjera que tenga hijos de la misma edad que los nuestros.
8. Los videos en versión original también pueden ser de gran ayuda y estímulo, siempre que no sean muy largos, para que el niño no se canse, y que consten de muchas más imágenes que diálogos. Las canciones, cuando las hay, enriquecen su efecto, pero lo más importante es que el niño no tenga ocasión de ver los mismos vídeos tambin en castellano. Si lo hace, ya sabrá el significado de lo que escucha y no pondrá interés en entender.
Maria Moll
Asesoramiento: Beatriz Bengoechea. Psicóloga y orientadora familiar
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