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Aprender idiomas en casa: el desarrollo de lenguas no nativas en familia

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La estimulación temprana es la clave para inculcarles nuevos idiomas, por eso en casa debemos hacer todo lo posible para aprovechar cualquier momento cotidiano y que desarrollen lenguas no nativas.

En un mundo como el de hoy en día, en el que todos vamos de un lado para otro y parece que las distancias se acortan y se nos abren las fronteras, es imprescindible aprender nuevos idiomas. A veces esta tarea se hace bastante cuesta arriba y no se encuentra el momento para ponerse a estudiarlos. En cambio, parece que a los más pequeños no les cuesta ningún esfuerzo. Es entonces cuando nos planteamos, ¿por qué no estudiaría yo este idioma durante mi más tierna infancia?

La explicación que nos aclara por qué los niños, concretamente los más pequeños, aprenden mucho más rápido los idiomas es muy simple. En los primeros años se encuentran en la fase de conocer, descubrir, experimentar… por eso están muy atentos a todo lo que ven y escuchan. Responden a todos los estímulos que reciben.

Esto unido a que su cerebro se está formando; es decir, dentro de él se están produciendo millones de conexiones neuronales encargadas del aprendizaje, asegura que adquieran con bastante mayor facilidad la habilidad para ejecutar una norma comunicada en otro idioma o expresar sus necesidades más básicas en otra lengua.

Facilidad para los idiomas

Es cierto que todos somos diferentes, y que hay algunas personas a las que se les dan mejor los idiomas que a otras o que muestran mayor facilidad. Esto nos puede llevar a pensar que quizás, el método de la estimulación temprana en lenguaje o la inmersión, no sean eficaces o beneficiosos para todos.

Nada más lejos de la realidad, ya que aunque pueda parecernos que el niño no avanza en el aprendizaje de la segunda lengua, la realidad es que se están asentando las bases y más temprano que tarde, todos los niños comienzan a dar claras señales de la comprensión en esta segunda lengua y poco a poco comenzarán a reproducirla. Es por ello que tampoco debiéramos tener miedo a que no vayan a desarrollar adecuadamente su lengua materna o lo puedan conseguir más tarde, ya que, más que malas consecuencias, tiene múltiples beneficios.

La estimulación temprana tiene como objetivo aprovechar la adaptabilidad del cerebro para producir más conexiones sinápticas en él, que se encarguen de crear aprendizaje. Esta se lleva a cabo mediante la repetición de unidades de información, como pueden ser los bits o estructuras semánticas.

Desde los primeros meses de vida hasta los 5 años de edad, tanto en el colegio como en casa, se debe trabajar y perseguir la adquisición del lenguaje.

Las familias deberían reforzar las actividades que se hacen en el centro, ya que poseen una condición muy importante como es el hogar, la unión y el cariño dentro de la familia, lo que establece un clima de total seguridad para el pequeño.

¿Cómo podemos aprender otros idiomas en casa?

Dedicarse exclusivamente a la enseñanza de vocabulario es un gran error, ya que se deben dominar las estructuras del lenguaje. Para ello, se puede comenzar este trabajo valiéndose de canciones que les divierten y motivan gracias a la rima y el ritmo. Esto les va a ayudar a mantener la atención mientras van aprendiendo nuevas frases y vocabulario.

También es importante comenzar por algo tan básico como los saludos, los colores, los números, para poco a poco ir introduciendo oraciones muy sencillas que se refuerzan visualmente. Estas deben contestar a las necesidades básicas del día a día como las que ayudan a comunicar lo que necesitamos o queremos, lo que vemos, cómo nos sentimos….

No debemos olvidar que son niños, por eso todo lo que se vaya a trabajar con ellos se hará desde el juego. Se les plantean retos, se desarrollan simulaciones, se les lee cuentos o poesías sencillas y se les cuestionan adivinanzas ya que todo ello favorecerá la comunicación y ayudará a potenciar y mejorar la creatividad, resolución de problemas y la toma de decisiones, destrezas necesarias para los aprendizajes académicos que tendrán lugar posteriormente.

En este proceso, además, es de vital importancia, el papel que desarrollan los progenitores. Los padres deben mostrarse positivos hacia la lengua y contagiar al niño el gusto por ella. Son ellos los que en casa deben seguir con la labor iniciada en el colegio proponiéndoles, también, actividades lúdicas y creando situaciones comunicativas semejantes a su vida cotidiana.

Además, es muy recomendable que en casa veamos con ellos dibujos animados o escuchemos canciones en aquellos idiomas que estén aprendiendo.

Sobre todo, es muy buena idea hacerlo de este modo cuando no se poseen los conocimientos necesarios para poder conversar con ellos, ya que escuchando voces diferentes consiguen acostumbrarse a los diferentes acentos y, visualizando las imágenes, serán capaces de llegar a entender el mensaje gracias al significado general y al apoyo que ofrecen las mismas para la comprensión. De este modo, lograrán comprender las conversaciones bastante antes de ser capaces de hablar la lengua; lo que por otro lado no debiera asustarnos.

Un mundo de oportunidades: aprender idiomas desde bebé

En cuanto a los beneficios de comenzar a aprender una segunda lengua desde tan pequeños, lo primero que se nos viene a la cabeza son los grandes avances que harán en el conocimiento de la misma de una manera muy natural. Aprenden casi sin darse cuenta, divirtiéndose y podrán conocer a gente nueva.

Siguiendo esta línea, podemos decir que les abrimos un mundo de oportunidades. Tienen más facilidad para valerse de recursos variados y acceso a la cultura, porque no podemos olvidar que hoy en día, la mayoría de los vídeos, películas, actividades y canciones están en inglés.

De igual modo, al conocer nuevos idiomas adquieren habilidades sociales que les ayudarán a tratar con más gente y de diferentes lugares del mundo, logrando ser así personas más tolerantes, con una mente más abierta y con menos prejuicios.

Y por último, ejercitan varias cosas como la memoria, la concentración, la escucha y la atención. Es decir, aprenden a aprender, destreza que no solo les servirá a la hora de aprender idiomas, si no, para todo aquello que se propongan.

Sin duda, la estimulación temprana en los idiomas es la mejor opción si queremos conseguir personas más competentes y abiertas a un mundo globalizado. No hay que olvidar que en un futuro, cuando deseen acceder a sus trabajos, siempre mirarán en sus currículums si tienen competencia en idiomas. Además, les será muy útil también esta capacidad cuando se dediquen a viajar y conocer mundo.

Pero, mientras tanto, encarguémonos de facilitarles este proceso de aprendizaje y no se nos olvide que, durante su aprendizaje, debemos favorecer que encuentren sus momentos y espacios para que puedan expresar sus dudas, dar sus opiniones, preguntas y respuestas… Todo esto es la fundamentación de cualquier lengua y constituye la base de la comunicación.

Eider Alonso Hernández. Profesora y coordinadora de Primaria en NClic School.

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