«Torpe», «lento», «problemático»… son sólo algunos de los términos utilizados cuando algún chico presenta ciertos problemas de aprendizaje. No leen con la misma facilidad que sus compañeros, les cuesta adquirir conceptos básicos, tienen una escritura ilegible y, a veces, cambian la orientación de las letras.
En resumen: dislexia es un fallo en el cerebro, una disfunción que interfiere con los procesos mentales para leer. Su carga negativa ha hecho que miles de niños no hayan vivido una infancia feliz perseguidos por malas notas, psicólogos, las burlas de sus compañeros y una autoestima enterrada a varios metros de profundidad. Pero, ¿y si todos estuvieran equivocados?
Desde hace unos años, las teorías y procedimientos del norteamericano Ron Davis, autor del libro El don de la dislexia, están dando un vuelco a la clásica definición de dislexia como disfunción cerebral. Sus métodos consiguen resultados donde otros han tirado ya la toalla y muchos chicos y chicas han visto cómo cambiaba su mundo.
Además, la vida de Davis ha sido un auténtico campo de prácticas: también disléxico, a los 12 años no conocía ni su nombre y se le consideraba autista, a los 27 años obtuvo el título de ingeniero pero hasta diez años después no pudo leer, por primera vez, un libro de cabo a rabo.
Comportamientos de la dislexia
La mayoría de las personas con estilo disléxico de aprendizaje presentan al menos 10 de los comportamientos de la siguiente lista, aunque estas características pueden variar de día a día. Si se sobrepasan 10 de estos síntomas, es mejor ponerse en contacto con un especialista o un centro especializado en dislexia. Todos estos errores aumentan de modo importante si hay estrés emocional, falta de descanso y mala alimentación.
Síntomas generales de la dislexia
– Parece brillante, muy inteligente y articulado, pero no puede leer, escribir, ni tiene buena ortografía para su edad.
– Se le etiqueta como «flojo», «tonto», «descuidado», «inmaduro», «no se esfuerza lo suficiente» o como «problema de comportamiento».
– No esta «tan atrasado» o «tan mal» como para recibir ayuda extra en el colegio.
– Alto coeficiente intelectual, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran.
– En exámenes orales le va bien, pero no en escritos.
– Se siente tonto, tiene baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias ingeniosas; se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes.
– Habilidoso para el arte, música, teatro, deportes, mecánica, ventas, comercio, diseño, construcción o ingeniería.
– Parece que sueña despierto con frecuencia; se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
– Le cuesta poner atención; parece hiperactivo o soñador.
– Aprende más haciendo cosas con las manos, con demostraciones, experimentos, observación y con ayudas visuales.
Visión, lectura y ortografía
– Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
– Se confunde con las letras, números, palabras, secuencias o explicaciones verbales.
– Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones e invierte letras, números y/o palabras.
– Se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
– Parece tener dificultad en la vista aunque los exámenes oftalmológicos resultaron sin problemas.
– Extremada agudeza visual y observación o, por el contrario, carece de la percepción profunda y visión periférica.
– Lee y vuelve a leer sin comprensión.
– Su ortografía es fonética e inconstante.
Oído y lenguaje
– Tiene un oído muy fino. Oye cosas que no se dijeron o no son aparentes para los demás. Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
– Se le dificulta poner los pensamientos en palabras. Habla con frases entrecortadas, deja oraciones incompletas, se come artículos, tartamudea cuando está estresado, no pronuncia bien las palabras largas o transpone frases, palabras y sílabas cuando habla.
Escritura y habilidades motoras
– Tiene problemas con la escritura y el copiado; la manera de tomar el lápiz es diferente; su escritura varía o es ilegible.
– Tosco, poca coordinación, malo para los juegos de pelota o de equipo; dificultades con las habilidades motoras finas y/o gruesas; se marea fácilmente con algunos movimientos.
– Puede ser ambidiestro y con frecuencia confunde derecha/izquierda, arriba/abajo.
Matemáticas y comprensión del tiempo
– Le cuesta decir la hora, controlar su tiempo, entender tareas secuenciales o llegar a tiempo.
– Depende para contar de los dedos u otros trucos para matemáticas; se sabe las respuestas, pero no puede desglosar el procedimiento para obtenerlas.
– Puede contar, pero le es complicado manejar el dinero.
– Puede con la aritmética, pero no comprende los problemas escritos; le resulta difícil el álgebra aunque entiende la geometría.
Memoria y cognición
– Excelente memoria a largo plazo para experiencias, lugares y caras.
– Mala memoria para secuencias y para hechos e información que no ha experimentado.
– Para comprender usa primariamente imágenes, iconos y sentimientos, más que sonidos y palabras. Tiene poco diálogo interno. Es intuitivo.
Comportamiento, salud, desarrollo y personalidad
– Extremadamente desordenado u ordenado compulsivo.
– El payaso del aula, el niño problema o el más callado.
– Sus etapas de desarrollo como gatear, caminar y abrocharse los zapatos fueron antes de lo normal o muy tardías.
– Muy propenso a infecciones en oído, sensible a ciertas comidas, aditivos y productos químicos.
– Puede tener un sueño muy profundo o se despierta muy fácilmente. Sigue mojando la cama.
– Muy alta o muy baja tolerancia al dolor.
– Fuerte sentido de justicia, emocionalmente sensible, busca la perfección.
Disléxicos famosos
Científicos inventores
Albert Einstein. Thomas A. Edison. Alexander Graham Bell
Artistas
Leonardo Da Vinci. Walt Disney.
Estrategas
George Patton. Winston Churchill
Actores
Cher. Whoopi Goldberg. Tom Cruise
Ricardo Regidor
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