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Bárbara de Aymerich: «De 3 a 6 años la inquietud por la ciencia debe empezar a cuajar»

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Acercar la ciencia a los niños a los niños es el objetivo de la divulgadora científica Bárbara de Aymerich, directora de la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiciencia (en Espinosa de los Monteros, Burgos), un proyecto de innovación educativa en el medio rural, merecedor de gran cantidad de premios de índole regional, nacional e internacional, y galardonada recientemente con el prestigioso Global Teacher Award 2020.

Acaba de publicar Experiencias (La Esfera Kids) un libro que recoge 18 experimentos científicos (nieve artificial, comida para astronautas, un volcán en tu salita, probar buenas vibraciones o identificar huellas digitales humanas y de animales…) para que los niños «conozcan la ciencia, le cojan gusto y vean que se puede practicar en casa con materiales sencillos, porque la ciencia está en casi todo lo que nos rodea», explica De Aymerich.

Bárbara de Aymerich es científica, educadora, divulgadora y madre de tres hijas, y se define como una enamorada de la ciencia, la naturaleza, el deporte y todas sus combinaciones. Doctora en Ciencias, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, graduada en Ciencias Químicas y experta universitaria en Educación STEAM con Programación y Robótica Educativa, es profesora de Didáctica de las Ciencias Experimentales (Universidad de la Experiencia) y colaboradora de la Unidad de Cultura Científica en la Universidad de Burgos. Además, es SCIENTIX Ambassador, mentora de programas como Innovactoras, STEM Talent Girl o Technovation Challenge, de acercamiento de la ciencia y tecnología a niñas y jóvenes.

Ideas prácticas para acercar la ciencia a los niños

De una prometedora carrera como científica a un entorno rural. ¿Cómo surgió y desarrolló la idea de empezar a enseñar ciencia a los niños de un colegio rural?
Fue una opción personal debido a cambios en mi vida familiar. Trabajaba en Burgos en la universidad, daba clases en un colegio concertado y cuando iba a nacer mi primera hija decidí coger una excedencia y vivir en Espinosa de los Monteros junto a mi marido. Siempre he sido una mujer muy inquieta, tenía ganas de seguir trabajando y decidí emprender allí. Me acerqué al colegio, y les propuse unos talleres de ciencia para niños, pero no vieron la idea como algo lúdico que pudiera cautivar a los niños. Pero yo me empeñé y el ayuntamiento me cedió una antigua cocina de un colegio, donde compartíamos actividades con la gente que pintaba, hacía restauración de muebles, costura… y empecé allí con 6 niños, entre ellos mi hija y poco a poco este taller de ciencia y tecnología se convirtió en Espiciencia, y ha sido maravilloso y lo sigue siendo.

¿Por qué cree que actualmente el entorno rural es el lugar ideal para el emprendimiento?
Es un momento de cambio, la gente ha visto que con la pandemia vivir en la naturaleza, en un entorno abierto, sano, mucho más tranquilo, es vital para nosotros. Y aparte de esto, tiene muchas posibilidades que aún están por explorar. La vuelta a oficios y tradiciones son caminos que se pueden volver a abrir. Que la gente joven vuelva al pueblo y se dediquen a labores ganaderas y agroalimentarias está ahí, pero también hay actividades relacionadas con la tecnología, el turismo sostenible y el deporte. El campo está abierto a todas las posibilidades que tiene la ciudad y a muchísimas más.

¿Cree que las asignaturas de ciencias se deben enseñar de una manera diferente para que los niños no las encuentren aburridas o difíciles?
Cada niño necesita una forma de hacerle llegar la ciencia, las matemáticas, y en general las materias STEM, y debe hacerse de manera personalizada. Cada aula, cada colegio, cada momento… importa. No depende solo de la metodología, sino de la inteligencia emocional. Las nuevas formas de enseñar la ciencia, la tecnología, las matemáticas, la ingeniería… son fascinantes, siempre y cuando, sea la adecuada para ellos en ese momento. Consiste en hacer que sean más participativas, más vivenciales y propiciar que sean ellos los autores de su propio aprendizaje, ya que esto les motiva y les ayuda a continuar en el camino de su desarrollo.

¿Cómo podemos acercar las carreras STEM a la juventud? ¿Cómo hacer que les guste y que les vean salidas profesionales, ya que no todo es I+D?
Con el conocimiento y con la información. Contarles en primera persona cómo es el día a día de los científicos, que somos personas normales con nuestras aficiones, nuestras familias, nuestros gustos… Que existen trabajos en ciencia, como en mi caso desde la educación, pero también desde la nanotecnología, los productos cosméticos, la microbiología de alimentos, la construcción… la ciencia al final está en todos los lados y en su barrio pueden verla en el farmacéutico que es un profesional STEM, hasta en la persona que está en el laboratorio haciendo analíticas, o en las personas que arreglan los tractores que han tenido que estudiar ingeniería mecánica. A los chavales les podemos interesar abriéndoles el amplio abanico de posibilidades que tienen las carreras STEM. Si nos vamos a las básicas tenemos Física, Química, Matemáticas, Ingeniería…, pero hay muchísimas más. Ahora tanto los grados como los másteres están muy especializados y hay muchas posibilidades de trabajo. Es muy importante que no solo vean las STEM como una salida profesional, que es una visión un tanto mercantilista, la ciencia y la tecnología se deben conocer para ser personas más completas y mejores. Creo que necesitamos ese conocimiento para construir una sociedad mejor.

¿Qué está ocurriendo actualmente con las chicas en este aspecto? ¿Faltan mujeres en la ciencia?


No creo que faltemos mujeres en la ciencia.

Estamos aquí y hacemos mucho ruido. Hay determinados ámbitos más tecnológicos que científicos donde hay menos presencia de mujeres como las ingenierías mecánica, industrial, electrónica… pero somos muchas en las ramas médicas, biológicas, farmacéuticas, químicas… en matemáticas cada vez hay más. En ingeniería genética, biomédica, química… hay mucha presencia femenina. La presencia de las mujeres en el mundo ha ido cambiando. Ya no solo nos dedicamos a la familia, tenemos otros ámbitos, pero mujeres en ciencia ha habido toda la vida, algunas se han quedado en segundo plano, pero otras han despuntado. A mí no me gusta mucho de hablar de cuestiones de género porque yo educo personas, que forman equipos, y a eso debemos tender, a formar equipos interdisciplinares, que estén internacionalizados, que sean capaces de trabajar con personas en cualquier parte del mundo, con diferentes formas de pensar, diferentes géneros, diferentes actitudes y avanzar hacia delante. Y estar seguros de que no hay techos de cristal si no te los pones tú, y que se pueden saltar todos los puentes que se quieran.

¿Cree que esto ya está cambiando?
Realmente, nunca me he sentido discriminada por ser mujer en el mundo de la ciencia. Somos tres hermanas y mis dos hermanas también son científicas, una es ingeniera industrial y la otra es enfermera militar y nunca nos hemos sentido discriminadas. Margarita Salas decía: «yo me he visto discriminada por mi edad alguna vez en los trabajos, pero nunca por mi género». Y Marie Curie decía que ella era «una científica, no una mujer científica». En este sentido creo que la discriminación positiva no nos está haciendo bien tampoco y hay ámbitos donde encuentro que hay más brecha de género como por ejemplo en Magisterio de Educación Infantil, donde yo doy clase, tengo 43 alumnas y 3 alumnos. Soy un poco políticamente incorrecta en este sentido, pero estamos aquí, estamos haciendo grandes cosas y tenemos que trabajar con la otra mitad de la humanidad.

¿Cómo surgió la idea de publicar Expericiencias?
Expericiencias surge en la época de la pandemia, cuando estuvimos encerrados en casa. Entonces, fui mandándoles a mis alumnos, cada día, durante 75 días, una actividad, un reto de Espiciencia, una actividad STEM diferente cada día, para que ellos al final de la jornada me mandaran su feedback. Todas esas actividades las he ido publicando en redes en Instagram, en Twitter, en Facebook…, las he ido mandando a compañeros de diferentes instituciones y he recibido respuestas de niños no solo de España, sino de diferentes países, de todo el mundo. A partir de ahí la editorial Esfera de los Libros, se puso en contacto conmigo y me dijo que esa forma de divulgar les gustaba y me propusieron la idea de hacer Expericiencias. Hice un compendio de muchas experiencias de ciencia que tenía y elegimos estos 18 capítulos que tiene el libro. Quedaron en el tintero unos cuantos más que espero que continúe en Expericiencias 2.

Su proyecto Espiciencia está siendo reconocido y ha recibido varios premios, ¿cuál cree que es el secreto de su éxito?
Amar lo que hago y haber encontrado un lugar en el que la gente a la que yo le hablo y le cuento me sigue y está haciendo de la ciencia algo propio, está llenando su mochilita de su capital científico, haciéndose personas más críticas, más responsables, mejores ciudadanos. El éxito reside en que formamos un equipo, un equipo que funciona y lo más importante es que están sintiendo la ciencia y la tecnología como parte de ellos.

¿Ha pensado ya en cómo extender su legado para llegar con sus enseñanzas a más niños?
Ahora mismo trabajamos con personas de dentro y fuera de la comarca y tenemos clases online, damos formación a profesorado, estamos conectados con diferentes redes en Iberoamérica (RED ARCITECO ), en Europa (PROYECTO SCIENTIX)…

Espiciencia es exportable a otros pueblos.

De hecho se está iniciando porque hay otros docentes que tienen interés por que este tipo de iniciativas lleguen a sus pueblos y nos preguntan cómo lo habéis hecho, cómo habéis empezado, qué podemos hacer… Y nosotros estamos encantados de poder ayudar a que la gente pueda plantar en otros lugares estas semillas de inquietud científica. Espero que mi legado continúe a través de mis ayudantes y de mis alumnos.

¿Qué recomendaría a los docentes que quieren acercar la ciencia a los niños y hacerla interesante?
Fundamentalmente, que continúen formándose y que no decaigan porque ellos son parte de la ciencia, algo que deben hacer ver a sus alumnos y a sus alumnas. La ciencia está en todas partes y para acercarla deben verla como algo amable y cercano, que no es difícil, no es áspero, al revés, la ciencia es maravillosa.

¿Desde qué edades se puede familiarizar a los niños con la ciencia?
Se puede familiarizar a los niños con la ciencia desde que nacen, desde que uno es consciente de todo lo que tiene a su alrededor y empieza a preguntarse por qué suceden las cosas. Creo que de 3 a 6 años es momento en el que esta inquietud debe empezar a cuajar.

No se debe separar a los niños de la ciencia por pequeños que sean.

Al revés, se debe explicar y hablarles en su idioma, pero con palabras reales, dejarnos de eufemismos y practicar con ellos, utilizando los conceptos propios de su etapa, pero abiertos al conocimiento. Debemos darles respuesta a sus preguntas para que no dejen de indagar, porque es importante que observen, que se pregunten, para que sean inquietos, despiertos, curiosos… y si ya lo son, pues todavía más. 

¿Qué pueden hacer los padres?
Los padres deben motivarles y aprender con ellos. Hay padres que, por formación o educación, no han tenido ese conocimiento científico, ese acercamiento a la ciencia, entonces recomiendo que vayan descubriendo y aprendiendo juntos, que lean, que vean programas de televisión o videos, que acudan a museos, a talleres, a charlas… y vayan descubriendo. Hay libros maravillosos de ciencia, con ilustraciones y poco texto, con vivencias de ciencia y tecnología que les pueden ayudar, y cuentos que les pueden invitar a adentrarse en este mundo científico que luego engancha.

Nieve artificial, comida para astronautas, un volcán en tu salita o identificar huellas digitales humanas y de animales son algunos de los experimentos científicos que propone Expericiencias. ¿Es fácil para los padres hacerlos en casa con sus hijos?
Por supuesto, es muy fácil. No tienen dificultad, ni entrañan ningún tipo de peligro, son materiales fáciles de encontrar en casa, en el bazar, en el campo… no tienen ningún tipo de complicación y es más se pueden hacer en familia, en pandilla, en el cole… son Expericiencias para vivirlas autónomamente, individualmente o colectivamente, como se quiera.

¿Cómo despertar el interés por los científicos, su biografía, su historia y sus descubrimientos de manera interesante para los niños? ¿De quienes deberíamos hablarles para empezar, por ejemplo?
Creo que la historia de la ciencia es maravillosa y profunda, pero creo que los primeros referentes de la ciencia para los niños deben ser sus padres, aunque no tengan conocimientos previos, carreras o trabajos científicos, y luego sus maestros desde Infantil. En la historia de la Ciencia hay libros maravillosos que cuentan como los científicos descubren estas vocaciones e interés por la ciencia y la tecnología.

Personajes como Marie Curie, Albert Einstein, Nicola Tesla, Darwin… tienen biografías escritas para niños, que pueden acercarles a la ciencia.

También es muy interesante la visión que hay en los museos porque cuentan anécdotas y pequeñas experiencias que han tenido estas personas en su vida, que les han abierto los ojos del universo y les han llevado a hacerse preguntas. A mi especialmente me maravilla toda la vida de la española Margarita Salas, y de Mary Anning que iba con su padre a pasear y descubrió los primeros fósiles de dinosaurios de los que se tiene constancia. Otros como David Attenborough, De la Cuadra Salcedo e incluso Calleja, que ve el mundo con otros ojos, o Félix Rodríguez de la Fuente también son personajes interesantes para acercar la ciencia a los niños. Además, hay muchas series de dibujos animados sobre personajes de ciencia, revistas de ciencia para niños como Principia Kids, barajas de cartas… todo vale para acercar la ciencia a los niños.

Marisol Nuevo Espín

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