Comienzan las vacaciones escolares de verano y es entonces, cuando los padres nos planteamos ¿cómo organizar el verano de nuestros hijos? ¿qué actividades de verano para los niños pueden ser convenientes? ¿deben repasar lo aprendido y prepararse para el siguiente curso?
Una vez que nuestros hijos e hijas, terminan los horarios del colegio, las actividades extraescolares y las rutinas diarias… empiezan a despertarse tarde, pasando muchas horas delante del móvil, la TV, la consola u ordenador, comiendo en cualquier momento y sin horarios ni organización. Lo que al principio parece un descanso al liberarnos de la presión y las prisas, puede convertirse en niños y jóvenes aburridos, malos hábitos, discusiones en el hogar…
Las diferentes actividades de verano para los niños, niñas y jóvenes son una alternativa a este ocio nocivo y desorganización, que ofrece amplios beneficios. Los casi tres meses de vacaciones escolares son un periodo para que nuestros hijos realicen actividades que les ayuden a seguir forjando su personalidad, adquieran valores, competencias, nuevos conocimientos y hábitos esenciales para su desarrollo integral.
Beneficios de las actividades de verano para niños, niñas y jóvenes
Hay muchos tipos de actividades de verano pensadas y orientadas pedagógicamente para niños, niñas y jóvenes. Según su naturaleza y finalidad, estimulan, unos u otros aspectos del desarrollo de nuestros hijos e hijas: cognitivos, intelectuales, formativos, académicos, sociales, artísticos o deportivos.
Sea cual sea el tipo de actividad: aventura, didáctica, cultural, formativa, intelectual, deportiva, creativa… y tanto realizada en grupo, como de forma individual; aporta amplios beneficios.
Ayudan a recargar energías
Las nuevas actividades, nuevas personas, nuevos amigos y/o nuevos entornos, ayudan a los niños y jóvenes a recargar energías, crecer y enfrentarse más motivados y en mejores condiciones al nuevo curso escolar.
Estilo de vida saludable
Las actividades de verano posibilitan que los niños disfruten del verano de forma más saludable, aprovechando mejor los días y el tiempo, realizando actividades beneficiosas para su desarrollo y aportando salud física y/o emocional.
Una adecuada programación de diferentes tipos de actividades, ayuda a los niños a liberar energía, estar más relajados y rendir mejor intelectualmente.
Control y gestión del tiempo
Controlamos y gestionamos el tiempo de ocio de los niños, reduciendo los comportamientos no deseados y el tiempo dedicado al ocio nocivo.
Hoy en día, para entretenerse niños, niñas y jóvenes, pasan largas horas juntado a la Play, la Nintendo, viendo la televisión… Un planteamiento adecuado de actividades durante las vacaciones de verano, permitirá una mejor gestión del tiempo y nuestros hijos, realicen un uso más racional de estas tecnologías.
Facilitan las relaciones sociales
Y mejoran las habilidades sociales y la capacidad de adaptación. En las actividades de verano, los niños se relacionan con otras personas externas a su núcleo habitual, fuera de su zona de confort y/o hacen nuevos amigos. Independientemente del tipo de actividad, el compartir el tiempo libre, aficiones, juegos, ideas… es muy positivo y mejora el desarrollo de las habilidades sociales en los niños. Igualmente, los niños tendrán que adaptarse a nuevos ambientes, propuestas, personas, compañeros*y aprenderán a ser más tolerantes y respetuosos.
Mejora el desarrollo madurativo, la autonomía y responsabilidad
Las actividades de verano, ayudan a niños y jóvenes, a organizarse con los horarios, tener nuevas expectativas, valerse por ellos mismos sin que su madre o su padre este a su lado, enfrentarse a nuevos retos y en función de la actividad, dormir fuera de casa, viajar a otro país, realizar de forma autónoma actividades cotidianas tales como hacer la cama, la higiene, la comida… Todo ello contribuye a que los niños y jóvenes maduren y sean más responsables y autónomos.
Estimulan las capacidades intelectuales, el rendimiento y la competencia escolar
Dependiendo del objetivo del programa y las actividades, ayudamos a niños y jóvenes a mejorar sus capacidades intelectuales, de forma muy entretenida preparándoles para que les sea más fácil aprender y consiguiendo por ejemplo mejorar la memoria, la concentración, la resolución de problemas, la velocidad de procesamiento, la agilidad mental o frenar la impulsividad.
Complementan la formación y mejoran la motivación por aprender
Entre las actividades de verano, es recomendable incluir, actividades que complementen lo aprendido en el colegio y trabajen las carencias que niños y jóvenes, puedan tener en algunas materias. Durante el verano, los aprendizajes se pueden realizar de forma más creativa y lúdica, fomentando la motivación de los alumnos por aprender.
Potencian la capacidad de trabajar en equipo
El desarrollo de una competitividad sana, enseñar a los niños el valor del esfuerzo colectivo para alcanzar un objetivo común y a cooperar, son otros de los aspectos que potencian muchas de las actividades de verano.
Aprenden nuevas formas de expresión
Fomentar la creatividad y la sensibilidad cultural a través de diferentes formas de expresión, son también aspectos muy recomendables y que están presente en muchos de los programas de verano.
Mejora la autoestima
Las actividades de verano adecuadas, ayudan a niños y jóvenes a desarrollar la confianza en sí mismos, el sentimiento de logro, sus intereses*mejorando el autoconcepto y su autoestima.
Ayudan a la conciliación
Por último, mencionar, la tranquilidad que las actividades de verano nos dan a los padres, sabiendo que nuestros hijos están en entornos seguros y realizando actividades que contribuyen a su desarrollo integral.
Con estas actividades, ayudamos a nuestros hijos e hijas, a crecer y evitamos pasen tiempo solos en casa, aburridos, tener que recurrir a los abuelos o buscar a alguien que se ocupe de su cuidado.
¿Cómo elegir las mejores actividades de verano para nuestros hijos e hijas?
Antes de pensar las actividades de verano para nuestros hijos, debemos analizar sus necesidades, que necesitan potenciar, sus edades, sus gustos y las posibilidades de la familia.
No se trata de ocupar el tiempo porque sí. Estas actividades deben contribuir a su desarrollo integral aportando educación, formación, aprendizaje, diversión y ocio sano.
Una vez hayamos pensado los objetivos, debemos elegir las actividades más adecuadas sin excedernos. Aunque lo adecuado es decidir varias actividades, ya que hablamos de un periodo largo; niños y jóvenes, también necesitan tiempo para aburrirse.
Educa Integral. Apoyo escolar, idiomas, psicopedagogía, psicología y logopedia.
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