Independientemente de las causas que originen el acoso escolar, la situación o la actuación de los agresores nunca es justificable, no debe permitirse, ni demorarse la toma de medidas para parar la situación.
Cuando la dinámica en la que la parte dominante abusa de la parte «dominable» se acepta, la situación empeora, ya que se produce una «retroalimentación» que agrava las manifestaciones y sus consecuencias. No es raro que se produzca una insensibilización o aceptación por parte de los compañeros testigos, que no agreden directamente pero sí indirectamente por medio de la omisión de socorro.
La responsabilidad principal de la protección de los menores de edad corresponde a sus padres, pero todos, desde nuestra competencia y ámbito debemos colaborar, y si es necesario denunciar la situación, en caso de ser testigos.
Uno de los primeros pasos contra el acoso escolar es establecer una buena coordinación con el colegio, basada en el respeto y la confianza. De este modo es mucho más fácil conseguir que la situación finalice. Esta misma relación basada en la confianza y la colaboración es recomendable también para los padres de los niños acosadores. Estos padres también sufren por sus hijos, y estos niños también necesitan ayuda.
¿Qué pueden hacer los padres para darse cuenta de que su hijo padece acoso escolar?
Estar atento a posibles síntomas de acoso escolar y cambios en su actitud:
– rechazo a acudir al colegio o síntomas de ansiedad ante el colegio (que mejoran o desaparecen en fines de semana o vacaciones)
– cambios de humor, tristeza o irritabilidad
– aislamiento social, evitar actividades con compañeros
– actitud huidiza o extraña
– quejas de molestias físicas, dolor de cabeza o abdomen
– disminución de apetito
– distraído o ensimismado en sus pensamientos
– mayor nerviosismo o aparición de miedos
– regresión en el control de esfínteres (no controlar micción o deposición después de haber dejado el pañal)
– heridas o hematomas
– pérdida de material
– empeoramiento en rendimiento académico
– ansiedad antes de ir a dormir o dificultades con el sueño
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¿Cómo deben actuar los padres ante una sospecha de acoso escolar?
1. Fomentar un ambiente de confianza y comunicación en el que el niño se sienta cómodo para compartir todo que le ocurra.
2. Tomar en serio lo que les cuenta su hijo, no ponerlo en duda.
3. Evitar culpabilizar al niño o justificar el abuso.
4. No dejar pasar el tiempo ni esperar a que tenga consecuencias.
5. Evitar expresiones que banalizan, como «son cosas de niños», «mejor que te defiendas solo», «que arregle él la situación», aconsejarle que «intente hacerse amigo de sus agresores», o que «pase».
6. Intentar solucionarlo siempre con el colegio, o las autoridades competentes (Fiscalía, policía, Guardia Civil, servicios sanitarios) si es necesario. Evitar tratar la situación directamente con el agresor o sus padres.
7. Revisar qué medidas se han tomado, y mantenerse en contacto periódico con el colegio, realizando un seguimiento de la situación.
8. Si el colegio parece no tomar medidas, ponerlo en conocimiento de la autoridad competente. Tanto la omisión de socorro, (art. 195) como la agresión contra otros tanto moral (art. 173) como física, como la inducción al suicidio (art. 143.1), están penados por la ley.
Azucena Díez Suárez. Especialista en Pediatría y Psiquiatría del Niño y Adolescente.
María del Mar Unceta González. Residente de Psiquiatría Clínica Universidad de Navarra
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